La creciente tensión en los Balcanes desde que Kosovo declaró unilateralmente su independencia de Serbia puede preludiar un nuevo ciclo de violencia en la región.
El incidente más serio suscitado hasta ahora se registró el lunes en la ciudad de Mitrovica, cuando la fuerza policial de la Misión de las Naciones Unidas en Kosovo (Unmic) desalojó del edificio de los tribunales a ex empleados serbios.
La mayoría de la población de Mitrovica, al igual que la del área que la rodea en el norte de Kosovo, pertenece a la comunidad serbia. Kosovo fue formalmente provincia de Serbia hasta que un gobierno local, apoyado por la mayoría albanesa del territorio, declaró la independencia el 17 de febrero.
Otros hechos parecieron consolidar esta semana el destino independiente de Kosovo, aún poco claro en la comunidad internacional. Treinta y tres países, entre ellos Estados Unidos y la mayoría de los europeos, habían reconocido hasta el miércoles la proclamación de la nueva nación.
Los países que se oponen a la independencia, en general, tienen movimientos separatistas en alguna parte de su territorio, como China, España y Chipre. Lo mismo sucede en Rusia, que, además, ha sido aliado tradicional de los serbios, con los que comparte la raíz étnica y lingüística eslava.
Otra señal de reconocimiento internacional fue la autorización, dictada el miércoles por el gobierno de George W. Bush, a la venta de armas estadounidenses a Kosovo.
Los tribunales de Mitrovica estaban ocupados desde el viernes, como gesto simbólico de protesta ante el nacimiento de esta nueva república. Pero fue una entre muchas acciones de desobediencia civil por parte de serbios de Kosovo.
Una semana después de la independencia, oficiales de policía serbios que revistan en la multiétnica Unmik comenzaron a negarse a aceptar órdenes del gobierno kosovar instalado en Pristina, la capital.
Muchos de esos agentes cumplen, en cambio, órdenes desde Belgrado, sede del gobierno serbio.
A la semana siguiente, trabajadores serbios del ferrocarril se declararon empleados de la compañía ferroviaria de Serbia, luego de detener un tren de pasajeros cerca de Mitrovica.
Hubo ataques con explosivos contra funcionarios de la flamante Oficina Civil Internacional en las afueras de Mitrovica, órgano dirigido por la Unión Europea que asumirá la administración de Kosovo hoy a cargo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Esta oficina se dedicará en una segunda etapa a transferir la autoridad estatal a las incipientes autoridades kosovares.
Pero ni las nuevas estructuras nacionales ni las fuerzas internacionales ejercen un control efectivo del norte de Kosovo.
Mitrovica marca la línea de falla entre el sur de Kosovo, de mayoría albanesa, y el norte, dominado por la comunidad serbia. De los dos millones de habitantes del nuevo país, 120.000 son serbios, y unos 40.000 viven en esta ciudad y en sus alrededores.
Kosovo está bajo protección de tropas internacionales desde 1999, cuando la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), a instancias de Estados Unidos, lanzó un bombardeo sobre Belgrado para detener la represión contra los albanokosovares ordenada por el entonces presidente serbio Slobodan Milosevic.
La Resolución 1.244 del Consejo de Seguridad de la ONU asignó a la Unmik la administración de Kosovo hasta que se defina el estatus del territorio. No está claro aún si la declaración de independencia debería poner fin al mandato de la misión internacional.
El director de la Unmik, Joakim Rucker, considera que la Resolución 1.244 mantiene vigencia y que, en consecuencia, la misión continúa siendo la autoridad final.
Políticos albanokosovares sometieron a la Unmik a una intensa presión para recuperar el control de los tribunales en Mitrovica. La fuerza internacional ingresó al lugar a las cinco de la madrugada hora local. Los 53 funcionarios allí instalados no ofrecieron resistencia al arresto.
Pero miembros de la comunidad serbia local, al enterarse del incidente, detuvieron autobuses de la Unmik hasta que dieron con 21 funcionarios detenidos, a los que liberaron. Luego, prendieron fuego a los vehículos.
Esa misma mañana, una multitud de serbios se concentraron frente al edificio de los tribunales. Las fuerzas de la Unmik usaron gases lacrimógenos, balas de goma y munición real para disolver la protesta, dijo a IPS Nemanie Tzekic, residente en Mitrovica.
Por su parte, el portavoz de la misión internacional, Velton Elshan, aseguró que la policía actuó en respuesta a ataques.
Los choques se propagaron por toda Mitrovica y continuaron hasta la medianoche. Fuerzas policiales informaron que un policía ucraniano, Ihor Kinal, de 25 años, murió en los incidentes, y que 60 miembros de la misión resultaron heridos.
También aseguraron que los serbios de Kosovo los atacaron con rifles AK-47 (Kalashnikov) y con granadas de mano.
Autoridades del hospital de Mitrovica indicaron que un centenar de serbios que participaban en las protestas recibieron atención médica, y que 15 quedaron internados, uno de ellos en condiciones graves.
Una mujer que pidió no ser identificada aseguró a IPS que un hermano suyo perdió un ojo por una bala de goma fuera del edificio de los tribunales.
"Lo llevaron muy grave a Belgrado. Como todos, él fue allí en respuesta a la humillación. Le dispararon desde adentro del edificio", indicó.
La policía internacional se retiró por la noche de la ciudad, por temor a las represalias.
El líder del partido radical Consejo Nacional Serbio de Kosovo, Milan Ivanovic, dijo a IPS que el excesivo uso de la fuerza no fue espontáneo.
"Hay un escenario orquestado por la OTAN y la Unmik para transformar el norte de Kosovo, comenzando por Mitrovica, en zona militarizada e imponer así como hecho consumado la independencia de un estado albanés", dijo Ivanovic.
El líder serbio de Kosovo negó que las acciones de sus simpatizantes sean coordinadas con el gobierno en Belgrado.