«Los orgullos personales y políticos se ponen, de manera absurda, por encima de la situación de los rehenes (de la guerrilla colombiana), que, si no mueren asesinados, van a morir por las enfermedades que padecen», dijo a IPS la abogada colombiana Faisure Perdomo.
"No se trata de quién gana más prestigio", agregó esta jurista, hermana de Fabiola Perdomo, la viuda de Juan Carlos Narváez, uno de los 11 diputados secuestrados por las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y asesinados en junio pasado.
"Nosotros, como víctimas, consideramos que las FARC son secuestradores y asesinos, pero, si para salvar la vida de las personas que mantienen en cautiverio es necesario definir una zona de despeje y buscar el acuerdo humanitario, no entiendo por qué (el presidente de Colombia, Álvaro) Uribe no lo acepta", agregó la abogada del occidental departamento de Valle del Cauca.
"Por eso no le creo (a Uribe) sus expresiones de solidaridad con las liberadas y los rehenes en cautiverio. Por el contrario, a mi criterio, Uribe se pone en el nivel de las FARC", sentenció.
Mientras, los medios de comunicaciones colombianos señalaron este jueves la posibilidad de que antes de un mes fueran liberados, también en Venezuela, un estadounidense y otros cuatro rehenes.
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Al respecto, la senadora colombiana Piedad Córdoba aseguró en La W Radio que es conveniente ser prudente sobre el tema. "Es una decisión que compete a las FARC, y por mi parte prefiero guardar silencio", dijo.
Los comentarios críticos de Faisure Perdomo fueron realizados tras conocerse un comunicado de la cancillería colombiana, el miércoles, en respuesta a las declaraciones de Chávez en Nicaragua y emitido por Telesur, la emisora latinoamericana de televisión para abonados encabezada por Venezuela y con sede en Caracas.
"Yo acuso al gobierno de Colombia de estar jugando una estrategia de retardo (en el encuentro de soluciones) por mandato del imperio norteamericano (estadounidense)", indicó Chávez.
El mandatario venezolano añadió que "Uribe hace lo que diga (el presidente estadounidense George W.) Bush, y Bush quiere guerra, por lo tanto Uribe quiere guerra". "Nosotros queremos la paz", continuó. "El imperio norteamericano se opone a la paz y presiona al gobierno de Colombia para que se oponga a la paz", puntualizó.
Poco después, el canciller colombiano Fernando Araujo hizo público el comunicado del gobierno del que forma parte, en el que pide respeto a Chávez.
"El presidente Hugo Chávez no desaprovecha oportunidad para maltratar a Colombia, a su gobierno y a los dirigentes colombianos", afirma el texto oficial.
En otro tramo de la comunicación de Bogotá se indica que Chávez "(…) confunde la cooperación con la injerencia, como confundió la mediación con la parcialización".
"Esta política de seguridad democrática (bandera de Uribe) avanza triunfante, pese a que el presidente Chávez quiera interpretar lo contrario. Así como se adelanta el desmantelamiento del paramilitarismo no falta mucho tiempo para la derrota de la guerrilla, cuyo único argumento actual es causar terror con la tortura de los secuestrados y la cínica revelación de ese maltrato", apuntó Araujo, quien escapó en enero de 2007 de las FARC, que lo retuvo seis años.
En paralelo a esta lectura del comunicado, las familias de ocho rehenes de la mayor guerrilla izquierdista de Colombia compartían ante los medios de comunicación el contenido de cartas y fotografías traídas desde la selva por Consuelo González, dejada libre el 10 de este mes junto a Clara Rojas. Las imágenes los muestran enfermos y encadenados pidiendo soluciones.
"Secuestrados durante 10 años ¡10 años! y, ¿no se ha hecho nada?", enfatizó González al entregar los mensajes de los rehenes a padres, esposas e hijos, portando una camiseta blanca que en letras verdes rezaba "Libertad para todos YA", y asegurando que todo su tiempo lo dedicará a la libertad de quienes se encuentran en poder de las FARC.
Los mensajes fueron enviados por los ex legisladores Gloria Polanco, secuestrada desde hace seis años, Jorge Eduardo Gechem Turbay, desde hace cinco años, y Orlando Beltrán, desde hace un año.
También por Alan Jara, el ex gobernador del central departamento del Meta que lleva seis años en poder de las FARC, el coronel Luis Mendieta y el capital Enrique Murillo, con siete años, el capitán William Donato y el sargento Arbey Delgado, con nueve años de cautiverio.
Gechen Turbay en su misiva pide la intermediación del ex presidente Ernesto Samper (1994-1998) y señala que, tras cinco preinfartos y una úlcera sangrante, ha solicitado a las FARC que lo envíen a Cuba para ser atendido, asegurando que estaría dispuesto a volver a cautiverio.
Claudia Rugeles, esposa del ex gobernador Jara recibió además de cartas y fotos en las que se ve "con cadenas en los tobillos" una cuerda "con olor a selva y humedad", dijo, para que su hijo se haga una manilla (pulsera). Agregó Rugeles que se ve "muy flaco, pero estos mensajes nos permiten sentirnos más cerca de él".
Alan Felipe, el hijo adolescente de Jara y Regules, agregó que "lo veo demacrado, aburrido, abandonado por el país".
María Teresa y Jenny, la esposa y la hija del coronel Mendieta, entre lágrimas, mencionaron las "condiciones infrahumanas en las que se encuentran los secuestrados encadenados al cuello".
La tristeza también es evidente en Juan Sebastián y Felipe Lozada Polanco, los hermanos de 20 y 18 años secuestrados con su madre, Gloria Polanco, en julio de 2001 y puestos en libertad al parecer contra el pago de un rescate que haría su padre, Jaime Lozada, asesinado presuntamente por las FARC en 2005.
Tras las escenas de dolor que producen las imágenes de los familiares de secuestrados, Marleny Orjuela, presidenta de la Asociación colombiana de familiares de miembros de la fuerza pública retenidos por grupos guerrilleros (Asfamipaz), se dirigió al líder de FARC, Manuel Marulanda o Tirifijo, cuyo verdadero nombre es Pedro Antonio Marín.
"Por favor, con respeto, con dignidad, le pido que quiten las cadenas a los secuestrados. Ya son suficientes los 10 años que llevan pudriéndose en las selvas de Colombia", dijo Orjuela ante las cámaras de televisión.
Por otra parte, a sólo una semana de la liberación de González y Rojas se conoció el secuestro de seis turistas, cinco colombianos y un noruego que se desplazaban por un río en las inmediaciones del municipio de Nuquí, en el occidental departamento de Chocó, sobre el océano Pacífico. Las FARC no se han pronunciado sobre los motivos de esta retención.