La propuesta misión conjunta de la ONU y la Unión Africana para la occidental zona sudanesa de Darfur (Unamid), de 26.000 efectivos y descrita como la fuerza de paz potencialmente más grande del mundo, aterrizó antes de poder despegar, debido a la falta de soldados y de equipamiento militar.
"Es absolutamente frustrante", dijo un alto funcionario de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), mientras la Secretaría General del foro mundial avanza poco en la tarea de hallar efectivos y garantizar helicópteros, vehículos blindados y otros equipos logísticos que se necesitan con urgencia para concretar el pleno despliegue de la fuerza.
El gobierno de Sudán, que busca una fuerza de paz totalmente africana, rechazó el despliegue de unidades militares ofrecidas por Tailandia, Nepal, Noruega y Suecia.
Consultada sobre los rechazos, Marie Okabe, portavoz del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo a IPS que "no se recibió ninguna posición formal o escrita" en respuesta a la correspondencia sobre la composición de la fuerza enviada a la occidental región de Sudán en octubre.
"El gobierno de Sudán rechazó la contribución de los nórdicos", agregó.
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Dirigiéndose a los presentes en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU semanas atrás, el subsecretario general para el mantenimiento de la paz, Jean-Marie Guéhenno, dijo que los rechazos de Jartum tendrán "graves consecuencias" para el completo despliegue de la Unamid.
Desde hace dos semanas, apenas 9.000 de los 26.000 soldados propuestos fueron desplegados en Darfur.
"Esto es insuficiente", dijo el secretario general a comienzos de enero. Ban urgió a los 192 estados miembro de la ONU a proporcionar tropas "a la brevedad posible".
Se espera que la mayor parte de las tropas proceda de 11 naciones africanas: Burkina Faso, Egipto, Etiopía, Gambia, Ghana, Kenia, Malawi, Malí, Nigeria, Senegal y Sudáfrica.
La misión de paz, que entró oficialmente en vigor el 31 de diciembre, también se vio imposibilitada a causa de la falta de helicópteros —la Unamid requiere 24— y otro equipamiento logístico.
Consultada sobre si Sudán rechazó algún helicóptero ofrecido por naciones occidentales, Okabe respondió: "Todavía no recibimos ningún ofrecimiento de helicópteros de estados occidentales".
Bill Fletcher Jr., ex presidente de TransAfrica Forum, dijo a IPS que Estados Unidos debería suministrar helicópteros y otros equipos militares para asegurarse de que la fuerza de paz esté bien equipada.
El problema mayor es político, agregó. El gobierno de Sudán pudo utilizar la percepción de "intervención extranjera" como manera de hacer que varios gobiernos crean que el despliegue de fuerzas de paz es, de algún modo, inapropiado.
"No obstante, la Unión Africana debe articular una visión más clara y más unificada en relación a lo que cree es necesario y a qué clases de apoyo no africano son adecuadas para llevar una resolución pacífica al conflicto de Darfur", señaló Fletcher, director ejecutivo del sitio Blackcommentator.com.
Los problemas de Darfur, reino independiente anexado por Sudán en 1917, comenzaron en los años 70 como una disputa por las tierras de pastoreo entre nómadas árabes y agricultores indígenas negros, ambos musulmanes.
La crisis derivó en una guerra civil en febrero de 2003, cuando guerrilleros negros respondieron con violencia al hostigamiento de las milicias árabes Janjaweed ("hombres a caballo"), que se presume son apoyadas por Jartum.
Los Janjaweed y el régimen sudanés son acusados de implementar una campaña de limpieza étnica contra tres tribus negras que respaldan a los dos grupos guerrilleros.
Según cálculos de la ONU, en el conflicto de Darfur ya han muerto por lo menos 200.000 civiles, y redujo a 2,2 millones de personas al estatus de refugiados o desplazados internos.
La nueva fuerza híbrida tendrá un mandato inicial de 12 meses e incorporará a la ex Misión de la Unión Africana en Sudán (AMIS, por sus siglas en inglés), que estuvo en Darfur desde 2004. Pero la propia AMIS sufrió una escasez de tropas y recursos financieros.
La Unamid, que posee un presupuesto anual de aproximadamente 1.500 millones de dólares, debe actuar bajo el Capítulo VII de la Carta de la ONU para apoyar la implementación temprana y efectiva del Acuerdo de Paz de Darfur de 2006 entre el gobierno y los rebeldes que combaten en Darfur.
La fuerza de la ONU también tiene entre sus tareas proteger a civiles, impedir ataques armados y garantizar la seguridad de los socorristas y de su propio personal e instalaciones.
Al estar sujeto a interpretación, el Capítulo VII también da poder al Consejo de Seguridad para que actúe, lo que incluye la acción militar, "con respecto a amenazas a la paz, violaciones de la paz y actos de agresión".