En otro intento por lograr la aprobación del tratado de libre comercio (TLC) bilateral con Colombia, visitó este país la secretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleezza Rice, en compañía de tres subsecretarios y nueve senadores del opositor Partido Demócrata.
Minutos antes de regresar a Washington y tras 24 horas de permanencia en Colombia, Rice y el presidente anfitrión Álvaro Uribe ofrecieron en la tarde de este viernes una breve rueda de prensa desde la Base Aérea en Rionegro, 450 kilómetros al noroeste de Bogotá.
La visitante, en la única declaración pública que realizó, confirmó el interés del gobierno de George W. Bush por aprobar el TLC con Colombia y señaló que la invitación a los legisladores demócratas para que la acompañasen es lograr vencer su oposición a la ratificación del acuerdo comercial.
Uribe agradeció el interés del gobierno de Bush y enfatizó que mantiene su política de seguridad con democracia, distinta a la de países latinoamericanos que la llevaron adelante en dictadura.
Dos horas y media antes de esta conferencia de prensa se realizó una reunión privada entre la comitiva estadounidense y representantes del gobierno colombiano, entre ellos los ministros de Interior y Justicia, Defensa, Comercio, Industria y Turismo, Protección social, y Cultura.
También este viernes la comitiva estadounidense conversó con sindicalistas que apoyan el tratado, en especial del sector bananero de la noroccidental región de Urabá, que organizaciones defensoras de los derechos humanos aseguran tienen vínculos con paramilitares de ultraderecha.
Luego Rice se entrevistó a puerta cerrada con ex guerrilleros y paramilitares desmovilizados. Fue "para proteger la identidad", según el equipo de prensa que acompaña a la canciller estadounidense.
En entrevista con Caracol, el canal privado de televisión local, los desmovilizados dijeron que solicitaron apoyo a Rice para la adquisición de vivienda, aumento en ofertas laborales y educativas que les permita integrarse de lleno a la sociedad.
Posteriormente, la comitiva recorrió el Parque Explora, centro de ciencia y tecnología que da muestra de la historia de la región, de donde es originario el presidente Uribe.
La exposición destaca los cambios logrados en el norteño departamento de Antioquia durante el último lustro, tras ser considerada su capital, Medellín, una de las ciudades más peligrosas del mundo en las décadas del 80 y del 90.
En los alrededores del parque, cientos de manifestantes protestaron por la visita y mostraron pancartas en las que piden "libertad y dignidad para los secuestrados".
A continuación visitaron "El trigal", cultivo de flores de exportación, 450 kilómetros al noroeste de Bogotá. Los productores del sector solicitaron apoyo para el comercio bilateral.
El recorrido de la caravana por Medellín fue custodiada por 30 vehículos, un helicóptero, una ambulancia y más de 2.000 efectivos de todas las ramas de las fuerzas de seguridad colombianas.
A su llegada el jueves por la tarde a esta ciudad, Rice, los subsecretarios de su cartera y los senadores demócratas sostuvieron una reunión con representantes de las tres centrales sindicalistas colombianas y con empresarios antioqueños.
Los trabajadores organizados son los mayores opositores a la firma del tratado de libre comercio entre los dos países, posición que respaldan con las denuncias de hechos de persecución y asesinatos.
"Una impunidad de 98 por ciento, la precariedad del empleo y los resultados negativos de 17 años de apertura económica son razones suficientes para que el tratado no sea aprobado por el congreso legislativo estadounidense, hoy con mayoría demócrata", advirtió ante IPS Fabio Arias, vicepresidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
En cuanto a la persecución sindical, Arias asegura que "la impunidad y la persecución sistemática en contra del sindicalismo han sido probados ante los congresistas estadounidenses, tanto en Colombia, como en Washington.
A las afirmaciones de los trabajadores, Uribe insistió que "los sindicatos colombianos saben que en Estados Unidos se ataca a Colombia por el asesinato de líderes laborales", y agrega que, "cuando comenzó este gobierno (2002) en Colombia se asesinaban 165 líderes sindicales por año. En 2005 bajó a 12".
En una reunión realizada el jueves en la noche, los sindicalistas confirmaron que las muertes violentas de colegas alcanzaron a 40 en 2007 y a 2.574 en los últimos 22 años.
Al término de la reunión, Luciano Sanín, de la Escuela Nacional Sindical indicó ante los periodistas que "se logró el compromiso de Washington de exigirle al gobierno colombiano que cumpla las normas laborales. Que en este país haya respeto por los sindicatos y por la dignidad de los trabajadores".
Al final del encuentro, la oficina de prensa de Rice ratificó "que mantendría su apoyo al TLC entre los dos países". Por su parte, Arias afirmó que, de todas maneras "antes de noviembre, antes de las elecciones en Estados Unidos, no existe la menor posibilidad de que el TLC sea firmado".
Asimismo, un estudio de mediados de enero, realizado por la Red Colombiana de Acción Frente al Libre Comercio (Recalca), asegura que "estudios del Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID) de la (estatal) Universidad Nacional de Colombia (UN) revelan la precariedad de las condiciones de los trabajadores colombianos".
"Las leyes 50 de 1990, y 789 de 2002, entregaron a los empresarios las herramientas necesarias para contratar y despedir a su antojo", afirma el estudio.
"Hoy el 56 por ciento del empleo en las 13 ciudades principales es informal. El número de trabajadores independientes pasó de 4 millones en 1994 a 6.7 millones en 2007. La industria no crea empleos permanentes en los últimos 14 años, pero se han eliminado 215.000 puestos", continúa.
Por su parte el presidente Uribe reitera en diferentes espacios públicos que "este gobierno ha creado un millón 700 mil empleos en el sector privado. Y en eso han ayudado las exportaciones a Estados Unidos".
En busca de la aprobación, el mandatario insiste en que "el tratado nos da oportunidad de generar empleo digno, estable, con afiliación a la seguridad social, y se convierte en un acuerdo jurídico que garantiza la protección efectiva de los derechos de los trabajadores".
Posición que ratificaron los empresarios antioqueños, que en reunión con Rice y su comitiva el jueves por la noche, aseguraron que "no se están pidiendo dádivas, sino oportunidades para competir en igualdad de oportunidades".
La puja entre trabajadores y gobierno se inició a finales de 2003 cuando Uribe anunció su proyecto de Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.
La negociación se inició en mayo de 2004 y concluyó en febrero de 2006. Luego se realizó la revisión y confrontación de textos en inglés y español, y en agosto de 2006 el presidente Bush notificó al parlamento que la negociación del tratado, firmado en noviembre del mismo año por los dos gobiernos, pero que aún resta ser ratificado por el Congreso estadounidense.
En cambio, el parlamento colombiano lo ratificó, correspondiendo ahora a la Corte Constitucional emitir el concepto sobre su constitucionalidad.
En este lapso, tanto sindicatos como el gobierno se han reunido de manera frecuente con senadores demócratas. Representantes de las centrales obreras, volverán a Washington a fines de febrero.
La estrategia gubernamental para lograr la ratificación del tratado incluye una visita la semana próxima Miami del vicepresidente colombiano Francisco Santos.
En febrero próximo, los ministros Juan Manuel Santos, de Defensa, y Luis Guillermo Plata, de Comercio, viajarán a Washington junto a representantes de grupos empresariales.
A su vez, el secretario del Tesoro (ministerio de hacienda) de Estados Unidos, Henry Paulson, visitará Colombia entre el 16 y 18 de febrero en compañía de otro grupo de legisladores, seguidos por funcionarios de gobierno.
La estrategia y la visita que realiza la comisión estadounidense a Medellín es considerada por el senador Jorge Robledo, del opositor Polo Democrático Alternativo, "sólo como una visita del imperio a sus vecinos del patio de atrás".
Robledo dijo a IPS que "nada bueno, ni nada claro hay detrás de todo esto". Aseguró que esta es una coyuntura de Estados Unidos cuando se vislumbra una recesión en ese país.
Enfatizó, además, que de ninguna manera la comitiva "destrabará" la actual situación del tratado, cuyo contenido general motivó la denuncia de Robledo ante la comisión de acusaciones de la Cámara de Representantes en contra de Uribe, por "traición a la patria", hace un año. * Aporte de Constanza Vieira