La ONU lanzará una investigación a gran escala sobre las circunstancias que permitieron el atentado contra sus oficinas en Argel el 11 de este mes, el cual se cobró la vida de 41 personas, entre ellos 17 empleados de la organización.
Uno de los objetivos de la pesquisa es determinar si algún alto funcionario de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) debería ser responsabilizado por las fallas de seguridad que abrieron la posibilidad de ataque.
El secretario general del foro mundial, Ban Ki-moon, se manifestó "conmocionado y abrumado" por la tragedia.
Tras otro devastador atentado contra oficinas de la ONU, el que acabó con 22 vidas y dejó a más de 200 personas heridas en Bagdad el 19 de agosto de 2003, el foro mundial despidió a su jefe coordinador de seguridad, Tun Myat, y degradó a otro funcionario, Ramiro Lopes da Silva, a quienes halló responsables de las fallas en la materia.
Ban "elevó la categoría del cargo de jefe coordinador a la de secretario general adjunto (tercero en la escala jerárquica del sistema de la ONU) y asignó millones de dólares a la seguridad en el terreno desde entonces", dijo un funcionario del foro mundial que reclamó reserva de su identidad.
"¿No es extraño que nadie en la ONU haya sido responsabilizado del mismo modo que Tun Myat por el atentado en Argelia?", se preguntó.
Tun Myat es birmano. El actual secretario general adjunto de Seguridad, David Veness, es de nacionalidad británica.
Al ser consultado, el portavoz de la ONU Farhan Haq dijo a IPS: "La revisión sobre qué sucedió mal en Argel acaba de comenzar. Las acciones contra Tun Myat y Lopes da Silva se emprendieron varios meses después, luego de dos amplias revisiones. Esperamos, también, un informe en este caso."
Poco después del atentado contra la oficina en Bagdad, el entonces secretario general, Kofi Annan, designó un "panel independiente sobre seguridad del personal de la ONU en Iraq" encabezado por el ex presidente finlandés Maarti Ahtisaari.
En respuesta a las recomendaciones del panel, Annan estableció un equipo para "determinar la responsabilidad a todos los niveles gerenciales en la sede central y en el terreno" sobre lagunas en la seguridad de las oficinas de Bagdad.
El ex segundo del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados Gerald Walzer encabezó ese equipo. El despido de Tun Myat y la degradación de Lopes da Silva figuraron entre las recomendaciones.
Mientras Walzer realizaba su investigación, ambos funcionarios quedaron relevados de sus funciones.
La semana pasada, el Comité Permanente sobre la Seguridad e Independencia del Servicio Internacional Civil del Consejo de Personal de la ONU reclamó "una investigación completa y autónoma para determinar las circunstancias" del atentado en Argelia.
El Comité también quiere saber "si se implementaron medidas de seguridad adecuadas en las instalaciones de la ONU en Argel". "Debe determinarse si hubo alerta de posible ataque y las respuestas consiguientes", agregó.
Además, el Comité llamó a "una revisión mundial de las medidas de seguridad en todas las oficinas de la ONU y un examen de las políticas y procedimientos implementados al respecto".
También enfatizó en la "responsabilidad inherente del secretario general en asegurar todas las medidas de seguridad para el personal".
Después de visitar el sitio del atentado en Argel, Ban dijo que la explosión que destruyó las oficinas tuvo un "impacto devastador". La parte del edificio ocupada por las oficinas del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) fue completamente arrasada, explicó.
"Los escombros estaban desperdigados a gran distancia. Habían dispersos en el terreno elementos de la vida diaria: archivadores, computadoras, rotuladores Me sentí tan poca cosa mirando todo lo que usaban nuestros compañeros cuando ocurrió la explosión", dijo a empleados de la ONU al regresar a Nueva Cork.
"En la casa de la ONU en Argel, la vida se detuvo a las 9.30 del 11 de diciembre de 2007", agregó.
Ban, visiblemente conmovido, dijo que se reunió con los sobrevivientes y con familiares de las víctimas, muchas de las cuales eran niños y niñas.
El funcionario dijo que la experiencia fortaleció su determinación a hacer todo a su alcance "para mejorar la seguridad de nuestra personal". "Pronto presentaré una propuesta para revisar la seguridad de la ONU en todo el mundo", aseguró.
Al mismo tiempo, fue crítico sobre el colapso de las comunicaciones en vísperas del ataque.
"Haremos también todo lo que esté en nuestro poder para instalar sistemas de comunicación que funcionen adecuadamente cuando ocurra una emergencia", sostuvo Ban.