El Tratado Reformador de la Unión Europea (EU), la cumbre con África y la consagración de la asociación de cooperación estratégica con Brasil son los principales triunfos que Portugal presenta al finalizar su presidencia semestral del bloque.
A estos logros se unen la ampliación del espacio de libre circulación de Schengen a otros países miembros, la concreción del programa europeo de satélites Galileo y una orientación clara sobre el plan tecnológico para la energía y el cambio climático.
La creación del Día Europeo contra la pena de muerte, un acuerdo sobre estrategia acerca de la "flexiseguridad" laboral y el avance hacia una política conjunta de recepción de inmigrantes, también hicieron parte del listado presentado este martes por el primer ministro de Portugal, José Sócrates, ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo.
Para lograr la firma del Tratado Reformador de la UE, ahora llamado Tratado de Lisboa, la presidencia lusa debió vencer el 13 de este mes los enormes obstáculos colocados por italianos y polacos, que no aceptaban ser considerados "mas pequeños que los franceses y británicos.
En especial, no fue fácil para los portugueses convencer a los británicos sobre la necesidad de reunirse con África, lo cual no ocurría desde la anterior presidencia lusa de 2000, debido a las reservas de Londres para sentarse en la misma mesa con el presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe.
En el balance conclusivo de su presidencia, Sócrates aseveró, en la tarde de este martes ante el hemiciclo de Estrasburgo, que cumplió "todos los objetivos" que se propuso, dejando "marcas profundas" para el futuro de la UE.
Tras estos seis meses, Europa está ahora mejor, "ante sí misma y ante el mundo", dijo Sócrates, tras asegurar que traspasa el mando a Eslovenia el 31 de diciembre con "un sentimiento del deber cumplido".
Durante su discurso ante los diputados del bloque europeo, no dejó de destacar el "fantástico coraje de Angela Merkel", la primera ministra de Alemania, país que precedió a Portugal en la presidencia rotativa de la UE y que en gran parte, abrió el camino para lograr la firma del Tratado Reformador. "A lo largo de estos seis meses, fuimos capaces de superar bloqueos, impasses y preconceptos, lo que permite afirmar hoy, al finalizar la presidencia portuguesa, que Europa está más fuerte no sólo internamente, sino también en su política externa", precisó el gobernante lusitano.
En la misma sesión del parlamento de Estrasburgo, el presidente de la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, José Manuel Durão Barroso, felicitó los "liderazgos competentes" de Sócrates y de Merkel durante 2007.
"2007 mostró que la UE está a la altura de sus compromisos", dijo y recordó que gracias a los esfuerzos de las dos presidencias rotativas de este año se pudo conseguir la firma del Tratado de Lisboa, que marcó el fin de una crisis institucional, que se inició en 2005, con los rechazos a la Constitución Europea en sendos plebiscitos realizados en Francia y Holanda.
Sin embargo, Durão Barroso apuntó que este éxito político, "debe ser concretado" en 2008, con la ratificación del tratado por 26 de los 27 Estados miembros, ya que Hungría, "cuyo ejemplo espero sea seguido", fue el primer país en hacerlo el lunes.
En declaraciones a la agencia de noticias Lusa al terminar la presidencia lusa, Durão Barroso expresó que "como presidente de la Comisión, me compete defender el interés general europeo, pero no soy apátrida y con certeza que estoy particularmente satisfecho cuando son éxitos de Portugal"
Al concluir este semestre "la imagen de Portugal salió muy reforzada ante sus pares europeos y también fuera de Europa", concluyó el presidente del ejecutivo comunitario.
Otro empeño en que Sócrates se jugó, fue en la inclusión de nueve nuevos países en el espacio libre de controles fronterizos del Acuerdo de Schengen, incluso ofreciéndoles gratuitamente tecnología portuguesa para colocar en los sistemas informáticos de sus respectivas policías de frontera.
A partir del viernes, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Hungría, la República Checa, Eslovaquia, Eslovenia y Malta, formarán parte del acuerdo de Schengen, actualmente formado por los comunitarios Alemania, Austria, Portugal, España, Francia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Italia, Grecia, Finlandia, Dinamarca y Suecia.
Del espacio Schengen hacen parte también Islandia, Noruega y Suiza, que no son miembros de la UE, mientras que no han ingresado los comunitarios Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, la República de Irlanda, Chipre, Bulgaria y Rumania.
Las únicas notas "menos positivas" apuntadas por Sócrates, fueron la postergación de una solución para la provincia de Kosovo, cuya población mayoritariamente albanesa y de religión musulmana desea independizarse de la eslava y ortodoxa Serbia, que acepta sólo la autonomía,
También apuntó en el debe la falta de progresos en el objetivo de llevar a China a ajustar su política monetaria a las reglas del comercio mundial. No obstante la euforia oficial, no todos son elogios a la presidencia portuguesa. La oposición reconoce que, en efecto, Sócrates logró los objetivos anunciados el iniciar su mandato semestral, pero no considera que estos propósitos sean de beneficio para la población europea.
La presidencia portuguesa ignoró "los problemas fundamentales de los trabajadores, de los agricultores y de las poblaciones", los que "hipotecó al negociar este tratado, que retoma lo esencial de la Constitución Europea", comentó la diputada comunista al Parlamento Europea Hilda de Figueiredo, en referencia a la serie de medidas consideradas "neoliberales" por la izquierda europea.
Los críticos consideran que el tratado concede demasiados poderes a los países grandes y reduce al rol de meros espectadores a los pequeños y medios, al tiempo de propugnar un modelo laboral llamado de "flexiseguridad", que permite facilitar el empleo precario y los despidos sin justa causa.
El analista internacional Augusto Vilela recordó a IPS que "hasta la aparición en la escena política del ex primer ministro británico Tony Blair en 1997, los partidos socialistas, laboristas y socialdemócratas de la UE defendían la llamada Europa social, con fuerte compromiso hacia la seguridad laboral".
Sin embargo, "poco a poco se fue imponiendo la llamada tercera vía de Blair y actualmente los partidos socialistas defienden el modelo social de corte neoliberal", añadió.
A modo de ejemplo, mencionó el caso de su país, "donde la derecha está en decadencia, porque ¿para qué necesitamos derecha en Portugal, si Sócrates les robó todas sus banderas?".
Para Miguel Portas, eurodiputado del Bloque de Izquierda, desde el punto de vista externo, Portugal alcanzó su gran designio, la firma del Tratado de Lisboa, "pero esa es una victoria de los 27 gobiernos, pero no de la UE y menos aun de su ciudadanía".
"El gran resultado de esa enorme confusión (el Tratado de Lisboa) firmada el 13 de diciembre, es la exclusión de las consultas populares", añadió en referencia al pie atrás da varios líderes de la UE sobre respectivos referendos, los que deben ser sustituidos por ratificaciones parlamentarias. En efecto, Dinamarca, Francia, Holanda y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, países con fuertes corrientes de opinión "euro escépticas", ya anunciaron que no se justifica el referendo.
Un editorial del Diario de Noticias, publicado el lunes, sostiene que los cazadores de conspiraciones ya teorizan que el Tratado de Lisboa, tiene un texto oscuro, que "oculta deliberadamente la transferencia de poder para el nivel supranacional y entierra la consulta popular en una montaña ilegible de burocracias para iludir su verdadero alcance político". En un artículo de opinión del mismo día en el citado periódico, el ex comisario de Justicia de Europa y ex ministro de Defensa portugués Antonio Vitorino señala que, "como ya se comprendió por los primeros tiros de aviso, el debate va a centrarse en la elección del proceso de ratificación, por referendo o por vía parlamentaria".
"La teoría conspirativa dice que hay un pacto de sangre entre los líderes europeos para no llevar a cabo los referendos, con la conocida excepción de (la República de) Irlanda, la que está obligada por imposición constitucional", añadió
El ex comisario concluye sosteniendo que, "personalmente, no creo en esa tesis, pero veremos lo que va a pasar entre los 27 y después sacamos las conclusiones".