Una comisión parlamentaria de Chile identificó responsables del fracaso de Transantiago, el plan de transporte público de la capital iniciado hace 10 meses.
Aunque el sistema aún no se normaliza, la presidenta Michelle Bachelet confirmó en su puesto al actual ministro del ramo por los avances registrados.
El plan fue diseñado en el gobierno del socialista Ricardo Lagos (2000-2006) y puesto en marcha por su correligionaria Bachelet el 10 de febrero de este año, con la promesa de mejorar la calidad de vida de los 6,6 millones de santiaguinos.
El Partido Socialista integra la coalición centroizquierdista en el poder desde 1990, junto con los partidos Demócrata Cristiano, Por la Democracia y Radical Social Demócrata.
Entre otros cambios, se modificaron todos los recorridos, se redujo de 9.000 a menos de 5.000 la flota de autobuses y se introdujo el pago electrónico.
Pero el plan resultó un fiasco debido a la baja frecuencia con que circulan los autobuses, a la falta de cobertura en algunas barriadas periféricas y a la enorme cantidad de transbordos que deben hacer los usuarios.
La presidenta Bachelet rechazó este viernes la renuncia presentada el mismo día por el ministro de Transportes, René Cortázar, quien asumió en marzo en reemplazo de Sergio Espejo.
"En el mes de mayo me comprometí con la presidenta de la República y con el país a normalizar el sistema de transporte público de la ciudad de Santiago antes de fin de año. No lo he logrado", afirmó Cortázar después de la ratificación de la presidenta.
No obstante, el funcionario señaló que el actual sistema "es mucho mejor que el que teníamos en marzo".
Aunque en su gestión se renegociaron los contratos con los operadores privados de los autobuses, se construyeron cerca de 5.000 paradas techadas y se modificaron más de 300 recorridos, Transantiago dista de ser el sistema "moderno" y "eficiente" que se prometió.
La mandataria destacó la "dedicación", "coraje" y "esforzado trabajo" de Cortázar, quien cuenta con su "plena confianza" para encabezar "la próxima etapa de cambio".
Cortázar, por su parte, dijo estar dedicado al "rediseño" del plan y anunció que el próximo lunes dará a conocer nuevas modificaciones que beneficiarán a unas 600.000 personas.
El diputado del derechista Partido Unión Demócrata Independiente (UDI), Patricio Melero, comentó que Chile es "el único país del mundo donde a 24 horas de que la Cámara de Diputados consigna a más de 30 responsables y demuestra los fracasos del sistema, la presidenta de la república, en vez de pedir renuncias, las rechaza".
Un día antes de la renuncia de Cortázar y de su confirmación en el cargo, la comisión investigadora del plan Transantiago creada hace seis meses en la Cámara de Diputados entregó sus esperadas conclusiones.
La comisión, integrada por siete diputados oficialistas y seis de la oposición derechista, tenía la misión de identificar las responsabilidades políticas detrás del fallido plan de transporte.
Como los legisladores no llegaron a un acuerdo, optaron por escribir dos informes, uno que representa a los diputados oficialistas y otro a los de las dos colectividades de derecha. La principal divergencia fue el grado de responsabilidad asignada al ex presidente Lagos.
Mientras los parlamentarios de la coalición oficialista Concertación de Partidos por la Democracia consideraron que Lagos incurrió en un "error político" por el diseño del plan, la alianza derechista calificó su gestión de "negligente".
El texto de la Concertación fue el aprobado por la comisión y deberá ser sometido a votación del plenario de la Cámara Baja la próxima semana.
En ambos textos se identifican a más de 30 responsables del fracaso, entre funcionarios de este gobierno y del de Lagos y actores privados. Encabezan la lista el antecesor de Cortázar, Sergio Espejo, y el subsecretario de Transportes, Danilo Núñez, quien continúa en su cargo.
También se le adjudican cuotas de responsabilidad a los actuales ministros de Hacienda, Andrés Velasco, y de Obras Públicas, Eduardo Bitrán, "quienes confiaron en lo que se les planteó y no cuestionaron su seriedad y consistencia".
Asimismo, se acusa a los ex ministros de Hacienda, Transportes, Vivienda y a la ex intendenta (representante del gobierno central) de la Región Metropolitana durante la presidencia de Lagos.
Parte de la responsabilidad también recayó sobre el Administrador Financiero del Transantiago (AFT), entidad privada integrada por cinco bancos y la principal empresa informática del país, Sonda.
El presidente de la comisión investigadora Patricio Hales, diputado del oficialista Partido por la Democracia, señaló a IPS que Bachelet es la encargada de dictar las sanciones que considere pertinentes, y agregó que espera que "no todos" los funcionarios mencionados en los informes continúen en sus cargos.
Hasta ahora, dijo, no ha recibido información alguna sobre la decisión que tomará la mandataria al respecto.
A su juicio, Cortázar ha dado importantes pasos en el rediseño del Transantiago, pero no con la "profundidad" que se requiere. "Estoy seguro de que no vamos a volver al sistema antiguo", señaló, si bien dijo desconocer el nuevo plan.
La Universidad privada Cardenal Raúl Silva Henríquez dio a conocer el martes una encuesta, realizada entre octubre y noviembre, sobre la percepción del Transantiago que tiene la población pobre de la capital.
El estudio asigna al proyecto una calificación de 2,8 puntos en una escala de uno a siete. Las principales quejas se refieren a la mayor espera en las paradas, el extenso trayecto a pie para acceder a ellas y la gran demora de los viajes.
Entre los consultados, 75,8 por ciento creen que el Transantiago no le ha traído ningún beneficio a su familia. Sólo 9,3 por ciento destaca el pasaje electrónico.
Cortázar entregó el jueves los resultados de una encuesta realizada por la Universidad Católica de Chile sobre el tiempo de espera en las paradas.
Según este informe, el porcentaje de personas que espera más de 10 minutos pasó de 21 por ciento en junio a 7,1 por ciento en noviembre, y la proporción de quienes aguardan más de 20 minutos bajó de 4,4 por ciento en junio a 1,4 por ciento en noviembre.
Eso se debió al aumento de 4.600 autobuses en julio a casi 5.800 en noviembre. A fines de diciembre deberán estar en circulación 6.400 vehículos.
El ingeniero civil y doctor en Transporte Sergio Jara atribuyó el fracaso del plan a la lógica de autofinanciamiento que rigió su diseño.
La restricción presupuestaria incide directa y perversamente en la malla de recorridos, frecuencias y tamaño de los buses, observó, en un análisis publicado en una edición extraordinaria de la desaparecida revista Análisis, publicada este mes.
Un plan tan ambicioso como el proyectado requería de subsidios aún no definidos, pues el Congreso legislativo rechazó el 20 de noviembre una indicación del proyecto de ley de Presupuesto 2008 que inyectaba al Transantiago 145 millones de dólares para su operación hasta abril del próximo año.
Parlamentarios de la oposición derechista y algunos oficialistas que votaron en contra de esta cláusula le exigían al gobierno que arreglara de una vez el problema y que definiera exactamente el subsidio que requerirá el sistema.