Mijail Saakashvili logró la reelección como presidente de Georgia en comicios que la oposición denunció como fraudulentos, con 55,2 por ciento de los votos. Su principal adversario, Levan Gachechiladze, obtuvo 23,8 por ciento de los sufragios.
Al obtener más de 50 por ciento de los sufragios, Saakashvili evitó una segunda ronda electoral, pero la oposición ha convocado a manifestaciones contra lo que consideran comicios fraudulentos. Sin embargo, la mayoría de los observadores internacionales han avalado el resultado.
El empresario Badri Patarkatsishvili, cuya candidatura presidencial logró seis por ciento de los votos, dijo que las elecciones fueron "absolutamente ilegítimas" y que la ciudadanía no tolerará "este cínico engaño".
No sólo hubo fraude durante el acto electoral, agregó Patarkatsishvili, sino también antes de la votación. "Incluso los datos de las encuestas a boca de urna han sido falseados", dijo.
Saakashvili, de 40 años y educado en Estados Unidos, es un símbolo de las reformas democráticas desde que lideró la "Revolución Rosa" que puso fin al régimen comunista en 2003. En las elecciones de 2004, cuando se consagró presidente por primera vez, obtuvo más de 96 por ciento de los votos.
Las elecciones anticipadas de este sábado fueron convocadas luego de que muchos georgianos pusieran en duda el compromiso de Saakashvili con la democracia.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia puso en duda el carácter democrático de los comicios por la presión ejercida sobre los candidatos de la oposición y debido a que el oficialismo echó mano a cuantiosos "recursos gubernamentales" en su campaña.
En vísperas de la campaña electoral se pusieron en práctica programas sociales. También se denunció que los empleados públicos recibieron la instrucción de votar por Saakashvili.
"Se han recibido informes de prensa, de organizaciones no gubernamentales y de representantes de la oposición sobre numerosas violaciones de la ley electoral por parte de las autoridades", admitió el Ministerio en su sitio de Internet. Georgia es una república ex soviética de 4,5 millones de habitantes y aspira a ingresar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte y a la Unión Europea, lo que ha deteriorado su vínculo con Rusia.
Sin embargo, observadores internacionales afirmaron que la campaña fue competitiva y que los comicios se realizaron en una atmósfera libre y democrática, aunque señalaron algunas irregularidades.
"En un sentido amplio, coincidimos en gran parte con la evaluación realizada antes de los comicios por observadores que los previeron limpios. Esto concuerda con lo que vimos en el terreno", dijo a IPS George Zarubin, vicepresidente regional del Grupo Eurasia, con sede en Washington.
El Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos también señaló que las elecciones fueron democráticas.
El subsecretario para Europa y Eurasia, Matthew Bryza, dijo que Washington respaldaría al gobierno de Georgia, aunque aclaró que el país debía continuar construyendo sus instituciones democráticas, eligiendo un Parlamento independiente y fortaleciendo a la sociedad civil.
"Han sido las primeras elecciones realmente competitivas y en las que el electorado reafirmó la democracia", afirmó David Darchaishvilli, director ejecutivo de la Fundación Sociedad Abierta de Georgia, creada por el multimillonario George Soros.
"En el pasado, los cambios en el poder era totalmente previsibles, a causa de la enorme popularidad de uno de los candidatos, o debido al fraude", agregó.
Las acusaciones de fraude "carecen de fundamento. Observadores locales e internacionales supervisaron los comicios, algo sin precedentes. Y la única oportunidad de Saakashvili de mejorar su imagen en el país y en el exterior era a través de un proceso electoral limpio", agregó.
Asimismo, la Organización para la Seguridad y Cooperación Europea destacó que no se habían registrado denuncias formales sobre distribución despareja de tiempo en los medios de prensa electrónicos entre los diversos candidatos.