Las barreras migratorias europeas se endurecen más y más. Aunque la población costarricense no necesita visa para ingresar a España, últimamente se multiplican los casos de no admitidos en el aeropuerto madrileño de Barajas.
La costarricense Daniela Vargas viajaba a España para reencontrarse con su novio, un español al que conoció durante la estadía profesional de él en tierras ticas. Sin embargo, las autoridades españolas impidieron que la joven pareja se reencontrara tras varios meses separados por un océano.
El avión que trasladaba a Vargas arribó a España el 14 de febrero, día de San Valentín. "Al llegar me pidieron una carta de invitación del particular donde uno se va a alojar, enviada a través de una comisaría de policía, con la certificación de un abogado, o una reserva de hotel. En ningún momento, ni por parte de las autoridades, ni de la aerolínea, se me había advertido de estos requisitos", relató a IPS.
También se exige un billete aéreo de ida y vuelta, y una suma de dinero de 57 euros (alrededor de 85 dólares) por cada día de estadía. Vargas llevaba 1.500 euros en efectivo para nueve días.
En virtud del Acuerdo de Schengen, firmado en 1985, los 28 países partes, entre los que se cuentan casi todos los de la Unión Europea (UE), eliminaron los controles migratorios en sus fronteras comunes, fortaleciendo la vigilancia en los límites externos para impedir la inmigración ilegal procedente de naciones ajenas al espacio que conforman.
El código de fronteras Schengen, remozado el 10 de mayo de 2007, comenzó a aplicarse con mayor severidad a partir de noviembre del pasado año.
A ello se suma la inquietud por la cercanía de los comicios españoles, previstos para el 9 de marzo, puesto que la política migratoria se ha convertido en uno de los temas calientes para las dos principales fuerzas políticas, el centroizquierdista Partido Socialista Obrero Español, en el poder, y el derechista y opositor Partido Popular.
"No creo que haya un endurecimiento de los controles hacia los costarricenses. Las medidas son iguales en todo el Espacio Schengen. Tal vez haya una mayor vigilancia en determinados vuelos", dijo a IPS el consejero cultural de la embajada de España en Costa Rica, Miguel Albero.
En 2006, España repatrió a 60 costarricenses, y en 2007 a 80. Pero los datos del Departamento de Migración de San José muestran que en los últimos meses se devuelven desde Barajas entre cinco y siete pasajeros de los vuelos procedentes de Costa Rica.
Pero "una cosa es que se repatríen de cinco a siete personas diarias de ese vuelo y otra que todos sean ciudadanos costarricenses", aclaró Albero.
Este extremo fue confirmado a IPS por el director de Migración de Costa Rica, Mario Zamora. "San José es la puerta desde la que salen los centroamericanos hacia España. Pero sí es cierto que ha habido un cambio abrupto en los últimos meses, pasando de pocos rechazos a un número mucho más elevado".
El problema se detectó a finales de 2007, "por una queja informal de un costarricense" dijo Zamora.
Las dos fuentes insistieron en la necesidad de que las aerolíneas informen a sus pasajeros de los nuevos requisitos para entrar a España. "La situación sería fácilmente solucionable si las líneas aéreas, al emitir los billetes, dijeran a los usuarios qué se necesita para ingresar en territorio español", apuntó Zamora.
Albero dijo que "quisiera pensar que España no" es racista. "Lo que sí está claro es que no hay una presión migratoria de Costa Rica hacia nuestro país". España va a investigar el incidente ocurrido con Vargas, prometió.
Vargas se mostró especialmente molesta por el trato recibido de las autoridades aeroportuarias españolas. "Devolvieron a todos los latinos que íbamos en ese vuelo. Claro que hay racismo en España, y mucho. No pienso volver a poner un pie en ese país", dijo.
La joven doctora en farmacia estuvo retenida durante día y medio en el centro de detención para extranjeros del aeropuerto internacional. "Éramos todos latinos, la mayoría turistas". Fue "una experiencia horrible, me sentí muy violentada".
La actitud de los agentes españoles fue en todo momento despectiva, con bromas sobre la condición de los detenidos, según Vargas. "Cada vez que llegaban con alguien nuevo nos decían 'aquí os dejamos con vuestros familiares', o 'a ver si consigues alguna novia'". A ella le espetaron "Aquí no eres nadie", "¿Quién te crees que eres tú en este país?".
"Los oficiales intimidaban. Había ticos que llevaban seis días allí sin nada, ni su cepillo de dientes, y casi a pan y agua, porque la comida era asquerosa", sostuvo Vargas. Además, afirmó que vio cómo los agentes agredían a ciudadanos africanos.
Denuncias similares han presentado en los últimos dos años ciudadanos argentinos y uruguayos que viajaron a España.
"Según evaluaciones de la UE, de los centros de detención en los aeropuertos, el de Barajas está entre los mejores", replicó Albero.