El presidente del Senado de Brasil, Renan Calheiros, alejado de esa función desde el 11 de octubre en medio de denuncias de corrupción y abuso de poder, renunció este martes al cargo anticipando el fin de una crisis que se arrastra desde mediados de año en el Congreso legislativo.
Calheiros, del centrista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), aliado del gobernante e izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), hizo el anuncio en una sesión plenaria que juzgaba una denuncia en su contra, sobre el presunto uso de testaferros para comprar dos estaciones de radio y un diario en su estado natal, el nordestino Alagoas.
Acusado de "quiebre del decoro parlamentario", el proceso de sus pares para decidir su inhabilitación demoró más de cinco horas, pero terminó con su absolución. Cuarenta y ocho legisladores votaron en contra de inhabilitar a Calheiros, 29 a favor y tres se abstuvieron. Lo hicieron en forma secreta.
Calheiros insistió una vez más en su "inocencia" en su discurso de despedida, si bien se cuidó de no renunciar a su escaño. Abandono el cargo de presidente del Senado "sin dolores ni resentimientos y con la cabeza erguida", dijo.
Si no tomó esa decisión antes fue para evitar que se interpretara como una aceptación de las "falsedades" dichas en su contra, añadió.
Calheiros, que enfrenta otros tres procesos de destitución por "quiebre del decoro parlamentario", ya había sido absuelto por sus pares el 12 de septiembre de la acusación de haber recibido entre 2004 y 2005 unos 8.000 dólares de una empresa constructora a cambio de contrataciones de obras para el Estado.
En esa ocasión, 40 legisladores votaron a su favor y 35 en contra.
El caso, que adquirió ante la opinión pública los matices folletinescos de las telenovelas brasileñas, estalló cuando la periodista y ex amante del senador, Mónica Veloso, declaró que cobraba una pensión alimenticia para la hija de ambos a través de un empleado de esa empresa constructora.
Las principales páginas políticas y de sucesos lo tuvieron en sus portadas cuando Veloso aprovechó su fama para posar en fotografías publicadas por la revista Play Boy. La ahora ex amante del senador también escribió un libro donde cuenta pormenores de su relación bajo el título "La seducción del poder".
La absolución no alivió el escándalo. Muchos legisladores se negaron a participar en sesiones presididas por Calheiros.
Pero, incluso presionado para que renunciara por sus correligionarios, el senador sólo aceptó alejarse temporalmente del cargo en octubre, tomando una licencia de 45 días.
Su renuncia sin duda "alivió la presión", dijo a IPS el analista político Geraldo Tadeu Monteiro.
Se trata de un paso "muy importante para el gobierno" de Luiz Inácio Lula da Silva, porque "abre camino para que el Congreso se concentre en la aprobación de la CPMF", Contribución Provisional a los Movimientos Financieros, agregó Monteiro, director del Instituto Brasileño de Investigación Social.
La enmienda constitucional para prorrogar hasta 2011 la vigencia de la CPMF, también conocida como "impuesto al cheque", depende de la votación del Senado antes de que finalice este mes, pues ya obtuvo media sanción en la cámara baja.
Se trata de un tributo fundamental para el presupuesto del Estado, que fue creado por el gobierno de Fernando Henrique Cardoso (1995-2003) para financiar gastos de salud, y que recauda el equivalente en reales a unos 22.000 millones de dólares por año.
"No sabemos si hubo negociación para que renunciara Calheiros, pero el hecho se inscribe en un contexto que atiende los intereses de propio gobierno", analizó Monteiro, profesor de ciencias políticas de la Universidad Estadual de Río de Janeiro.
Por regla del Senado, cuando el presidente del cuerpo renuncia, quien ejerce el cargo de forma interina tiene un plazo limitado para convocar y celebrar nuevas elecciones, dar a conocer el resultado y proceder a la investidura.
Este martes, el presidente interino del Senado, Tião Viana, del PT, anunció para dentro de una semana una reunión de jefes de bloques parlamentarios para definir esa estrategia.
En opinión del analista político Fernando Lattman-Weltman, de la Fundación Getulio Vargas, la renuncia de Calheiros a la presidencia "confirma apenas lo que se esperaba" y sólo "despeja la nube del horizonte (de su retorno al comando) del senado".
Pero esto "no traerá máximas novedades más que aliviar el ambiente como una cuestión de futuro" y para comenzar ahora a "discutir cosas serias", agregó.
El paso dado por Calheiros no lo libra, sin embargo, de los procesos para definir si será inhabilitado como senador y si perderá sus derechos políticos hasta 2015.
Tras el juicio de este martes, el senador deberá enfrentar tres denuncias más. Una de ellas sostiene que su ex suegro encabezaría un esquema de recaudación ilegal de fondos a su favor en ministerios conducidos por su partido, el PMDB.
Calheiros también está acusado de utilizar su cargo para obtener la condonación de deudas fiscales de una empresa cervecera.
El parlamento brasileño experimenta una crisis de desprestigio desde 1993, cuando se reveló la existencia de una red de extorsiones y desvío de recursos estatales en favor de empresas.
Uno de los momentos más delicados se vivió seis años atrás, cuando otro presidente del Senado, Jáder Barbalho, fue forzado a renunciar a su cargo y a su escaño tras confirmarse que estaba involucrado en delitos de desvío de recursos públicos.
También en 2001, otros senadores renunciaron a sus mandatos para evitar la pérdida de sus derechos políticos.