La Unión Europea (UE) carece de «pautas claras» cuando recurre a empresas privadas de seguridad para proteger a sus funcionarios en Iraq.
La subcontratación de compañías para actividades militares resultó muy polémica desde que Estados Unidos invadió ese país de Medio Oriente hace cinco años, señaló un informe presentado en el Parlamento Europeo.
Las autoridades iraquíes responsabilizaron a la empresa de seguridad estadounidense Blackwater por un tiroteo que terminó con 11 muertos en septiembre de 2007.
Las acusaciones de que mercenarios de Blackwater dispararon indiscriminadamente fueron seguidas de una serie de quejas acerca de que esas empresas, que también ofrecen guardaespaldas a diplomáticos europeos, han demostrado prestar poco respeto a los derechos humanos.
Los gobiernos de la UE deben ser transparentes en lo relativo a esas firmas, sostiene el informe debatido el miércoles en el Parlamento Europeo.
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A menos que se establezcan reglas claras para las actividades de esas empresas, "será extremadamente difícil que el Parlamento Europeo acceda a ampliar la presencia física de la UE en Iraq", advierte el documento.
La Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE, tiene comprometidos más de 800 millones de euros (unos 1.200 millones de dólares) desde 2003 para la reconstrucción de Iraq. Pero sus esfuerzos "no han logrado mejorar sustancialmente la situación en el terreno", indica el informe.
La europarlamentaria socialista portuguesa Ana Gomes, quien redactó el documento, no cree que Iraq necesite más ayuda financiera sino técnica para garantizar el funcionamiento del Estado y la mayor libertad en la sociedad.
La UE tiene una "oportunidad soñada de influir positivamente a la suerte de Iraq y de toda la región", sostuvo, a pesar de su pedido de cautela en el uso de empresas privadas de seguridad.
Las estimaciones del número de muertos en la guerra de Iraq son muy variadas. Como Estados Unidos no lleva la cuenta de las víctimas civiles, el cálculo recayó sobre científicos y numerosas organizaciones no gubernamentales.
La organización Iraq Body Count señaló que la cantidad de muertos documentada a manos de las fuerzas de la coalición encabezada por Estados Unidos, grupos paramilitares y delincuentes desde la invasión en marzo de 2003 supera las 89.000 personas.
Por su parte, la estadounidense Just Foreign Policy estimó que los fallecidos tras la invasión estadounidense superan el millón de personas.
Mientras Iraq lucha por resurgir de la guerra, la UE está profundamente involucrada en conversaciones tendientes a impulsar el comercio con ese país de Medio Oriente.
Hasta el momento hubo cuatro rondas de negociaciones con vistas a firmar un acuerdo comercial y de cooperación entre ambas partes.
La europarlamentaria verde británica Caroline Lucas urgió a la UE a manejar con cautela esas conversaciones.
El director de la ahora desaparecida Autoridad Provisional de la Coalición ocupante de Iraq, Paul Bremer, designado por Washington en 2003, emitió decretos a fin de privatizar 200 empresas estatales y permitir que compañías extranjeras se apropiaran totalmente de bancos, minas y fábricas iraquíes.
Tras acusar a Estados Unidos de "privatizar la propiedad pública", Lucas señaló que el objetivo de la UE no debe ser sólo conseguir negocios para empresas europeas, sino "también construir compañías iraquíes".
El Parlamento Europeo también se mostró preocupado por la difícil situación de los 4,5 millones de personas desplazadas por la guerra, en una población de 25 millones de habitantes.
"El mayor desplazamiento de personas en esa parte del mundo desde 1948", indicó la europarlamentaria socialista francesa Béatrice Patrie.
Hay unos dos millones de refugiados iraquíes en Jordania y Siria. La UE "debe albergar a algunos de los más vulnerables" en su territorio, sostuvo Patrie.
Por su parte, el eurodiputado socialista portugués Paolo Casaca señaló que el apoyo de la UE a los refugiados había sido "deplorable e inadecuado".
"Hay personas indigentes que no tienen acceso a las ganancias petroleras. Debemos tratar de ayudarlas", alegó.
En cambio, el europarlamentario holandés de la Unión Cristiana Bastiaan Belder se distanció de la propuesta de recibir refugiados iraquíes.
"¿Cuán realista es pedir a los gobiernos que reciban refugiados?", preguntó.
La comisionada europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, señaló que "la seguridad mejoró en parte" en Iraq a raíz del llamado "embate", estrategia estadounidense de aumentar sus efectivos en el terreno, y del cese del fuego proclamado por el líder insurgente chiita Moqtada al-Sadr.
Pero "el número de civiles iraquíes asesinados aún es demasiado alto", reconoció, y añadió que las últimas incursiones del ejército turco en el norte de Iraq contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), según la versión oficial, "contribuye a complicar la situación".
El diálogo entre Turquía e Iraq es importante para "encontrar una solución amistosa y evitar un conflicto", sostuvo Janez Lenarcic, secretario de Estado para Asuntos Europeos de Eslovenia, país que ejerce la presidencia rotativa de la UE por seis meses.
La europarlamentaria liberal británica Emma Nicholson, que presidirá un nuevo órgano responsable de las relaciones con Iraq, señaló que el precio para estabilizar ese país "merece el esfuerzo".
Iraq tendrá frontera con la UE cuando Turquía sea aceptada como miembro del bloque, añadió.