«Queriéndose adaptar uno se vuelve muda…», dice Teresa, nacida en Colombia y radicada en Alemania hace más de dos décadas, para describir el sentimiento de ser inmigrante.
"Dibujar es la libertad de decir lo que uno siente, lo que ha tenido calladito durante tanto tiempo…", agrega la mujer en diálogo con IPS.
Teresa es una de las participantes de los talleres organizados por la asociación Migrantas (sic), en los que la consigna es dibujar y compartir las experiencias vividas al emigrar.
La dificultad para expresarse en otro idioma, la imposibilidad de hacerlo con los matices exactos y la vergüenza que eventualmente esto ocasiona, el acento que denota la extranjería, son sólo algunos de los tópicos más frecuentes en los grupos.
Estas reuniones constituyen la base de la tarea desarrollada por Migrantas, creada en la capital alemana por inmigrantes argentinas, con el objetivo de "hacer visible en el espacio urbano los sentimientos y reflexiones vinculados a la vida en un nuevo país."
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Así, lo dibujado por las mujeres en los talleres da origen luego a una serie de pictogramas —figuras de trazo sencillo y fuerte contenido simbólico— que son expuestos en la vía pública como afiches publicitarios en postes y medios de transporte o como postales de distribución gratuita, entre otros canales de difusión.
"Para nosotras es importantísimo que las reflexiones de las inmigrantes salgan de las cuatro paredes de sus casas o de las organizaciones para inmigrantes en que suelen quedar", dice a IPS Estela Schindel, socióloga nacida en Buenos Aires, residente en Berlín, y cofundadora del grupo.
La iniciativa contiene así una doble finalidad: "Por un lado, ayuda a las inmigrantes a afirmarse a sí mismas y, por otro, se trata de llegar al conjunto de la población interpelando al peatón desde el espacio público para que tenga oportunidad de confrontarse con las emociones y opiniones de las inmigrantes", completa.
Una mujer que mira cabizbaja una valija, otra embarazada que se pregunta adónde pertenecerá su hijo, otra para la cual el nuevo idioma toma la forma de una montaña escarpada, otra que ve en el teléfono la concentración de su mundo afectivo, son algunos de los pictogramas expuestos, acompañados en varios casos de unas pocas palabras que refuerzan el mensaje.
"Como artista propongo una mirada (en la) que el pictograma deja de ser parte de un sistema señalético, para pasar a contar una historia", explica a IPS Marula Di Como, otra fundadora del proyecto y encargada, junto a la diseñadora gráfica y también cofundadora Florencia Young, del diseño de los pictogramas a partir de las ilustraciones elaboradas en los talleres.
Son diseños de "una gran economía de elementos", que "pueden comunicar emociones profundas", indica Schindel. E incluso ofrecen una oportunidad de identificación positiva para todo el colectivo de inmigrantes.
La joven Marjan nació en Irán y vive desde pequeña en Berlín. Llegó a sus manos una postal con el pictograma en el que aparece una mujer con el clásico velo utilizado por las musulmanas para cubrirse las cabezas y la inscripción: "No soy terrorista".
Consultada por IPS sostiene que "es impresionante cómo unos pocos trazos pueden derribar un prejuicio", en alusión a la discriminación de la que suelen ser objeto en Alemania las mujeres así ataviadas.
La comunidad turca constituye el mayor grupo de extranjeros en suelo alemán: son casi dos millones de ciudadanos lo que equivale, según las últimas cifras oficiales, a 25 por ciento del total de extranjeros residentes en este país.
La posibilidad de identificación se da también entre participantes y organizadoras, ya que todas comparten el ser mujeres y haber emigrado a tierra germana. Las fundadoras, Di Como, Young y Schindel, lo hicieron desde la capital argentina.
"Ellas también han emigrado. Tienen los mismos sentimientos. No son alemanas que vienen a analizarnos o que quieren hacer experimentos con nosotras…", destaca al respecto Ivone, nacida en Monterrey, México, residente desde hace casi un lustro en la norteña ciudad de Hamburgo y participante de los talleres de Migrantas.
"Te vas dando cuenta de que el sentimiento tuyo es muy parecido al de la vecina, o al de la de enfrente, que saben que no es fácil dejar todo y cambiar de país", relata a IPS.
La empatía entre las participantes constituye, no por casualidad, una de las características principales del proyecto. "La discusión compartida ayuda a superar la percepción de la situación individual como una experiencia única", postulan las organizadoras.
En Alemania, de una población de más de 82 millones de habitantes, son extranjeros casi nueve por ciento, es decir, alrededor de siete millones. Y 10 por ciento, unos ocho millones, poseen la nacionalidad alemana, pero provienen de familias inmigrantes.
La asociación, que celebra su tercer aniversario, ha realizado talleres en Berlín y Hamburgo, en los que han participado casi 400 mujeres provenientes de 35 países. Con financiamiento público, privado y de fundaciones, planifican llevar sus actividades a las principales ciudades del país.
Imágenes: Asociación Migrantas.