Los exportadores de combustibles fósiles de Medio Oriente están en apuros. Son potenciales víctimas del cambio climático y, al mismo tiempo, sus productos son la principal fuente de los gases de efecto invernadero que lo causan.
Los países del Golfo Pérsico (o Arábigo) "afrontan una situación problemática, porque dependen del petróleo", dijo a IPS Mohammad Raouf, experto en ambiente del Centro de Investigaciones del Golfo, con sede en Dubai.
"La falta de tierras arables y de agua impide la existencia de sumideros de carbono que absorben las emisiones, como bosques y áreas verdes. Si aumenta el nivel del mar, muchas islas creadas por el hombre, aquí y en otras partes del mundo, van a desaparecer", advirtió.
Pero la buena noticia, según Raouf, es que "según la mayoría de los estudios, las consecuencias del cambio climático se ubican, en los países del Golfo, entre un nivel medio y alto, lo cual significa que es poco probable que esta región sufra desastres severos".
La mala noticia es que "hay otras consecuencias peligrosas para los países costeros, por el aumento en el nivel del mar. La biodiversidad tanto en tierra como en el océano se verá afectada y destruida. Las islas artificiales desaparecerán. Los manglares y los corales pueden morir".
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"El aumento en el nivel del mar afectará la línea costera y la vida marina severamente", señaló Mohamed Dawoud, experto en recursos hídricos de la agencia ambiental de Abu Dhabi que, junto con Dubai, forman parte de los siete reinos que constituyen Emiratos Árabes Unidos.
"También puede tener un impacto en las plantas desalinizadoras, que son la fuente de agua potable para la región", sostuvo Dawoud.
"Por otra parte, el aumento de la temperatura se traducirá en una mayor demanda de agua. Con la reducción de los niveles de agua dulce y una mayor salinidad en la de mar —que afectará la eficiencia de las plantas desalinizadoras—, la escasez del líquido es una perspectiva temible", agregó.
También existe preocupación por la decoloración de los corales y la erosión de la línea costera. Dubai pierde por esta razón 50 metros de costa cada dos años. En el último año hubo que volcar 500.000 metros cúbicos de arena a lo largo de la costa en retroceso.
Además de ser exportadores de petróleo, los países de Medio Oriente han estado "bajo fuego" por sus emisiones de dióxido de carbono derivadas del uso en gran escala de combustibles fósiles.
Irán, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos figuran entre los 50 países que más contaminan, en los puestos 18, 22 y 43, respectivamente.
En la conferencia de las partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que se desarrolla en la isla indonesa de Bali, la coalición de organizaciones no gubernamentales Climate Action Network asignó el miércoles a Arabia Saudita el "premio" Fósil del Día, por "ser el país de peor desempeño en las negociaciones de la jornada".
El ministro de Petróleo de ese país, Ali al-Naimi, dijo en la conferencia que abandonar el consumo "de combustibles fósiles como forma de afrontar el cambio climático no es una alternativa práctica para reducir las emisiones de gases invernadero".
"Las economías del Golfo dependen del petróleo, el gas y la industria petroquímica", indicó Raouf. "Aunque las emisiones absolutas de la región son bajas comparadas con otras, resultan muy altas cuando se las mide por habitante. También son los principales exportadores de combustibles fósiles, que siguen siendo la principal fuente de energía del mundo", agregó.
"No existe duda, por lo tanto, de que comparten la responsabilidad con el resto del mundo por el cambio climático y deben trabajar para diversificar sus fuentes de energía, buscando las que menos contaminan el ambiente", dijo Raouf.
Según el informe Perspectivas Internacionales de la Energía, las emisiones de dióxido de carbono en Medio Oriente crecerán anualmente 2,4 por ciento y alcanzarán 201.000 millones de toneladas en 2030.
En el mismo período, las emisiones de China se ubicarán entre 3,5 y más de siete billones de toneladas.
El crecimiento relativamente bajo de las emisiones se atribuye a una caída en el consumo de petróleo y un aumento en la utilización de gas natural, que es más apropiado para la producción de electricidad y la desalinización.
"Hay una responsabilidad común, pero diferentes obligaciones deben establecerse para diferentes países. Los grandes contaminadores deben asumir una carga mayor. Las naciones del Golfo reconocen el problema y tratan de encontrar soluciones innovadoras en el campo de la energía renovable", señaló Raouf.
El mes pasado, países del Golfo miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo se comprometieron a invertir 750 millones de dólares en un fondo destinado a la investigación para un ambiente más limpio, fundamentalmente a través de la captura y almacenamiento de carbono.
Emiratos, Kuwait y Qatar destinarán 150 millones de dólares cada uno para ese fin, y Arabia Saudita —el mayor exportador de petróleo del mundo— contribuirá 300 millones.
"La mayoría de los países de la región cumplen con las disposiciones del Protocolo de Kyoto y existe cooperación a nivel regional e internacional para combatir el cambio climático. Emiratos prepara un informe al respecto a nivel nacional, al que seguirán medidas para mitigarlo. Hay proyectos de estudio del uso de la energía solar y eólica", dijo Dawoud.
Emiratos ha invertido 5.000 millones de dólares para desarrollar una "ciudad verde" en una superficie de más de seis kilómetros cuadrados, en la que el nivel de emisiones de dióxido de carbono será cero.