La Iglesia Católica local «se aparta de los fundamentos esenciales de la democracia», sentenció el gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE) este miércoles, en respuesta a duras críticas de la cúpula de la principal colectividad religiosa del país.
El comunicado emitido por el PSOE apunta en particular a lo dicho, entre otros, por el arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco Varela, en el acto llamado "Por la familia cristiana", organizado por esa diócesis el domingo en la tradicional Plaza de Colón, en el centro de la capital española.
Según el arzobispado, en el acto participaron dos millones de personas, pero un relevamiento del lugar realizado por el madrileño diario El País, que calculó tres personas por metro cuadrado ocupado por los participantes, arroja que la asistencia fue de 158.882.
Pero, más allá del número de participantes, lo cierto es que el acto concentró la atención de todos los medios de comunicación y que sus rebotes continuaron este miércoles, con el comunicado del PSOE que, dijeron fuentes de ese partido a IPS, fue revisado personalmente por el jefe del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien, además, es secretario general de ese partido.
La jerarquía de la Iglesia Católica convocó ese acto, apoyada por la principal fuerza de oposición, el centroderechista Partido Popular (PP), para criticar la política gubernamental y en especial las leyes impulsadas por el PSOE y aprobadas por el Parlamento con la oposición del PP y gracias al apoyo de partidos minoritarios, de izquierda y nacionalistas.
Tres puntos son los más destacados en esa crítica: el rechazo a la legalización del matrimonio entre homosexuales, el trámite rápido del divorcio y la creación de la asignatura denominada "Educación para la Ciudadanía" como alternativa a la de Religión, como opción a tomar entre una y otra por los padres de los alumnos.
Durante el acto en la Plaza de Colón, Rouco Varela afirmó que en España "el ordenamiento jurídico ha dado marcha atrás respecto de lo que la Declaración de Derechos Humanos reconoce: que la familia es el núcleo fundamental de la sociedad y tiene derecho a ser reconocida".
A su entender, "con la suerte de la familia está y cae la suerte del hombre mismo y el presente y el futuro en paz de la sociedad y de los pueblos. También el presente y el futuro de España y de Europa".
El cardenal de Valencia, Agustín García-Gasco, calificó de "fraude y engaño" a la cultura del laicismo, ya que "por el camino del aborto, el divorcio exprés y las ideologías que pretenden manipular la educación de los jóvenes no se llega a ningún destino digno del hombre y sus derechos (se llega) a la disolución de la democracia".
Jaime Mayor Oreja, diputado del parlamento europeo y ex ministro del Interior durante el gobierno del PP (1996-2004), quien asistió al acto del domingo, dijo que los prelados católicos critican al gobierno por sufrir "tres años de ofensiva (socialista) respecto de la dignidad de la persona, la familia y la nación".
Mayor Oreja rechazó las críticas socialistas a los obispos calificándolas de "falta de respeto a la libertad y la democracia".
Desde las filas socialistas, las respuestas no se hicieron esperar. El ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, tras tildar de "nacionalcatolicismo" al acto del domingo, recomendó a la jerarquía eclesiástica que cumpla con la obligación "de poner orden en su propio seno".
Y en concreto recordó las declaraciones realizadas el 26 de diciembre por el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, que pese a justificar delitos como la violación de menores no fueron tratadas por la Conferencia Episcopal.
El obispo Álvarez justificó la pederastia diciendo que "hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo (en sufrir relaciones sexuales con hombres mayores) y, además deseándolas. Incluso, si te descuidas, te provocan".
Otro socialista y hombre fuerte del PSOE, su secretario de organización, José Blanco, contestó a la Iglesia diciendo que su jerarquía, "con sus mentiras", es capaz de provocar la ruptura de la familia cristiana y le recordó que para la doctrina cristiana "mentir es pecado".
Además, recordó que el gobierno de Zapatero es el que más defiende a la familia y entre otras cosas recordó que se pusieron en marcha políticas sociales que permiten conciliar la vida familiar y laboral, las ayudas a la natalidad, las vacaciones de padres y madres trabajadores cuando nacen sus hijos y la Ley de Dependencia.
En el comunicado del PSOE se señala también que la actitud de la jerarquía católica atenta contra los fundamentos esenciales de la democracia, ya que éstos se basan en que la sociedad "es la que tiene potestad de ordenar los principios de libertad individual".
También subraya que, "en un régimen de libertades, la fe no se legisla" y que ese partido no dará ningún paso atrás, pues "seguiremos trabajando para que los españoles sean más libres y para que nuestra convivencia sea cada vez más respetuosa".
Este debate no parece estar próximo a su fin, ya que todo el mundo tiene presente que el 9 de marzo se celebrarán elecciones generales, y que las últimas encuestas dan como empatados al PSOE y al PP, lo cual los obligará a pactar con otros partidos, minoritarios, para lograr que su candidato a la presidencia sea designado por el Parlamento.
El debate tiene importancia ya que España sigue siendo una nación predominantemente católica. El 74,1 por ciento de los españoles se declara fiel a esa religión, aunque son poco practicantes, según un estudio publicado en julio de 2007 por la Fundación BBVA (Banco Bilbao Vizcaya Argentaria).
Pero ese mismo estudio mostró que seis de cada 10 personas encuestadas por la Fundación acepta el matrimonio entre personas del mismo sexo y que la mitad de los encuestados no asisten a ningún tipo de acto religioso, salvo bautizos, funerales y bodas. Y 42,3 por ciento aseguró que no reza nunca.
