Los resultados preliminares de las elecciones generales de Pakistán muestran un triunfo de la oposición al presidente Pervez Musharraf y dejan un claro mensaje: a pesar de las manipulaciones del proceso y las irregularidades, los votantes rechazan toda política de odio y extremismo religioso.
Aunque los resultados finales no han sido aún anunciados, la Liga Musulmana de Pakistán-Nawaz (PML-N), liderada por el ex primer ministro Nawaz Sharif (1990-1993 y 1997-1999), y el Partido Popular de Pakistán (PPP), de la líder asesinada Benazir Bhutto, emergieron como las dos mayores fuerzas contra las pretensiones de la Liga Musulmana de Pakistán-Quaid (PML-Q), que apoya al presidente. Sharif y Asif Zardari, viudo de Bhutto y líder del PPP, ahora discuten la posibilidad de formar una coalición de gobierno.
Alrededor de 45,6 por ciento del electorado concurrió a las urnas, según la Comisión Electoral, contrariamente a las predicciones iniciales de que había una apatía de la población debido a la violencia que precedió a la votación y el llamado de algunos partidos a boicotear las urnas.
Estos comicios son únicos en varios sentidos. El cronograma del proceso fue anunciado el 20 de noviembre de 2007, en medio de un estado de emergencia impuesto por Musharraf, entonces tanto jefe del Ejército como presidente.
El 3 de noviembre, Musharraf en los hechos realizó un autogolpe. "Frente a las crecientes demandas para que renunciara a su puesto como jefe militar y a las complejidades del gobierno civil, el general Musharraf decidió ceder ante el presidente Musharraf", comentó entonces el jefe del servicio urdu de la cadena británica BBC, Mohammed Hanif.
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Musharraf había indicado inicialmente que las elecciones se realizarían bajo el estado de emergencia, pero ante la intensa presión interna e internacional, la levantó el 15 de diciembre, aunque no antes de haber jurado como presidente civil y haber hecho por lo menos 15 enmiendas a la Constitución que le dieron más poderes.
El mandatario también despidió a casi 60 miembros del sistema judicial, incluyendo al jefe de la Corte Suprema, Iftikhar M. Chaudhry, porque se negaron a apoyar el estado de emergencia y eran conocidos opositores a su elección como presidente mientras era jefe del Ejército.
Sharif y otros políticos han dicho que el primer objetivo del nuevo gobierno debería ser reinstalar a los jueces despedidos.
Denunciando masivas irregularidades y manipulaciones de parte del gobierno, organizaciones como la independiente Comisión de Derechos Humanos de Pakistán sostuvieron que ni siquiera tenía sentido vigilar la votación. El Grupo de Ciudadanos para un Proceso Electoral le dieron a las elecciones una puntuación de 26 en una escala de 100 en términos de transparencia y equidad.
No obstante, o quizás debido a estas manipulaciones, las elecciones del lunes fueron las más supervisadas en la historia del país, atrayendo a un número sin precedentes de observadores internacionales: más de 500. Entre estos se destacaron el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, Joseph Biden, y John Kerry, ex candidato presidencial estadounidense por el Partido Demócrata.
En una entrevista en Islamabad este martes con la periodista Lyse Doucet, de la BBC, Kerry expresó su "admiración a los votantes pakistaníes" que han hablado "fuerte y enérgicamente" al acudir a las urnas a pesar de la violencia preelectoral.
Doucet es una de los más de 700 periodistas extranjeros que llegaron a Pakistán para cubrir las elecciones. Por primera vez, 40 canales de televisión privados informaron sobre comicios en este país.
Desde antes de la votación, la Unión Federal de Periodistas de Pakistán y otras organizaciones como Human Rights Watch (HRW) estaban preocupadas por cuánta libertad para informar se le daría a los medios electrónicos.
El estado de emergencia adoptado por Musharraf durante seis semanas fue acompañado de una censura a todos canales de noticias independientes. Sólo volvieron al aire los que se sometieron a un estricto código de conducta.
En una conferencia de prensa este martes, Sharif elogió a los periodistas que cubrían las elecciones a pesar de las restricciones y arriesgando incluso sus vidas.
Un día antes de los comicios, el fiscal general Malik Qayyum calificó de "ilegales" estas restricciones, mientras realizaba una conferencia de prensa para negar haber dicho que las elecciones estaban "masivamente manipuladas", como parecía afirmar en la grabación de una conversación telefónica divulgada por HRW.
Aunque el PPP y el PML-N emergieron con una gran mayoría, según los resultados preliminares, observadores destacaron que esto haya ocurrido a pesar de las manipulaciones del proceso electoral.
Al hablar en el canal Geo News esta mañana, cuando recién comenzaban a saberse los resultados, el ex ministro jefe de Punjab y ahora presidente provincial del PML-Q, Choudhry Parvaiz Elahi, quien ganó un asiento en la Asamblea General, dijo reconocer la derrota de su partido.
"No están aún todos los resultados. Estamos confiados de que todavía ganaremos algo más", añadió.