La violencia que sufren jóvenes de todo el mundo, en especial la utilización de niños soldado en países de África devastados por la guerra, se refleja una y otra vez en las pantallas del Festival Internacional de Cine de Berlín, que concluirá este domingo.
"War Child" es un buen ejemplo. Este documental del cineasta debutante Christian Karim Chrobog relata la historia del músico Emmanuel Jal, que en un decenio realizó la sorprendente transición de pequeño soldado en su Sudán natal a celebridad del hip-hop internacional.
Jal, de 28 años, tenía siete cuando soldados sudaneses asesinaron a su madre y violaron a su hermana. A él lo condujeron por la fuerza a un campo de entrenamiento del Ejército de Liberación de Sudán a fines de los años 80. Allí le dieron un fusil AK-47 más alto que él.
Atrapado en medio de la guerra civil, sobrevivió a cinco años de combates antes de escapar junto con otros 300 niños. Debieron soportar una travesía de tres meses antes de llegar a un lugar seguro.
Chrobog, hijo de un diplomático alemán y nacido en Singapur, relata cómo el tímido y talentoso Jal fue adoptado por Emma McCune, socorrista británica de la organización Street Kids (Chicos de la Calle), luego de "contrabandearlo" a Kenia para que continuara su educación.
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En Nairobi, Jal se hizo rápidamente de un nombre como músico de rap. Cantaba en árabe, inglés y swahili. Pero sufrió otro duro golpe, cuando McCune murió en un accidente de tránsito poco después de haberlo adoptado.
Ahora, Jal es famoso en toda África como cantante y por su trabajo con la Organización de las Naciones Unidas, Amnistía Internacional y Oxfam en campañas contra la explotación de niños soldado y el tráfico ilegal de armas.
Su debut discográfico, "Gua" ("Poder", en árabe), fue uno de los simples más vendidos en Kenia.
"El documental es muy importante para mí, para mi futuro y para todo lo que quiero lograr en la industria de la música", dijo Jal a IPS minutos después del estreno de la película, rodeado de admiradores y, sobre todo, de admiradoras.
Ahora vive en Londres y considera que ser una estrella del hip-hop es una tarea dificultosa.
"Es como un campo de batalla. Todo el mundo trata de llamarte la atención. Pero no estoy en esto por la fama o el dinero. Lo hago porque es una pasión sanadora y porque represento a mi nación y a mi pueblo. Yo soy su voz ahora", afirmó.
Jal logró reunirse con su padre, su hermana y otros familiares en Sudán hace poco, luego de casi 20 años de ausencia forzosa.
Otra película que atrajo la atención en el Festival de Berlín es "Tribu", del cineasta filipino Jim Libiran. La trama se concentra en Tondo, barrio de Manila recorrido por las noches por jóvenes en busca de drogas y emociones peligrosas.
Hace dos años, Libiran, nacido en Tondo, advirtió hace dos años que carecía de dinero para contratar actores profesionales. "Así que puse afiches por todo el barrio en los que le preguntaba a los pandilleros si les interesaba actuar", relató a IPS.
"Desconocía cuál sería su reacción y me daba curiosidad, aun sabiendo que la mayoría de los filipinos sueñan con ser actores. Me sorprendí cuando 52 miembros de siete diferentes pandillas rivales se presentaron para las pruebas", agregó.
"Muchos se presentaron portando armas. Debimos hablar mucho con ellos para convencerlos de que las entregaran a la guardia de seguridad", dijo Libiran. Con el tiempo, varios de ellos se hicieron amigos.
La filmación no estuvo exenta de sobresaltos. Uno de los pandilleros-actores recibió cinco balazos antes de que se terminara de rodar la película. Otro joven integrante del elenco fue apuñalado tres veces mientras paseaba por Tondo con su novia.
"Fue complicado. Muchos me decían que la película se estaba volviendo real. Pero, de hecho, era exactamente lo contrario: la película refleja la realidad. Si lo que muestra no le ocurre a uno, le sucede a otros jóvenes", dijo Libiran, un hombre de piel morena apodado "Gordo" por los pandilleros durante el rodaje.
El sufrimiento de los niños recibió una gran atención durante el festival. Los abusos, la enfermedad, la explotación a manos de proxenetas, militares y guerrilleros y otros giros del destino que afectan a los miembros más débiles de la sociedad quedaron documentados.
Este año compiten por los premios mayores del festival 21 películas, de 19 países, entre ellos Brasil, China, Estados Unidos, Irán, México y varios europeos.
La gran candidata para obtener el premio mayor, el codiciado Oso de Oro, es "There Will Be Blood", la película del director Paul Thomas Anderson ya nominada a ocho premios Oscar de la industria cinematográfica estadounidense.
En este filme, el actor Daniel Day Lewis encarna a un buscador de plata en el oeste de Estados Unidos, a principios del siglo XX, quien, en cambio, encuentra petróleo y rápidamente se convierte en un magnate implacable.
Hay otras dos firmes candidatas: "Happy Go Lucky", del veterano director británico Mike Leigh, en la que Sally Hawkins hace el papel de Poppy, una bonita maestra que enfrenta los desafíos de la vida moderna en Londres con una maliciosa sonrisa, y "Cherry Blossoms", de la alemana Doris Doerrie, sobre el destino de una pareja de ancianos.