Ana de Sánchez, madre de cuatro hijos, asegura que «ganó media hora de vida» con el nuevo huso horario implantado en Venezuela, cuatro horas y media al oeste, en vez de las antiguas cuatro horas, respecto del meridiano de Greenwich.
Sánchez, de 39 años, vive en Catia, el populoso oeste de Caracas, y debe alistar a sus niños para que vayan a la escuela junto a los de una vecina y comadre, con quien mantiene un puesto callejero de venta de ropa en el centro de la ciudad.
"A mí me beneficia un poco el cambio de hora", dijo Sánchez a IPS, "porque ahora con más calma acudo a la bodega (pequeña tienda de víveres) a comprar lo que necesite para los desayunos y prefiero que ya sea entrada la mañana cuando los niños vayan a la escuela. Por estos días duermen un poquito más".
El cambio a la nueva hora legal, con atraso de 30 minutos en los relojes, se efectuó a las 03:00 de la madrugada del domingo 9 de diciembre, sin mayores dificultades por parte de las empresas de telefonía, luz eléctrica, aeropuertos y otros servicios.
El ministro de Ciencia y Tecnología, Héctor Navarro, proponente del cambio de uso horario, esgrimió como principal argumento que "los seres humanos estamos sincronizados con la luz solar. Esto significa que durante el día se produce el máximo aprovechamiento de las hormonas que están sincronizadas con la luz solar".
Según Navarro, "la desincronización de los ciclos fisiológicos, así como el adelanto del despertar, puede producir alteraciones". En los niños, trastornos alimenticios por desayunarse de madrugada. En los adultos, "episodios de microsueño", que llevan a irritabilidad, disminución de los reflejos y de la productividad.
"No ha significado ninguna diferencia. Quizá una mañana un poquito más caliente, pero media hora no es algo que se note en la productividad, los obreros trabajan igual", dijo a IPS Luis Aular, ingeniero en la construcción de un centro comercial.
En sus programas dominicales de radio y TV "Aló Presidente", el mandatario de Venezuela, Hugo Chávez, había advertido desde hace tiempo que los niños, en su opinión, marchaban muy temprano a las escuelas y debían dejar las sábanas cuando el país aún estaba a oscuras.
Venezuela, país tropical, no efectúa los cambios de hora estacionales propios de la zona templada del planeta. De 1912 a 1964, la hora legal en su territorio buscó un meridiano del centro del país y se ubicó en -4,30 con relación a GMT (Greenwich Mean Time).
En diciembre de 1964 se adelantaron los relojes media hora y el país tomó como referencia el meridiano 60, cuatro horas menos que GMT, y el cual toca en Punta Playa, extremo oriente fronterizo con Guyana.
Entonces se alegaron dos razones: ahorro de energía y sincronización con la tendencia mundial de facilitar cuentas y comunicaciones con uso de horas completas.
Pocos países y territorios se rigen por diferencias de media hora respecto de GMT, entre otros lo hacen Afganistán, India, Irán, Birmania, Sri Lanka, el centro de Australia, Terranova (Canadá) y Hawai (Estados Unidos). En Nepal, los relojes marcan cinco horas y 45 minutos antes que GMT.
A los pedidos de Chávez siguió el estudio del Ministerio de Ciencia y Tecnología, presentado hace unos meses por Navarro como posibilidad, pero que el mandatario adoptó con su facultad para modificar decenas de leyes hasta junio de 2008.
"A mí no me importa que me digan loco o se burlen de mí, la nueva hora va. Que me digan lo que quieran", dijo Chávez en un Aló Presidente en septiembre, cuando la prensa y la red de redes comenzaron a tratar con sorna el proyecto de cambio de hora. "A mí me propusieron la idea, me gustó, y dije que sí", añadió el mandatario.
Uno de los mensajes difundidos por Internet planteaba porqué, si más horas de luz abonan el progreso, entonces no encabezan los índices de más desarrollados los países africanos o latinoamericanos que viven bajo un sol inclemente, posiciones ocupadas en cambio por países del Norte con noches más largas.
Pero médicas como la endocrinóloga Daniela Jakubowicz, del privado Hospital de Clínicas, avalan que "esos 30 minutos extras de sueño colaborarán con un mejor rendimiento de las personas. Sus ritmos circadianos (ritmos hormonales que se repiten cada 24 horas) funcionan mejor si cumplen sus fases matutina y vespertina".
Las noches muestran otra cara de la moneda. "Ahora debemos recoger los bártulos más temprano, porque no podemos estar en estas calles de noche, hay mucha inseguridad", comenta Sánchez, quien prefiere "regresar rápido para estar con mis muchachos porque cuando es noche cerrada sale mucho delincuente".
Fermín Díaz, trabajador de una tasca en La Candelaria, que fue un barrio bohemio de Caracas, teme que "con más horas de oscuridad se alejen más los clientes que ahora vienen principalmente de día, debido a la inseguridad".
En Caracas, de unos cuatro millones de habitantes, hubo 2.208 homicidios en 2006 y en el período enero-septiembre de 2007 las cifran muestran un incremento de 21 por ciento, según el Centro para la Paz de la Universidad Central de Venezuela.
Ulises Montiel, quien trabaja en un hotel de Maracaibo, principal ciudad del occidente, dijo a IPS que "nuestro problema es que al oscurecer más temprano los por-puesto (autobuses medianos) aumentan la tarifa de transporte, de horario nocturno".
Niños y niñas de algunos colegios de Caracas comentaron que ahora el tiempo para jugar de las últimas horas de la tarde se les ha achicado. "Si tenemos que estar más temprano en la casa vamos a jugar menos con los amigos y veremos más televisión", dijo a IPS Juan Manuel Carvajal, que cursa quinto grado de enseñanza primaria.
Profesores de la escuela secundaria Pablo Vila, junto a una barriada en el sur de la ciudad donde la inseguridad es marcada, dijeron a IPS no tener "problemas con las mañanas, pero en el turno de la tarde debemos adelantar la hora de salida respecto del horario oficial: los muchachos no pueden irse a las 6, sino a las 5 y 20 o 25 minutos".
En los aeropuertos el ajuste se ha efectuado sin contratiempos, aunque las aerolíneas que sólo viajan de día a ciertas provincias reprograman sus itinerarios.
En general, por ser esta la temporada de noches ligeramente más largas y clima más fresco en la mayor parte de Venezuela, así como un período previo a las vacaciones navideñas, el cambio no ha alterado mayormente las actividades de sus habitantes.
La polarización política que consume al país no podía faltar, y personajes como el dramaturgo y columnista opositor Ibsen Martínez dijo que "no cambiar de huso horario puede ser un guiño cómplice entre los venezolanos contra la arbitrariedad. No pienso atrasar mi reloj, porque no me da la gana".