El planeta deberá prepararse para eventos climáticos extremos, a menos que antes de 2050 la emisión mundial de gases invernadero se reduzca a la mitad.
La advertencia corrió por cuenta de 200 científicos participantes en la conferencia de las partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, en esta ciudad de la isla indonesia de Bali.
Estos expertos en clima estuvieron a cargo de elaborar la Declaración de Bali en el marco de la conferencia de 11 días, que comenzó el lunes y terminará el 14 de este mes.
Los expertos urgieron a los negociadores de 180 países a acordar la reducción de sus emisiones de gases invernadero en 50 por ciento para 2050, respecto de las cifras de 1990.
La mayoría de científicos atribuyen el recalentamiento del planeta a los gases invernadero como el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso.
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Las emisiones de esos gases deben reducirse entre los próximos 10 a 15 años para evitar que se intensifiquen las olas gigantes, las sequías, las inundaciones y las tormentas, sostuvieron los científicos en la declaración patrocinada por el Centro de Investigación de Cambio Climático de la Universidad de Nuevo Gales del sur, en la meridional ciudad australiana de Sydney.
Los asentamientos costeros, los conglomerados urbanos y los ecosistemas están en grave peligro de extinción si todo sigue igual, advierte la declaración divulgada el jueves.
"El cambio climático es real y no hay tiempo que perder", recalcó Richard Sommerville, del Instituto Scripps de Oceanografía, en la sudoccidental ciudad estadounidense de San Diego, que suscribió la declaración.
"Todas las naciones tienen la responsabilidad de actuar ahora, antes de que expire el Protocolo de Kyoto en 2012", enfatizó.
En este tratado acordado en 1997 en la ciudad japonesa, 36 países industrializados se comprometen a reducir sus emisiones de gases invernadero al menos en 5,2 por ciento para 2012, respecto de las cifras de 1990.
Sommerville señaló que los científicos no tenían más sugerencias para ofrecer a los negociadores presentes en Bali que las contenidas en la declaración.
"La ciencia confirma que los cambios ambientales ocurren más rápido, incluso, de lo previsto por los modelos climáticos más optimistas. Estas negociaciones deben ser el puntapié inicial de un proceso que desemboque en un nuevo acuerdo internacional, que fije objetivos estrictos y en el que participen la mayoría de las naciones", subrayó.
"En Bali deben tomarse medidas urgentes teniendo en cuenta los desastres vinculados con el clima que ya ocurren tanto en los países en desarrollo como en los industrializados", añadió Sommerville.
Activistas con los que habló IPS esperan que la conferencia de Bali llegue a un acuerdo general para recortar las emisiones en forma sustancial para 2050.
"Urgimos a todos los gobiernos a respaldar las negociaciones para un acuerdo posterior al de Kyoto, a fin de que un régimen estricto que lleve a la reducción de sus emisiones en 80 por ciento para 2050", indicó Ramon Faustino Sales, representante de la Red sobre Cambio Climático de Filipinas.
La Red es una alianza de organizaciones no gubernamentales dedicada a cuestiones de desarrollo sustentable y cambio climático.
Por su parte, el secretario ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, Yvo de Boer, se mostró optimista de que los líderes presentes en la reunión acuerden un mecanismo que fije un nuevo compromiso hacia el cumplimiento del Protocolo de Kyoto.
"Las partes deben ponerse de acuerdo en un conjunto de herramientas que reduzcan las costosas emisiones y permitan el crecimiento económico. El último paso del proceso de negociaciones de dos años será definir objetivos e instrumentos legales necesarios para que funcione el nuevo acuerdo internacional", declaró a la prensa.
De Boer también espera que la conferencia habilite un fondo propuesto "para que quizá, en tan sólo un año, aparezcan recursos destinados a la adaptación a los cambios climáticos de las naciones en desarrollo".
"Se espera que ese fondo financie proyectos como la construcción de muros que frenen la elevación del nivel del mar, el mejoramiento del suministro de agua en zonas que padecen sequías y la capacitación en nuevas técnicas agrícolas", explicó.
El fondo de adaptación se basa en un impuesto de dos por ciento sobre los proyectos de Mecanismo de Desarrollo Limpio, establecido por el Protocolo de Kyoto. El fondo puede llegar a los 300 millones de dólares al año cuando el convenio expire en 2012.
El esquema contempla que las naciones ricos puedan superar sus límites de emisiones si financian proyectos para reducir las mismas en los países en desarrollo.
Con más de 10.000 participantes, la conferencia se concentra en cuatro aspectos centrales: el establecimiento de un mecanismo para llegar a un consenso de adaptación al cambio climático, atenuantes para contener las fuentes de gases invernadero, transferencia de tecnología de los países industrializados a los menos desarrollados y un programa de financiación para frenar el fenómeno.
Con el fin de impulsar el proceso, el país anfitrión organizó reuniones de los ministros de Comercio este sábado y domingo, y otra entre los de Finanzas el 10 y el 11, antes de la sesión de cierre de los de Ambiente, a realizarse del 12 al 14 de este mes.
El mejor resultado posible sería contar con una "hoja de ruta de Bali", un plan de acción para llegar, en 2009, a un acuerdo en el que más países se comprometan a recortar sus emisiones y a ampliar el alcance del Protocolo de Kyoto en la inclusión de las emisiones producidas por la deforestación, indicó Victoria Tauli-Corpuz, presidenta del Foro Permanente de las Naciones Unidas sobre Cuestiones Indígenas.
¿Y el peor resultado posible?
Que las negociaciones terminen con otra "declaración vaga que reconozca el problema, pero no aporte ningún plan concreto", señaló el director del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), Hans Verolme, cuya organización presiona para fijar una reducción de 30 por ciento de las emisiones para 2020.