SEGURIDAD-MÉXICO: Capital del delito

«Bajen la cabeza, cierren los ojos y pongan las manos en las rodillas, putos», dijo el hombre que a punta de pistola subió al viejo taxi donde viajaba una pareja. En segundos, se le sumó otro que blandía un cuchillo de carnicero. Empezaba así un asalto más en la capital mexicana.

Las víctimas habían subido al vehículo de alquiler en el centro histórico de México sin tomar en cuenta las advertencias típicas: "jamás parar un taxi en la calle y menos en la noche". El automóvil, un Volkswagen sedán o "vocho" de modelo descontinuado, transitó unos 15 minutos con el matrimonio a bordo antes de detenerse en un semáforo para permitir la irrupción de los asaltantes.

María y Fabián nunca habían sufrido un robo a mano armada. Pero esa experiencia, registrada una noche de diciembre, los sumó a las estadísticas de la capital de México, donde tres de cada 10 personas reportan haber sido víctimas de un delito, aunque sólo una de ellas se anima a denunciarlo, según indican encuestas. Ellos tampoco reportaron el hecho por considerarlo inútil.

Tras varias horas de haber circulado junto a los asaltantes, lapso en el que éstos vaciaron sus carteras, los despojaron de relojes, anillos y chaquetas y recibieron toda clase de insultos y preguntas, las víctimas se sintieron afortunadas de no tener golpes o ni haber sido agredidos sexualmente, como sucede en otros casos.

En la ciudad de México, con unos nueve millones de habitantes, se denunciaron 409 delitos por día en 2006, según cifras de la secretaría (ministerio) de Seguridad del gobierno o municipio del Distrito Federal, gobernado desde 1997 sin interrupciones por el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Hasta agosto de 2007, el promedio diario de delitos en ese año ascendió a 444. Tales cifras, aunque altas, son celebradas por las autoridades, pues en 1994 el número de delitos en la capital ascendía a 770 diarios.

El Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad (ICESI), que realiza encuestas anuales entre la población, sostiene que sólo 10 por ciento de los delitos que se cometen en la ciudad son reportados por lo que estima que el número real de esos hechos ascendió en 2006 a unos 4.090 diarios y en los primeros ocho meses del año pasado a 4.444.

Según el ICESI, organización que recibe apoyo de grupos empresariales y de la Universidad Nacional Autónoma de México, cada víctima sufre un promedio de 1,6 delitos por año en la capital.

Cerca de 65 por ciento de los delitos corresponden a robos en su diversas modalidades, ya sea a transeúntes, viviendas, automóviles, bancos y otros. El resto de los casos se reparten entre secuestros y agresiones sexuales y con armas de fuego.

El ICESI, la empresarial Confederación Patronal y diversos expertos en seguridad afirman que más de 90 por ciento de los delitos denunciados en la ciudad quedan impunes.

La capital mexicana es "un monstruo peligroso que resiste todo programa de seguridad, sobre todo por ese cóctel de corrupción, violencia y pobreza que todos los días baña y marea a gran parte de la población", dijo a IPS el consultor en seguridad privada Saúl Méndez.

María y Fabián, quienes prefirieron mantener en reserva sus apellidos, relataron a IPS que uno de los hombres que los asaltó en el taxi vestía de traje y corbata y tenía aspecto de policía por su corte de pelo.

Pero entre ellos no lograron dejar en claro de qué color era el traje o si el hombre traía corbata. "En esa situación de tanto nervio y amenaza todo se te nubla", adujo María.

Luego de que los asaltantes subieron al taxi, las víctimas escucharon que indicaban al chofer que condujera por una vía rápida y que no pare. Luego de despojarlos de todas sus pertenencias, fueron bajados a empellones en una calle oscura y solitaria.

En la capital mexicana circulan unos 110.000 taxis, unos 30.000 de los cuales lo hacen sin permisos ni registros oficiales. Parte de los irregulares se aglutinan en una organización que es comandada por José Quintero, hermano del secretario de Transporte y Vialidad de la ciudad, Armando Quintero.

La organización de Quintero apoya abiertamente al PRD. El año pasado, el gobierno capitalino de ese partido comenzó un programa dirigido a los llamados "taxis piratas" mediante el cual, tras el pago de una suma y revisiones a sus vehículos, recibieron autorización para trabajar.

Las agrupaciones de taxis regulares protestaron por la medida, pero fueron ignorados.

"Hay muchos gérmenes de la delincuencia y uno de ellos es la tolerancia a lo irregular. Es que los taxistas en esta ciudad saben que después serán regularizados, así que no importa ser "pirata". Lo mismo piensan los contribuyentes que no pagaron impuestos, pues luego les perdonan o les diseñan programas de descuentos", señaló el consultor Méndez.

"Los capitalinos estamos acostumbrados a incumplir en todo y eso multiplica las posibilidades de caer en la delincuencia", apuntó este experto que trabaja para firmas de seguridad privadas.

En los últimos 10 años, las autoridades de la ciudad han desplegado docenas de programas sobre seguridad, que incluyen capacitación policial, nuevo armamento, patrullas, colocación de cámaras de video en zonas públicas y entrega de recompensas a agentes del orden que se destaquen, entre otras medidas.

Entre 2002 y 2003, la alcaldía pagó a Rudolph Giuliani, ex alcalde de Nueva York (1994-2001) y ahora competidor para la candidatura a la presidencia de Estados Unidos por el Partido Republicano, un asesoramiento en materia de seguridad.

Giuliani ganó notoriedad por el polémico programa de "tolerancia cero" contra el delito lanzado en Nueva York durante su gobierno.

Pero tal intolerancia no existe en la ciudad de México, donde el delito sigue generando terror entre la población.

"Que te roben un taxi es lo de menos. Hay violaciones, asesinatos y otros delitos terribles", señaló Fabián.

"Es de locos esta ciudad, mira que ahora hasta regularizan a los taxis piratas y entre ellos puede estar ese chofer que nos robó", se lamentó.

La secretaría de Seguridad Pública de la capital anunció que este año instalará unas 8.000 cámaras de vigilancia adicionales en las zonas de mayor incidencia delictiva de la ciudad y en áreas de actividad turística.

Además, informó que realizarán encuestas para saber cómo evalúan los vecinos a sus policías y éstos sólo recibirán estímulos económicos si salen bien de esa medición.

También se realizarán expropiaciones de propiedades donde se descubra que se realizan actos delictivos como venta de drogas y desmantelamiento de vehículos. Otra medida apunta a crear el llamado "tablero de control" electrónico que contendrá 70 millones de datos sobre la delincuencia. Con ese sistema se dará seguimiento a cada detenido por la policía para saber si es juzgado, recluido o si sale libre.

El programa también incluye el reforzamiento de programas anteriores y una mayor coordinación entre cuerpos de policía local y federal.

Según el alcalde de la ciudad, Marcelo Ebrard, su gobierno insistirá en el trabajo de corte social, dando apoyo a los más pobres, a los desempleados y a los jóvenes. Esa es la mejor estrategia contra la delincuencia, afirmó.

"Ebrard tiene razón, a largo plazo la lucha contra la pobreza bajará la delincuencia, pero por ahora las víctimas seguirán contándose por ciento de miles en esta ciudad que está vacunada contra la seguridad", dijo Méndez.

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