Apenas un mes antes de las elecciones en Pakistán, los principales partidos políticos decidieron no boicotearlas y aprovechar la oportunidad, mientras los medios de comunicación y el Poder Judicial resultan los más perjudicados por la situación.
Luego de sus infructuosas gestiones para convencer a Benazir Bhutto, del Partido Popular de Pakistán (PPP), de la conveniencia de boicotear los comicios, su principal rival, Nawaz Sharif, de la Liga Musulmana de Pakistán (PML-N), anunció el domingo que su sector no tiene más opción que participar.
"Como no pudo encolumnar al Partido Popular de Pakistán (PPP, el sector de Bhutto), Sharif no quiere dejar la cancha abierta al oficialismo", dijo Ahsan Iqbal, portavoz de su grupo, la Liga Musulmana de Pakistán (PML-N).
La ex ministra Bhutto dijo no entender la utilidad del boicot, y anunció que su partido participará en las elecciones "bajo protesta". Los partidarios del también ex primer ministro Sharif lo consideran una estratagema para volver al poder.
También cuestionaron a Sharif un sector del islamista partido Jamiat Ulema-e-Islam, para el cual participar en los comicios es la única manera de salir de la actual crisis política.
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El Partido Nacional Awami, cuyo baluarte es la Provincia de la Frontera Noroccidental, también se mostró reticente a dejar el campo abierto al régimen del presidente Pervez Musharraf.
Sharif consideraba que el boicot era un imperativo, pues era imposible celebrar elecciones libres y justas sin independencia del Poder Judicial y de los medios de comunicación.
Los partidarios del boicot consideran que el actual sistema está sesgado en favor de Musharraf y sus secuaces, pues el gobierno provisional carece de representantes de la oposición y la Comisión Electoral de Pakistán no tiene independencia.
Musharraf ordenó a los miembros de la Corte Suprema de Justicia y de los principales tribunales prestar nuevo juramento bajo el decreto firmado por él mismo el 3 de noviembre, y que impuso una ley marcial de facto sobre el país.
Por primera vez en la historia de Pakistán, la mayoría de los jueces obligados a eso se negaron. Muchos continúan hoy detenidos en sus domicilios.
Las cadenas independientes de televisión y radio, a las que inicialmente se les prohibió realizar transmisiones en Pakistán, están nuevamente en el aire (excepto la de mayor audiencia, Geo Television), pero con severas restricciones y condiciones.
"Quienes están determinados a participar en las elecciones solo legitimarán el ilegítimo sistema actual", dijo el ex canciller Shamshad Ahmad.
"Ningún movimiento sobrevivirá una vez que estas elecciones se realicen y sean aceptadas por la comunidad mundial. Luego podríamos tener otro Hosni Mubarak apuntalado por Estados Unidos", agregó, en referencia al presidente de Egipto desde 1981.
La Convención de Representantes de Todos los Abogados de Pakistán en Lahore declaró el sábado que las inminentes elecciones generales eran "puro cuento" y decidió, unánimemente, boicotearlas.
La organización observó que los comicios no pueden ser justos, libres e imparciales con Musharraf como presidente, y en el régimen "del autodenominado gobierno provisional y la incompleta Comisión Electoral".
Otras organizaciones de abogados, estudiantiles y de derechos humanos y pequeños partidos políticos también se pronunciaron en favor del boicot.
Pero los grandes partidos quedaron divididos. Alrededor de 60 sectores políticos se registraron ante la Comisión Electoral.
El Movimiento Democrático de Todo Pakistán, una de las dos principales alianzas de oposición que integra Sharif, inicialmente también había adoptado esta posición, exigiendo un boicot a menos que los jueces fueran reinstaurados para el 15 de diciembre.
La decisión fue aprobada por el PML-N de Sharif, así como por el Tehrik-e-Insaf, de la estrella del cricket Imran Khan, y Jamaat-e-Islami.
Khan quemó las naves al romper públicamente los papeles de presentación de su candidatura al parlamento. "Cualquier político que participe en estas elecciones fraudulentas realizadas bajo un decreto inconstitucional e ilegal estará fortaleciendo a un dictador", declaró.
Como Tehrik-e-Insaf apenas cuenta con un escaño, ocupado por el propio Khan, su posición no tendrá demasiado impacto, según analistas.
Pero Sharif apuesta más alto, pues se vio obligado a reconsiderar su posición para no dejar como única líder opositora en la puja electoral a Bhutto, con la que hoy está aliado, al menos nominalmente, en la lucha contra el régimen militar.
El PPP de Bhutto integra la Alianza para la Restauración de la Democracia, otra coalición opositora, pero las dos agrupaciones son firmantes de una Carta de Democracia que postula la retirada de los militares de la actividad política.
Con los dos partidos principales ahora en funcionamiento, incluso elecciones fraudulentas afectarán solamente a una docena de escaños, pronosticaron los analistas.
En cualquier caso, la participación de estas fuerzas políticas será un severo ataque al "partido del rey", la Liga Musulmana de Pakistán-Q, que desde hace cinco años encabeza a las huestes de Musharraf.
También se verán afectados los "jihadistas" (combatientes islámicos), partidos religiosos de derecha unidos en la coalición Muttahida Majlis-e-Amal, que lograron grandes avances cuando a Sharif y a Bhutto se les prohibió postularse en las elecciones de 2002.
Esta vez, Sharif y su hermano menor y alto dirigente de su partido, Shahbaz Sharif, tampoco no podrán postularse, pues la Comisión Electoral los descalificó por estar procesados por la justicia penal luego del golpe de Estado de Musharraf, a la sazón comandante del ejército.
Quienes estuvieron contra el boicot argumentan que la participación política es la única manera de deshacer las aberraciones constitucionales impuestas por Musharraf, y que boicotear las elecciones no aborda el asunto de cómo serán reinstaurados los jueces.
"Los jueces destituidos no podemos ser restaurados en nuestros cargos sin participar opositora en las elecciones. La opción constitucional y políticamente realista es mediante la renovación del parlamento", explicó el alto magistrado Faisal Siddiqi.
El senador del PPP Safdar Abbasi dijo sólo el parlamento puede restituir a los jueces.