Italia debe aceptar su participación en al menos dos casos probados de traslados ilegales de sospechosos de terrorismo, señaló la organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional.
Uno de los dos episodios de transferencia de un presunto terrorista, directa o indirectamente a cargo de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, y su detención sin ser sometido a juicio en una prisión secreta, fue el de Maher Arar, un ciudadano canadiense nacido en Siria.
En septiembre de 2002, fue arrestado en Nueva York, falsamente acusado y enviado a Siria, donde permaneció 11 meses detenido y fue torturado. El vuelo secreto que lo transportaba hizo escala, una noche de octubre de 2002 en el aeropuerto militar de Ciampino, en Roma, afirman activistas de derechos humanos.
El gobierno italiano niega que eso haya ocurrido. El año pasado Canadá se disculpó formalmente con Arar y aceptó pagarle una indemnización de nueve millones de dólares.
La historia de Arar inspiró la película "Renditions", del director sudafricano Gavin Hood, que tiene el auspicio de Amnistía Internacional y se estrenará este viernes en los cines italianos.
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El título del filme alude al mecanismo denominado "entregas extraordinarias" ("extraordinary renditions"), por el cual Estados Unidos captura a sospechosos de terrorismo y los transfiere, sin pasar por los tribunales, a terceros países en los que por lo general son torturados, según activistas.
"Se trata de una película importante, que describe de manera muy realista los aspectos más perturbadores de esta modalidad de arrestos y traslados ilegales", dijo el portavoz del capítulo italiano de Amnistía, Riccardo Noury.
El activista condenó "la desaparición, el hecho de que los parientes de la víctima no tengan forma de saber qué ocurrió, la ausencia de cargos concretos que justifiquen ese procedimiento, la detención secreta, los abusos, humillaciones, la tortura y violación de derechos humanos básicos".
Noury señaló que Amnistía tiene la esperanza de que la película genere una mayor conciencia en la gente sobre este tema y ayude a todas las víctimas a que se haga justicia.
La película se estrenó internacionalmente en octubre de 2007 y atrajo mucha más atención en Europa que en Estados Unidos, según los distribuidores. Su exhibición en Italia prepara el terreno para el debate sobre la complicidad de Roma en las detenciones y traslados ilegales.
La participación italiana fue documentada por un comité especial designado en 2005 por el Parlamento Europeo para investigar esta práctica e imponer sanciones a los estados miembro de la Unión Europea (UE) que violaron los derechos humanos colaborando con la CIA.
Otros países europeos involucrados son Alemania, Bosnia, Chipre, Dinamarca, España, Grecia, Irlanda, Macedonia, Rumania, Suecia y Turquía.
Tras 12 meses de investigaciones, el comité concluyó que la CIA realizó al menos 1.245 vuelos que atravesaron espacio aéreo europeo o hicieron escala en aeropuertos del continente entre fines de 2001 y fines de 2005.
Claudio Fava, quien presidió esa comisión, considera que es necesario continuar con la investigación, pero no cree que tal cosa suceda.
"Luego de seis meses de espera, entiendo que el Parlamento Europeo no tiene esa intención, probablemente para evitar el bochorno de algunos estados miembro, entre ellos Alemania, Gran Bretaña, Portugal e Italia, donde Arar fue interrogado, en el aeropuerto de Roma, y luego enviado a sus 11 meses de tortura en Siria", dijo Fava a IPS.
"Los gobiernos que apoyaron estos abusos deben asumir su responsabilidad", agregó.
"Algunos hacen todo lo que pueden para evitar una nueva investigación y olvidar rápidamente los resultados de la que realizamos el año pasado. Pero la admisión por parte del gobierno británico de que la CIA usó su espacio aéreo o su territorio para los vuelos secretos, algo que siempre había negado, confirma que estos abusos se cometieron con complicidad europea", afirmó.
Fava comentó que no puede descartar que los vuelos secretos continúen, pero "es menos probable ahora que en los años pasados, porque los sistemas ilegales deben enfrentar la supervisión de la prensa libre y democrática, los organismos de derechos humanos y un público más conciente sobre el tema que no está dispuesto a mirar hacia otro lado".
Italia fue escenario de otra detención y traslado ilegales de la CIA.
Abu Omar, clérigo egipcio que había recibido asilo político y ex imán de la mezquita de Milán, fue secuestrado por agentes de la CIA en esa ciudad en 2003. Lo trasladaron a Alemania y luego a Egipto, donde fue torturado.
El ex jefe de la inteligencia militar italiana y algunos de sus subordinados están siendo juzgados por su participación en el caso.
La investigación intenta determinar qué otras personas ayudaron a la CIA en el secuestro y cómo ocurrió. Fue suspendida cuando el gobierno italiano acusó a los fiscales de violar secretos de Estado. El juicio debería reanudarse el 12 de marzo.
"Lo que necesitamos es aclarar este caso y todos los demás, porque no sólo se trata de violaciones a los derechos humanos sino de métodos ilegales que en nada ayudan a la lucha contra el terrorismo", dijo a IPS el fiscal milanés Armando Spataro, a cargo del caso.
El fiscal destacó que "tal como la película 'Renditions' documenta perfectamente, y lo confirman agentes involucrados en los 'interrogatorios' ilegales, jamás se obtuvo ninguna información de utilidad a través de la tortura".