Egipto mantiene cerrado, a pesar de la ola de protestas registradas esta semana en todo el país, el cruce con el territorio palestino de Gaza en Rafah, el único que no se encuentra bajo control directo de Israel.
La población de Gaza, territorio bajo control armado del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) desde junio, es víctima de intensos ataques del ejército israelí.
"El gobierno (de Hosni Mubarak) impidió que enviáramos a los palestinos de Gaza ayuda material y financiera", dijo a IPS Magdi Hussein, secretario general del ilegal Partido Laborista Socialista y uno de los líderes del Comité Egipcio contra el Sitio de Gaza.
"La única forma que tenemos de expresar nuestra solidaridad es participando en manifestaciones", agregó.
Israel finalizó el lunes seis días de operaciones militares que dejaron un saldo de alrededor de 120 palestinos muertos. Según el gobierno de Ehud Barak, la incursión con tanques y helicópteros artillados fue en represalia por el lanzamiento de cohetes desde Gaza hacia ciudades israelíes y asentamientos judíos.
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Funcionarios israelíes proponían la invasión total de Gaza. El mes pasado, el viceministro de Defensa, Matan Vilnai, llegó a amenazar a los palestinos con un "holocausto" como respuesta al lanzamiento de los cohetes.
El gobierno egipcio expresó su malestar por las operaciones militares israelíes.
El martes, en una reunión con la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Condoleezza Rice, el presidente Mubarak, enfatizó "la necesidad de detener la agresión israelí contra el pueblo palestino y reanudar el proceso de paz", según el diario gubernamental Al-Gomhouriya.
El ministro egipcio de Relaciones Exteriores, Ahmed Aboul-Gheit, dijo en conferencia de prensa que "Israel está yendo demasiado lejos con sus operaciones militares, que no tienen proporción con el lanzamiento de cohetes por parte de Hamas".
Todas las vías de ingreso o salida de Gaza, que tiene una frontera de 14 kilómetros con Egipto, han estado cerradas durante la mayor parte de los últimos nueve meses.
Israel también mantiene desde hace más de dos años un embargo que priva a los 1,5 millones de habitantes del territorio de productos básico, como alimentos o medicamentos.
En la última semana de enero, medio millón de palestinos cruzaron la frontera de Gaza a Egipto luego de la destrucción de parte del muro lindero para abastecerse de esos bienes. Cuando regresaron a Gaza, las autoridades egipcias reconstruyeron el muro y volvieron a cerrar el cruce de Rafah.
Aboul-Gheit afirmó en la televisión estatal que los palestinos que intentaran derribar la cerca otra vez terminarían "con las piernas rotas".
La incursión israelí en Gaza desató una ola de protestas populares en Egipto.
El lunes y martes hubo manifestaciones en todo el país, a cargo de estudiantes y grupos opositores de todas las tendencias, incluida la proscripta Hermandad Musulmana y el movimiento prodemocrático Kefaya.
Los manifestantes fustigaron la incapacidad de los gobiernos del mundo árabe, y especialmente el de Mubarak, para detener la agresión israelí.
En el Parlamento, más de 100 legisladores opositores permanecieron en el recinto 24 horas ininterrumpidas para expresar su solidaridad con la población de Gaza. Pero la marcha que pretendían encabezar por el centro de El Cairo fue abortada por los servicios de seguridad.
"Expresamos la ira de nuestros representados. Los regímenes árabes no hacen nada mientras los sionistas llevan adelante un holocausto en Gaza", dijo a IPS el legislador Hamdi Hassan, de la Hermandad Musulmana, que controla 20 por ciento de los escaños parlamentarios.
Hassan reclamó a Mubarak mayores esfuerzos para detener los ataques israelíes, que retire a su embajador en Tel Aviv, que expulse al representante israelí de El Cairo y que suspenda las exportaciones de energía al Estado judío.
Según Hussein, del Partido Laborista Socialista, al mantener cerrada la frontera "Egipto se ha convertido en socio de los crímenes israelíes".
El gobierno también fue criticado por su falta de respuesta ante la muerte de una niña egipcia de 13 años en la ciudad de Kerem Abu Sallim, cerca de la frontera con Israel.
Según la prensa local, la niña recibió un disparo en la cabeza cuando se encontraba cerca de un puesto de vigilancia israelí.
"El ministro de Relaciones Exteriores amenaza con un duro lenguaje a los habitantes de Gaza para que no se acerquen a la frontera, pero cuando una niña egipcia es asesinada por una bala israelí no hay ni una palabra oficial de condena", dijo Hussein.
Hassan advirtió que "si la masacre continúan, la ira popular por las agresiones israelíes irá más allá de las manifestaciones y las sentadas".