Disuelta la opositora Concertación Nacional, cada uno de sus partidos miembro define ahora sus candidatos para las elecciones presidenciales de 2008 en Paraguay, con la esperanza de derrotar por fin al Partido Colorado, en el poder desde hace 60 años.
La cuenta regresiva del proceso electoral que culminará el 20 de abril comenzó en la víspera con la elección del ex obispo católico Fernando Lugo como primer postulante a presidente por la oposición en las primarias del Partido Demócrata Cristiano (PDC).
Lugo se afilió en octubre a este partido minoritario sin representación parlamentaria para que avale su aspiración a gobernar Paraguay, tal como lo exige la legislación.
El ex religioso encabezará la fórmula presidencial de la Alianza Patriótica para el Cambio (APC), una agrupación que surgió de las cenizas de la Concertación, y que está conformada además del PDC por el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), movimientos de izquierda y organizaciones sociales.
El PLRA, la segunda fuerza política de este país e histórico oponente del coloradismo, también realizó comicios el fin de semana, pero por primera vez en 120 años no competirá con un candidato propio a la presidencia de Paraguay.
Los liberales, en una convención, acordaron competir solo por la vicepresidencia para la dupla de Lugo, por considerarlo el candidato mejor posicionado en las encuestas.
Las votaciones terminaron en un inusual empate técnico entre los dos principales contendientes: el senador Carlos Mateo Balmelli, abogado y vicecanciller en 1999, y Federico Franco, médico y ex gobernador del departamento Central, que concentra más de 40 por ciento de los seis millones de paraguayos.
Según los datos extraoficiales, Franco lleva una leve ventaja, pero no es suficiente aun para cantar victoria, ya que sigue el conteo de votos. El Tribunal Electoral Independiente del PLRA anunció que los resultados oficiales podrían darse a conocer sólo este martes. Los liberales también eligieron candidatos para el Congreso legislativo, gobiernos regionales y miembros de juntas departamentales, así como integrantes de su mesa directiva. Lugo no quiso opinar sobre las elecciones liberales y dijo que prefería esperar los resultados oficiales para saber quién será su compañero de fórmula.
Aseguró, en cambio, que recibió la candidatura presidencial con "serenidad y humildad, con fortaleza y esperanza".
"Las grandes mayorías de nuestro pueblo están esperando esta candidatura y la asumo como un don de Dios, como hace un año he renunciado a la vida religiosa. Quiero que nuestro país no sea conocido sólo por la corrupción y empeñaremos el mejor de nuestros esfuerzos e inteligencia para que Paraguay alcance el desarrollo", aseguró.
El 21 de diciembre de 2006, Lugo presentó su renuncia al obispado y al sacerdocio, pero no le fue aceptada por el Vaticano, que en enero de 2007 lo suspendió "a divinis" sin posibilidad de volver a la condición de laico.
El ex obispo anunció que intensificará su campaña luego de las primarias del Partido Colorado, previstas para el próximo domingo.
El oficialismo, con el presidente Nicanor Duarte Frutos a la cabeza, postula a la ex ministra de Educación, Blanca Ovelar, quien competirá por la candidatura con el ex vicepresidente Luis Castiglioni y el propio titular del Partido, José Alberto Alderete.
Tres encuestas publicadas en las últimas semanas señalan a Castiglioni como ganador.
El ex vicepresidente rompió relaciones con Duarte Frutos, luego de que éste le negara su apoyo para las internas partidarias, lo cual desató una guerra política en las que llueven acusaciones mutuas sobre corrupción, mal desempeño de funciones y utilización indebida del aparato estatal para hacer campaña electoral.
En las últimas semanas, Duarte Frutos ha jugado más de operador político que de presidente del país, haciendo abiertamente campaña a favor de Ovelar en actos público.
Para algunos analistas, este es un claro signo de su desesperación ante los resultados desfavorables de las encuestas.
"Es que, de hecho, él se juega también la cabeza en estas elecciones", dijo a IPS el analista político Roberto Paredes.
Ante un fallido intento de modificar la Constitución para lograr la reelección presidencial, Duarte Frutos optó en noviembre por postularse a senador, movida que recibió duros cuestionamientos por parte de la oposición e incluso de movimientos internos del coloradismo.
La ley fundamental establece que tanto el presidente como el vicepresidente no pueden presentarse para cargos electivos mientras estén en el ejercicio de sus funciones.
El cronograma electoral proseguirá el 13 de enero con las elecciones del partido Unión Nacional de Ciudadanos Éticos (Unace), la tercera fuerza de la oposición que tiene como candidato único presidencial al ex general Lino César Oviedo
Oviedo inscribió su candidatura en el Tribunal Electoral del Paraguay a último momento, tras un fallo de la Corte Suprema de Justicia que lo absolvió de su condena a 10 años de prisión por una intentona golpista en 1996 contra el entonces presidente Juan Carlos Wasmosy.
El ex general también fue consiguió su absolución en la causa que los imputa como autor intelectual del crimen del vicepresidente Luis María Argaña, en marzo de 1999, y de siete manifestantes durante las protestas que siguieron al magnicidio.
La celeridad judicial en la resolución de estos casos alimentó los rumores sobre una supuesta maniobra entre Oviedo y Duarte Frutos para debilitar la candidatura de Lugo
El Unace (oviedismo) formaba parte de la Concertación Nacional, una coalición de partidos opositores y de movimientos sociales que se formó para impulsar la candidatura del ahora ex obispo.
Sin embargo, el oviedismo se distanció de la coalición en la medida que el ex militar comenzó a ser beneficiado en su situación procesal.
La estocada final a la Concertación se dio con el alejamiento del Partido Patria Querida (PPQ), la cuarta fuerza política, tras fracasar las negociaciones internas sobre el método de elección del candidato a presidir la alianza.
El PPQ promueve ahora la candidatura presidencial de su líder, el empresario Pedro Fadul, quien ocupa los últimos lugares de preferencia, según las encuestas.
Los paraguayos están convocados a las urnas para el 20 de abril para elegir presidente, vicepresidente, 45 senadores, 80 diputados y 17 gobernadores departamentales por un periodo de gobierno de cinco años.