KENIA: Combustible étnico al conflicto político

La corresponsal de IPS en África oriental, Kwamboka Oyaro, está varada en el occidental poblado keniata de Kisii, a donde debió viajar por razones familiares, desde hace más de una semana, a causa del caos desatado tras las elecciones nacionales.

Hoy, luego de que la violencia tras el cuestionado escrutinio de los comicios del día 27 acabara con 300 vidas, resulta peligroso abandonar Kissii, localidad donde predomina la comunidad étnica de ese nombre y que está rodeada por poblados de las etnias luo, kalenjin y maasai.

El opositor Movimiento Democrático Naranja (ODM) exige que se vuelva a convocar a la ciudadanía a las urnas, pues asegura que el presidente Mwai Kibaki amañó el proceso para asegurarse la reelección. Parece escaso el margen de solución para la crisis.

Varias organizaciones que enviaron a Kenia observadores electorales se negaron a calificar los comicios de transparentes, y algunas, incluso, llamaron la atención sobre la escasa participación de los votantes en áreas de conocido predominio opositor.

Al mismo tiempo, florecieron los conflictos étnicos dormidos: Kibaki pertenece a la principal tribu keniata, la kikuyu, mientras el líder del ODM, Raila Odinga, pertenece a la segunda, la luo. Parte del público cree que los kikuyu han sido muy favorecidos por el actual gobierno, lo cual añade combustible étnico al conflicto político.

Oyaro fue contactada este viernes por vía telefónica.

IPS: —¿Cuál es la situación en Kisii?

KWAMBOKA OYARO: —Apenas Kibaki se proclamó presidente electo en la tarde del domingo y se procedió a su investidura, muchos jóvenes tomaron las calles y entonaron consignas opositoras, además de cortar la carretera entre Kisii y el cercano poblado de Kisumu. La policía disparó al aire para dispersar las protestas. El pueblo estaba cubierto de humo como consecuencia de los gases lacrimógenos lanzados. El domingo, según se informó, murieron 11 personas en Kisii.

El lunes era el día en que se instala el mercado todas las semanas, pero quienes vinieron a comerciar sus productos se encontraron en medio de los disturbios. Tres personas más murieron ese día.

Kisii está en la provincia de Nyanza, donde nació Raila Odinga, pero Kibaki obtuvo muchísimos votos, 200.000, en el poblado. Ciudadanos opositores del vecino Luo comenzaron a acusar a la población de Kisii por su apoyo al oficialismo. Comerciantes kisii sufrieron el incendio intencional de sus negocios.

Hay escasez de alimentos, porque la gente tiene miedo de salir a comprarlos. No hay combustible, por lo que los vehículos no circulan. Los autobuses duplicaron sus precios y aquellos a quienes le quedan cómputos de telefonía celular los venden hasta 50 pesos más de su precio oficial.

Tampoco se recibe la prensa nacional.

— La violencia tras las elecciones te impidió salir de Kisii. Además de la escasez de combustible, ¿qué otros factores afectan el transporte fuera del poblado?

— Es posible viajar de Kisii a Nairobi por carretera a Kisumu y tomando allí un avión, o a través de las áreas kalenjin.

Pero acceder a Kisumu es casi imposible. El jefe de la oficina en esa ciudad del diario Daily Nation viajó a Kisii ayer (por el jueves) y advirtió que manifestantes arrojaron árboles para bloquear la carretera. Contaba con escolta policial desde Kisumu. Cuando intentaron sacar un árbol de allí, jóvenes furiosos los rodearon. La policía debió disparar al aire para dispersarlos.

Otra mujer con la que hablé me dijo que se le pidió su identificación cuando viajaba en autobús de Kisii a Kisumu. Cuando los jóvenes vieron que su nombre era kisii, la golpearon y amenazaron con violarla. Luego de golpearla, la dejaron escapar por los bosques cercanos.

Diversos informes sin verificar indican que murió más gente ayer en la carretera entre Kisii y Nairobi a través de las áreas kalenjin, y también sobre pasajeros sacados de autobuses y asesinados.

Unas 2.000 personas fueron evacuadas a Kisii desde Elodoret (donde 50 personas, al parecer kikuyu, fueron asesinadas el martes cuando la iglesia del lugar donde habían acudido por refugio fue incendiada). Pero aún se encuentran en la comisaría y en la iglesia católica de Kisii.

Poco después de la llegada de esta gente, dos custodias de altos funcionarios del gobierno fueron, al parecer, asesinados en zona kalenjin.

—¿El público cree que la campaña de resistencia de Odinga tiene posibilidades de éxito?

— La población está dividida. La gente mayor cree que quienes encabezan la resistencia son jóvenes temerarios y que abandonarán su campaña a su tiempo.

Un joven con el que hablé dijo que estaba preparado para morir por la democracia, y que si se lo convocaba tomaría las armas y se ocultaría en la selva.

— ¿La mediación internacional es considerada útil?

— No. Tanto jóvenes como viejos creen que Kibaki y Odinga ya asumieron su posición, y que la mediación es una pérdida de tiempo. A propósito de la visita del arzobispo sudafricano Desmond Tute, un empresari me dijo: "Si necesitáramos un premio Nobel, llamaríamos a la nuestra." (El empresario aludía a la ambientalista Wangari Maathai.)

—¿Y un gobierno de unidad nacional formado por los dos sectores?

— Los que apoyan a Kibaki dicen que él no debe compartir el poder, que eso no funcionaría. Los que apoyan a Odinga sólo quieren que Kibaki renuncie en su favor.

— ¿Cómo se evalúa la gestión de Kibaki desde 2002?

— Aun los opositores admiten que en los últimos cinco años hubo crecimiento económico, paz y, sobre todo, educación primaria gratuita.

Pero ambas partes también creen que el peor fracaso de Kibaki fue el sectarismo tribal: los kikuyu ocupaban los puestos clave y tenían más oportunidades de trabajo que el resto de los keniatas.

En general, el público considera que Kibaki es demasiado lento y que, a pesar de sus promesas, la infraestructura, en especial la carretera, está en muy mal estado.

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