La rápida respuesta de Australia al ataque contra las dos máximas autoridades de gobierno —héroes de la independencia— de Timor Oriental dicen mucho sobre el papel que se asigna la potencia regional en este vecindario.
Apenas se supo de los atentados contra el presidente José Ramos-Horta y el primer ministro José Alexandre "Xanana" Gusmao el lunes, Australia se apresuró a elevar su presencia militar en territorio de su vecino septentrional.
Gusmao, al mismo tiempo, decretó el estado de emergencia por 48 horas, que el parlamento timorense extendió el miércoles por 10 días más.
Canberra sumó 200 soldados australianos a los 780 ya presentes en Timor Oriental desde 2006, así como 70 policías. Todos ellos estaban en su destino 48 horas después de los atentados. La fragata HMAS Perth también fue enviada a la bahía de Dili.
El canciller australiano Stephen Smith dijo a la televisión de su país el mismo lunes: "Hemos respondido a la solicitud del gobierno timorense con mucha, mucha rapidez."
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Australia también se hizo cargo de la salud de Ramos-Horta, evacuado a Darwin para recibir tratamiento de emergencia por los dos balazos que recibió en el tiroteo en que murió uno de sus agresores, el militar insurgente Alfredo Reinado.
Los médicos prevén que el presidente timorense permanecerá en coma inducido hasta el fin de semana y que su recuperación será completa.
La estabilidad de Timor Oriental es una alta prioridad para el gobierno australiano. El primer ministro Kevin Rudd visitará ese país en el fin de semana.
Por su parte, Smith y su par timorense, Zacarias da Costa, realizaron una conferencia de prensa conjunta. "Nuestra aspiración más preciada, al igual que la del gobierno timorense, es que Timor Oriental crezca como estado-nación y que brinde a sus ciudadanos trabajo, capacitación, educación y salud, lo que todo estado-nación quiere dar", sostuvo el canciller australiano.
Australia debe "responder con rapidez y con firmeza con una demostración de fuerza que deje claro que estamos hombro con hombro con el pueblo y con el gobierno de Timor Oriental", agregó.
La preocupación del gobierno de Kevin Rudd se refiere tanto al país vecino como al ámbito regional, según expertos.
"Australia tiene en mente la estabilidad de Timor Oriental, también es obvia su intención de mantener la seguridad regional a través de su presencia", dijo a IPS el experto Michael Leach, de la Facultad de Estudios Políticos e Internacionales de la Universidad Deakin, en Melbourne.
"Algunos documentos políticos" del gobierno "se refieren al arco de inseguridad de la región melanesia", explicó Leach.
En ese sentido, en octubre pasado, cuando el hoy gobernante Partido Laborista aún era opositor, el portavoz de ese sector para política exterior, Robert McClelland, dijo que "los disturbios civiles y la falta de respeto por el estado de derecho en Timor Oriental, Islas Salomón, Fiji, Tonga y Papúa-Nueva Guinea demuestran la inestabilidad de nuestro vecindario".
"Estos frágiles estados no sólo constituyen un arco de inestabilidad: también marcan nuestro arco de responsabilidad. Necesitamos concentrar los recursos de nuestra política de seguridad y política exterior en nuestra región", agregó McClelland.
"Estos frágiles estados", agregó, "pueden convertirse rápidamente en casos económicos perdidos, refugios para el crimen organizado y el entrenamiento de terroristas o en países influidos por otras naciones que no comparten los intereses de Australia."
En el caso de Timor Oriental, Australia tiene, además, importantes intereses económicos.
En 2006, tras cuatro años de negociaciones, los dos países firmaron un acuerdo para dividir en partes iguales los miles de millones de dólares de ingresos por los yacimientos de petróleo y gas en el mar de Timor, que están mucho más cerca de las costas timorenses que de las australianas.
"En el acierto o en el error, siempre se percibirá un interés de Australia en el petróleo y el gas timorenses, lo cual, hasta cierto grado, es claramente cierto", dijo Leach, para quien esa visión deberá ser manejada con delicadeza por Canberra.
Leach consideró importante para la estabilidad de Timor Oriental en el largo plazo que, una vez que Australia logre anular al grupo insurgente de Reinado, retire gradualmente sus tropas.
"Sería bueno que Australia tenga una mayor presencia policial que militar una vez que a los insurgentes se los desarme", indicó. "Eso aventaría críticas de timorenses para quienes los australianos están allí por sus intereses."