El presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, bloquea la formación del gobierno de coalición acordado por los grandes partidos opositores, que lograron la mayoría en las elecciones de febrero y están dispuestos a dejar de lado históricas diferencias, advirtieron sus líderes.
Los líderes de los dos principales partidos políticos de Pakistán, que emergieron victoriosos de las elecciones parlamentarias del 18 de febrero, acusan al presidente Pervez Musharraf de impedir la formación de un gobierno de coalición.
El Partido del Pueblo de Pakistán (PPP), que obtuvo 89 de los 342 escaños de la Asamblea Nacional (cámara baja parlamentaria) y la Liga Musulmana de Pakistán-Nawaz (LMP-N), 67.
Además, estos partidos, hasta hace no mucho enfrentados por rivalidades históricas, cuentan para la constitución del gobierno con el apoyo del nacionalista Partido Nacional Awami, que consagró a 10 legisladores.
La oposición a Musharraf exige la renuncia del presidente desde que se conoció el resultado de las elecciones del 18 de febrero. Pero el militar, que accedió al poder mediante un golpe de Estado en 1999, no tiene intenciones de ceder terreno.
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El dos veces primer ministro Nawaz Sharif lidera el LMP-N, y Asif Zardari encabeza el PPP desde el asesinato en diciembre de su esposa y también dos veces primera ministra Benazir Bhutto.
En una reunión realizada el 27 de febrero, los tres partidos exigieron a Musharraf no dilatar la convocatoria de la sesión inaugural de la nueva legislatura, pero la reticencia del presidente a acceder es, para la oposición, la demostración de una "vigorosa" actividad conspirativa gubernamental.
Según Zafar Abbas, editor del diario Dawn, la oficialista Liga Musulmana de Pakistán-Quaid (LMP-Q) y los asesores de confianza de Musharraf están discutiendo febrilmente varias opciones para contrarrestar la arremetida post-electoral de los partidos de la oposición.
"Es una cuestión de supervivencia política. La posición de Musharraf no es diferente, pues sabe perfectamente bien que los partidos mayoritarios quieren su cabeza", dijo Abbas a IPS.
El objetivo inmediato de la oposición es restaurar la vigencia de la Constitución de 1973 y restituir en sus cargos a los miembros de la Corte Suprema de Justicia y otros magistrados, removidos por Musharraf por negarse a avalar el estado de emergencia que declaró el 3 de noviembre.
El presidente de la LMP-N, Shehbaz Sharif, dijo a IPS que "el mensaje enviado a la presidencia es claro. Los partidos mayoritarios se mantienen unidos en su propósito de dejar sin efecto las facultades discrecionales de Musharraf para disolver un gobierno elegido por el pueblo y remover al primer ministro".
Sharif también señaló que los tres partidos opositores podrían promover el juicio político de Musharraf, ya que cuentan con la cantidad de parlamentarios necesaria.
Antes de la reunión del 27 de febrero hubo rumores de que Zardari era presionado para formar una coalición de gobierno con la LMP-Q, lo que hubiera impedido la reinstalación de los jueces o el juicio político a Musharraf.
Sin embargo, en esa reunión Zardari dejó en claro que el PPP no cedería ante las presiones y que estaba comprometido con la construcción de una verdadera democracia en el país.
Tras el frustrado intento de atraer al PPP, Musharraf se ha mostrado reticente a convocar a la sesión inaugural de la nueva legislatura. Esa actitud despertó sospechas sobre una conspiración en marcha para retrasar o impedir la formación de un gobierno por parte de la oposición.
El secretario general del PPP, Jahangir Badr, dijo a IPS que confiaba en que esa maniobra fracasaría, pues los tres partidos de la coalición ya acordaron el reparto del poder en el gobierno central y los estaduales.
"Zardari y Sharif ya han decidido que los legisladores de la PLM-N apoyarán al PPP a nivel nacional y en Punjab, la mayor provincia del país", afirmó.
El portavoz presidencial, general retirado Rashid Qureshi, negó el lunes que Musharraf conspirara contra los partidos mayoritarios, pero señaló que no tiene intención de renunciar ni de reinstalar a los jueces.
"En las elecciones de febrero se eligieron a los miembros de las legislaturas nacional y provinciales y nada tuvieron que ver con el futuro de Musharraf, quien había sido elegido poco antes para un período de cinco años", afirmó.
El ídolo del cricket, ahora convertido en político, Imran Khan, dijo a IPS que "en lugar de aceptar el pronunciamiento del pueblo, Musharraf ha optado aparentemente por desafiarlo, ya que continúa viviendo en un estado de negación".
Según Khan, si no se respeta el resultado electoral "el pueblo no tendrá más opción que salir a la calle. Los jefes militares deben entender que cualquier confrontación o el desconocimiento de la voluntad popular sólo causará caos y anarquía".