Los países del arco andino dejan atrás 2007 con un cada vez más deshilachado acuerdo de integración, pese a ser el más añejo y estructurado de América.
La Comunidad Andina de Naciones (CAN), conformada ahora por Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, encajó el rotundo rechazo de Venezuela a la posibilidad de regresar al bloque del que se retiró en 2006. En cambio, volvió Chile, pero apenas como un discreto asociado.
La negativa del gobierno venezolano de Hugo Chávez, cuando habían aparecido gestos de reencuentro, fue el corolario del fuerte enfrentamiento con Bogotá, luego de que su par Álvaro Uribe lo retiró como mediador en la búsqueda de un acuerdo humanitario en Colombia para canjear rehenes civiles en manos de la guerrilla por insurgentes presos.
De ese modo se abre una fosa entre los gobiernos de Uribe y de Chávez, el mejor aliado y el más crítico de Washington en América del Sur, respectivamente.
Además, entre los cuatro socios pleno que restan, dos tienen gobiernos de tendencia izquierdista (Bolivia y Ecuador), los otros dos son partidarios de la economía de mercado (Colombia y Perú), y todos consideran pocas veces al bloque en su conjunto cuando se trata de sus relaciones internacionales.
Con el alejamiento de Venezuela se descarriló la locomotora comercial y energética que movilizaba al grupo. El intercambio colombo-venezolano, que podría llegar a 6.000 millones de dólares este año, equivale al conjunto de todas las otras exportaciones intracomunitarias de bienes.
En ese entramado de comercio bilateral hay un millón de empleos, indicó a IPS Fernando Gerbasi, ex embajador de Venezuela en Colombia.
En números gruesos, las empresas colombianas que exportan a Venezuela involucran unos 700.000 trabajadores y en el caso a la inversa se ocupan unas 300.000 personas.
También se abocaban los países andinos a la cooperación energética. El pasado 12 de octubre, al estrenar un gasoducto que conecta la frontera norte de Colombia y Venezuela, los presidentes Uribe y Chávez, más el ecuatoriano Rafael Correa como invitado, plantearon discutir los términos para reincorporar a Caracas.
Esa perspectiva y acuerdos, como el de comercio y cooperación con la Unión Europea (UE), pasan a segundo plano mientras se atiza la controversia Bogotá-Caracas, sube la conflictividad en Bolivia tras la aprobación de una nueva Constitución sólo con el apoyo de seguidores al presidente Evo Morales, y Ecuador se sumerge también en un proceso constituyente.
Para el canciller de Perú, José Antonio García Belaúnde, según explicó a IPS, la CAN tiene dos grandes desafíos: un acuerdo de libre comercio con la UE y definir en cuáles áreas los socios pueden avanzar o no en materia de integración".
Sobre esos parámetros trabaja el ecuatoriano Freddy Ehlers, secretario general de la CAN, quien el 20 de este mes destacó el hecho de que los países andinos "hayan participado con una sola voz" en las rondas de negociación para un acuerdo de asociación con el bloque europeo.
Lo mismo ocurrió con los cuatro países en la conferencia de las Naciones Unidas sobre cambio climático, realizada este mes en Bali, Indonesia.
Pero los analistas van a la yugular del sistema. "La CAN está muy golpeada. Sin haber resuelto problemas económicos, políticos y de su organización, ahora registra este distanciamiento entre Venezuela y Colombia, que representa una herida muy profunda", advirtió ante IPS Elsa Cardoso, profesora de Estudios Internacionales en las universidades Central y Metropolitana, de Caracas.
Ello porque, a diferencia de Venezuela, los otros países andinos son mercados poco atractivos para Colombia, explicó Cardoso. Perú ha centrado sus esfuerzos en un tratado de libre comercio (TLC) con Estados Unidos y a largo plazo mira hacia la cuenca del océano Pacífico. Para Ecuador, los principales mercados son lejanos, como América del Norte y Europa.
Bolivia está más orientada hacia la economía de Brasil, a cuyo sudeste industrial suministra gas.
No obstante, Gary Rodríguez, del Instituto Boliviano de Comercio Exterior, destacó a IPS que los países andinos compran 10 por ciento de las exportaciones bolivianas, unos 400 millones de dólares en productos agrícolas, más unos 200 millones de dólares directamente a Venezuela.
Para Félix Arellano, catedrático universitario y ex representante de Venezuela en la CAN, el bloque "vive más bien un proceso de desintegración; queda como una zona de libre comercio, pero lejos del sueño de un mercado común, pues no es siquiera una unión aduanera, y no practica un arancel externo común".
"Podría pensarse en una CAN como bloque político o social si las acciones fueran coherentes con los discursos, pero en tanto los acuerdos sociales son muy lentos, en el terreno político el discurso explosivo y confrontacional, como el del gobierno de Venezuela, evidentemente ha hecho mucho daño", según Arellano.
Para este experto, "si bien fue irracional el retiro de Venezuela, no ha sido el único (hecho) en afectar a la comunidad. También lo hicieron Colombia y Perú con su negociación unilateral de sendos TLC con Estados Unidos".
En cambio, según García Belaúnde, "que Perú tenga un acuerdo con Estados Unidos no afecta a la CAN. Al contrario, el acceso a nuevos mercados por parte de los socios asegura su consolidación".
"Además de que, históricamente, tenemos los casos de Colombia y Venezuela, que hicieron acuerdos con México (el Grupo de los Tres, surgido en 1994) y eso no afectó el proceso de integración en la CAN", añadió.
La legisladora peruana Lourdes Alcorta fue más allá y dijo a IPS que "nos hará falta Venezuela, pero tampoco podemos obligarla". En su opinión, la CAN "es un espacio que funciona bien, tiene recursos y juega un papel fundamental especialmente hoy día en que tenemos una región convulsionada".
El catedrático venezolano Héctor Maldonado Lira considera que "la CAN se ha afectado por la fragmentación política en toda la región, la que no da señales de aminoramiento sino, por el contrario, de mayor tensión, como muestra la situación entre Bogotá y Caracas".
Aunque Venezuela haya denunciado el pacto que la integraba plenamente a la CAN, "debe mantener durante cinco años el esquema de liberación y reciprocidad comercial de este bloque, pero los ex socios no tradujeron esa norma en acuerdos concretos, lo cual da una idea de la fragilidad institucional", resaltó a IPS Maldonado Lira.
El experto peruano en cuestiones internacionales Ernesto Velit Granda también estimó que "la CAN afronta uno de sus momentos más delicados, especialmente por los sucesos políticos que sacuden a varios de sus integrantes", notoriamente Bolivia.
Velit Granda opinó que la CAN debería consolidarse al punto de convocar a sus gobiernos miembros "para tratar las crisis políticas internas de los socios y encontrar salidas. Sin ello, se acentuará su debilitamiento progresivo".
La CAN, nacida en 1969 como Acuerdo de Cartagena y durante décadas conocida popularmente como Pacto Andino, se dotó sin embargo de más instituciones más temprano que otros esquemas regionales, tales como un parlamento, un tribunal para zanjar diferencias, un consejo laboral y empresarial y una secretaría general.
Durante décadas, el Consejo de representantes permanentes produjo numerosas resoluciones, que hacen las veces de legislación supranacional.
Su más exitosa vitrina es la financiera Corporación Andina de Fomento, que es la principal fuente multilateral de recursos para esta región, a la que presta más de 4.000 millones de dólares anuales, principalmente para proyectos de infraestructura.
También los andinos sostienen acuerdos de cooperación en salud, educación y seguridad alimentaria. Maldonado Lira da cuenta del pacto en salud "Hipólito Unanúe", el cual "ha desarrollado silenciosamente programas de lucha contra el paludismo en las fronteras andinas y en la adquisición de medicamentos antirretrovirales".
Entre los aspectos positivos está el hecho de que hace años los andinos sólo abrían la puerta al paso de mercaderías y ahora lo permiten también para las personas, con apenas su documento nacional de identidad, recuerda Maldonado Lira, o el hecho de que se discutan normas y acuerdos para la seguridad social de los trabajadores independientemente del país del área donde se encuentren.
Pero los expertos coinciden en que han resultado diminutos los esfuerzos por acercar los acuerdos de la CAN al "ciudadano de a pie", que no reacciona ante las sacudidas que provocan los gobiernos y sus líderes en la Comunidad.
También coinciden en que la actual crisis llega a la CAN cuando, como acuerdo integracionista destinado a mejorar sus sociedades, apenas si ha conseguido avanzar en el despeje de la "agenda negra" que marca al arco andino desde hace décadas, con sus taras de ingobernabilidad, desmadejamiento de los partidos, violencia política y narcotráfico.
* Aportes de Franz Chávez (Bolivia), Constanza Vieira (Colombia), Kintto Lucas (Ecuador) y Ángel Páez (Perú).