Esta vez, el gobierno colombiano no se quejó de desconocer las coordenadas del sitio donde serían liberados por las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) cuatro políticos rehenes de esa insurgencia izquierdista.
"Si hay un operativo militar es un gran peligro para los rehenes", dijo el canciller francés Bernard Kouchner en la mañana del jueves, tras reunirse con el presidente colombiano Álvaro Uribe.
Al anochecer, Bogotá anunció que tenía ubicado al segundo grupo de rehenes que está en proceso de ser liberado unilateralmente por las FARC.
El ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, aseveró que el ejército sabe que están en un lugar aledaño al mismo donde fueron entregadas el 10 de enero por las FARC las políticas Consuelo González y Clara Rojas, cerca del poblado de Tomachipán, en el sureño departamento del Guaviare.
Se trata de los políticos Gloria Polanco, Luis Eladio Pérez, Orlando Beltrán y, posiblemente, Jorge Eduardo Gechem.
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Todos son ex parlamentarios. Los tres primeros fueron tomados rehenes en distintos hechos en 2001 y Gechem el 20 de febrero de 2002.
Según Santos, Gechem está a 15 kilómetros de distancia de los otros tres y en grave estado de salud.
Con ese mensaje, Bogotá parece interesado en mostrar que ha conquistado territorio en la guerra que libra contra la insurgencia, con apoyo y financiación de Estados Unidos mediante el Plan Colombia.
El diario El Tiempo, del cual Santos es accionista, confirmó la versión guerrillera en cuanto a la persistencia de "intensos operativos militares" en Guaviare, en los que participan, precisó, "incluso sofisticados aviones estadounidenses".
Por la interceptación de comunicaciones operacionales, las FARC saben que las instrucciones a las naves de la Fuerza Aérea Colombiana son dadas en inglés, según dijo a IPS en 2005 una fuente de la comandancia guerrillera.
El gobierno colombiano aseveró que permitirá que la liberación de rehenes siga su curso, pero se teme la reacción que pueda tener la unidad guerrillera que los escolta.
Las FARC han cumplido hasta ahora su amenaza de ejecutar a los rehenes si se ven acosadas por la fuerza pública.
Esa insurgencia campesina comunista, en armas desde 1964, aspira a canjear a un grupo de entre 40 y 45 personas por unos 400 ó 500 guerrilleros presos, inclusive dos que fueron extraditados por Uribe a Estados Unidos. Las FARC retienen además, desde febrero de 2003, a tres estadounidenses que trabajaban para el Plan Colombia.
Según el ministro Santos, el gobierno "conoce desde hace algún tiempo" la ubicación de los cuatro rehenes.
Pero hizo pública la explosiva información horas después de que Uribe rechazara de plano la propuesta de Kouchner de incluir a su rival regional, el presidente venezolano Hugo Chávez, en el grupo de países que intentan acercar a las partes en conflicto para lograr un acuerdo humanitario.
Chávez fue involucrado a principios de agosto en este drama humanitario por iniciativa de la senadora opositora colombiana Piedad Córdoba, del Partido Liberal.
Días después, Uribe aceptó oficialmente la mediación de ambos, pero le puso fin el 21 de noviembre, lo que dio pie a una grave crisis entre los dos países fronterizos.
Uribe intervino invariablemente de modo polémico en las tres oportunidades en que Chávez y Córdoba anotaron un logro en su gestión.
A fines de noviembre, una misión de la guerrilla que trasladaba pruebas de supervivencia de los rehenes —exigidas a las FARC por Francia y por legisladores estadounidenses del opositor Partido Demócrata— fue interceptada en Bogotá por orden del gobierno. Las mensajeras están en proceso de extradición a Estados Unidos.
La liberación de Rojas y González, prevista para el 31 de diciembre en una operación que contó con garantes de ocho países encabezados por el ex presidente argentino Néstor Kirchner, se demoró 10 días por bombardeos en la región.
Hoy se sabe que meses antes de esa operación, Uribe sabía que el hijo de Rojas, Emmanuel, no estaba en poder de la guerrilla que prometía liberarlo, pero sólo a último momento divulgó que el niño estaba en una institución estatal para menores abandonados o maltratados.
En todo caso, el mandatario prioriza la acción militar y aspira llevar a las FARC a negociar bajo las condiciones del gobierno, es decir que los guerrilleros liberados por el canje abandonen la guerrilla.
Al retornar de una gira por Europa en enero, Uribe ordenó ubicar los campamentos guerrilleros donde estaban los rehenes y prisioneros, sin atacarlos, para luego, con mediación internacional, obtener su liberación incondicional.
La apuesta del gobierno es que, ante tal demostración de fuerza, las FARC desistan de asesinar a los rehenes si se ven cercadas por el ejército.
Pero por ahora, las tres intervenciones de Uribe no muestran necesariamente ese dominio militar. Se han realizado en momentos de riesgo en operaciones previamente anunciadas por la guerrilla.
Kouchner indicó que al hablar el jueves sobre las medidas militares en el caso de los rehenes, recomendó "al presidente Uribe contenerse, y lo entendió perfectamente".
En la tarde, el gubernamental alto comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, escribió en su sitio de Internet que "lo impensable con las FARC sucedió", y están haciendo liberaciones unilaterales "para fortalecer la imagen del presidente Chávez como persona clave en las salidas humanitarias".
Según Restrepo, las FARC intentan convocar en torno a Chávez "un grupo de países que influyan sobre el presidente Uribe para que acepte de nuevo su mediación".
El canciller francés sólo consiguió el rechazo de Uribe al abordar la creación de un grupo amplio de países para llevar a las partes a un acuerdo de canje que abra la puerta para negociaciones de paz, previa liberación unilateral de todos los rehenes civiles en manos de las FARC.
"Esa idea del grupo aún no ha sido aceptada, ni su geometría ni su composición Continuamos trabajando en esa dirección", dijo Kouchner.
Ese grupo de naciones sería integrado por Brasil, Francia, Suiza, Cuba y Argentina, entre otros, pero Uribe rechazó que se sumara Venezuela, algo que los demás —y las familias de los secuestrados— consideran fundamental, en vista del eco que Chávez ha logrado como interlocutor de la guerrilla.
"El presidente Chávez ha desempeñado un papel en las primeras liberaciones… Pero Francia no puede exigir (a Colombia). Como país amigo, en cambio, puede proponer y ser muy perseverante a favor de los rehenes, y a favor de la paz", indicó Kouchner.
Restrepo resta credibilidad a informes de prensa basados en fuentes de las FARC, según los cuales la insurgencia desestima la mediación de la Iglesia Católica y de España, país aliado del gobierno de Uribe.
El comisionado reiteró un ofrecimiento de Uribe efectuado en diciembre, ya rechazado por las FARC, de determinar una zona deshabitada de 150 kilómetros cuadrados, aún sin presencia militar, donde "delegados de las partes" se reunirían con "el único propósito de dialogar", acompañados por garantes internacionales.