La Cepal llamó una vez más a los países de América Latina y el Caribe a aprovechar la bonanza histórica por la que atraviesan para mejorar su «competitividad sistémica» y así dejar de ser la región más desigual del mundo.
Desde que comenzó hace cinco años el actual ciclo de bonanza regional, la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) ha reiterado el mismo mensaje. ¿Hay alguna diferencia en el llamado de este año?
"Es un poco más dramático, un poco más fuerte, en el sentido de que no vemos que los países de la región, a pesar de los llamados, estén haciendo mucho en este campo. Uno ve algo en algunos países, pero todavía nos parece muy poco en relación a la magnitud del desafío que tenemos por delante", respondió a IPS José Luis Machinea, secretario ejecutivo de la Cepal.
"Aprovechar la oportunidad" significa diseñar estrategias de mediano y largo plazo basadas en la asociación entre el sector público y el privado, dijo el economista argentino durante la presentación en Santiago del "Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe, 2007".
Esta estrategia, según Machinea, debería estar centrada en tres grandes aspectos: aumento de la inversión en infraestructura, especialmente en materia de transporte y energía, incremento de los incentivos para la innovación y mejoramiento de la calidad de la educación.
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A su juicio, la principal razón del rezago es de orden político.
"La inversión en innovación y desarrollo, por ejemplo, da frutos en cinco o 10 años, o sea que los gobiernos que ponen esto en marcha no necesariamente van a ver los resultados de sus políticas (durante sus administraciones). Por lo tanto, a veces hay una tendencia a hacer políticas más con efecto en el corto plazo que en el mediano", explicó.
"Pero en la medida en que todo el mundo insista en que esto es relevante, que es una necesidad, yo creo que vamos a generar los estímulos políticos para que los gobiernos hagan más de esto y por eso es el énfasis de este año", acotó.
Según las estimaciones de la Cepal, el crecimiento del producto interno bruto (PIB) de la región fue este año de 5,6 por ciento, pese al empeoramiento del contexto financiero en la segunda mitad del año provocado, en gran medida, por la crisis que vive el sector hipotecario de Estados Unidos.
En América Central y del Sur, el promedio de aumento del PIB va a ser del orden de 6,5 por ciento, mientras que el del Caribe ascenderá a solo 3,9 por ciento.
Lideran la tabla de colocación en cuanto a crecimiento bruto Panamá, con 9,5 por ciento, Argentina, con 8,6 por ciento, Venezuela, con 8,5 por ciento, y Perú, con 8,2 por ciento.
Entre los países que tendrán menor expansión figuran México y Haití, con 3,3 por ciento, Nicaragua, con tres por ciento y Ecuador, con 2,7 por ciento.
Las proyecciones de la Cepal para el año próximo son un poco menos favorables. Esta agencia de la Organización de las Naciones Unidas estima que la región en su conjunto crecerá 4,9 por ciento, impulsada por Panamá, que se prevé aumentará su PIB en 8,5 por ciento. Le siguen Argentina, Perú y Uruguay, con 6,5 por ciento.
La economía de Venezuela se expandirá en seis por ciento, Brasil y Chile en cinco por ciento, Bolivia en cuatro por ciento y México, igual que este año, en 3,3 por ciento. "Si estos pronósticos se confirman, 2008 será el sexto año de crecimiento consecutivo, al final del cual el producto por habitante de la región habrá acumulado un aumento del 23 por ciento, equivalente a 3,5 por ciento anual", explica el texto de más de 190 páginas.
En general, las características de este ciclo de crecimiento se mantuvieron en el último año, aunque algunos indicadores se debilitaron, explicó Machinea.
A pesar de la mejora de 2,6 por ciento en los términos de intercambio, el superávit de la cuenta corriente decreció por primera vez desde 2001, pasando de 1,7 por ciento del PIB en 2006 a 0,7 por ciento del PIB este año, que equivalen a 23.500 millones de dólares. En 2008, en tanto, se proyecta un déficit de 0,5 por ciento del PIB.
La inversión sigue siendo el factor más dinámico de la demanda, aunque el consumo acelera su crecimiento, impulsado por la mejora del empleo y el aumento del crédito, dijo el secretario ejecutivo de la Cepal.
También se registró un descenso del desempleo, que pasó de 8,6 por ciento de los activos en 2006 a ocho por ciento en 2007, lo cual impacta directamente en la reducción de la pobreza.
Se destaca la expansión del empleo formal, que tiene mayores beneficios en materia de protección social en comparación con los por cuenta propia. Los salarios reales crecieron sólo 1,5 por ciento a nivel regional.
La Cepal espera una desaceleración de la economía mundial, cuyo impacto podría ser mayor en las abiertas y especialmente en aquellas más dependientes del mercado estadounidense, como México y América Central. Ante ello se requiere de un cauteloso manejo macroeconómico.
La tasa de aumento del PIB de Estados Unidos disminuiría de 2,2 por ciento en 2007 a dos por ciento en 2008. Algo similar ocurriría con la Unión Europa y Japón, con disminuciones proyectadas de 2,9 por ciento a 2,5 por ciento y de dos por ciento a 1,7 por ciento entre 2007 y 2008, respectivamente.
Según la Cepal, los principales elementos de preocupación en el corto plazo son, precisamente, la mayor volatilidad de los mercados financieros, la apreciación del tipo de cambio real y el aumento de la inflación, a pesar de la intervención de los bancos centrales.
Este año, países como Chile, Colombia, Perú y México, que tienen metas inflacionarias explícitas, superaron su límite superior. El aumento de la inflación tiene su origen en el incremento de los precios del petróleo y de los alimentos.
En este sentido, Machinea llamó a los países a aplicar políticas fiscales y no monetarias. "Si el intento de disminuir el ritmo de aumento de los precios se hace a través del incremento de las tasas de interés reales, creemos que vamos a tener un problema mayor, porque esto va a generar un incentivo para que haya más ingreso de capitales en la región y, por ende, apreciación del tipo de cambio", explicó a IPS.
Finalmente, la Cepal expresó su inquietud por la tendencia "excesivamente" procíclica (desembolsar más en periodos de bonanza) del gasto público de algunos países de la región, como Argentina, Venezuela y Nicaragua.
El problema, dijo Machinea, es que los recursos utilizados para ello son aquellos obtenidos por los altos precios de las exportaciones de productos básicos, los cuales no serán indefinidos.
En suma, los países deben apostar a mejorar su "competitividad sistémica", entendida como aquella que abarca a todos los sectores de la economía.
Hay que dejar atrás la "competitividad espuria", concepto acuñado por la Cepal hace muchos años, que sólo se basa en "sueldos muy bajos y explotación de recursos naturales", para avanzar "en la eficiencia de las empresas y de la estructura económica", explicó a IPS Machinea. Todo ello con el impulso de la infraestructura, la innovación y la educación.