El primer aniversario del autodenominado «gobierno legítimo» de México, que encabeza el izquierdista Andrés López Obrador, se cumplirá este martes en medio de roces entre sus simpatizantes y la Iglesia Católica, que podrían llegar a los tribunales.
"Presentaremos una denuncia de hechos (contra simpatizantes de López Obrador) por actos de intolerancia y agresión y mantendremos cerrada la catedral mientras no se ofrezcan garantías", dijo este lunes Armando Martínez, presidente del Colegio de Abogados Católicos y portavoz legal de la Arquidiócesis de México.
La declaración del abogado se relacionó con la irrupción violenta en la catedral de la capital mexicana protagonizada el domingo por unos 150 simpatizantes del ex candidato a la presidencia del país por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), que acusaron a los responsables del templo de hacer repicar las campanas para interferir con los discursos de la plaza.
En esos momentos estaba a punto de iniciar una misa, mientras en la Plaza de la Constitución conocida como el Zócalo, afuera del templo, se celebraba la Convención Nacional Democrática (CND).
El 20 de noviembre de 2006, López Obrador protestó como "presidente legítimo" ante sus simpatizantes reunidos en el mismo Zócalo, el principal y más emblemático paseo de México.
La designación la había recibido con anterioridad de la CND, que reúne a organizaciones sociales y partidos de izquierda reunidos bajo la tesis de que en las elecciones de julio de 2006 se hizo un fraude para que no ganara López Obrador, en beneficio del hoy presidente Felipe Calderón.
Los simpatizantes del líder izquierdista y de su "gobierno legítimo", por el contraste del considerado "ilegítimo" del conservador Calderón, irrumpieron en la catedral cantando consignas contra el cardenal Norberto Rivera y otras como "pederastas de derecha, el diablo los espera". La acción causó pánico entre los feligreses presentes.
Los agresores entraron pateando puertas y luego dañaron algunas bancas y mancharon las paredes del recinto con refrescos, en protesta, según dijeron, por el continuo repicar de las campanas de la catedral, que, a su entender, eran una provocación contra la celebración de la CND porque no dejaban escuchar los discursos.
Según Martínez, las campanas se tocaron como siempre se hace los domingos antes de llamar a misa.
El abogado recordó que la irrupción se produjo luego de que la senadora de izquierda Rosario Ibarra, adherente del "gobierno legítimo", declaró desde el estrado donde estaban los líderes de la CND que había que averiguar si las campanas sonaban para saludar a su agrupación o para "callar la voz del pueblo".
Martínez acusó a Ibarra de "arengar" a la multitud para consumar una agresión. "Presentaremos una denuncia ante la Procuraduría General (fiscalía) para que defina quienes fueron los responsables intelectuales y materiales del ataque al templo", expresó.
Según anunció la Iglesia Católica, la catedral de México permanecerá cerrada hasta que el gobierno de la capital de Marcelo Ebrard, también del PRD y cercano a López Obrador, ofrezca garantías de seguridad.
La irrupción de los simpatizantes izquierdistas a la catedral ocupó los principales espacios de los noticieros locales, dejando así en plano secundario la reunión de la CND del domingo y los señalamientos que allí hizo López Obrador.
A diferencia del año pasado, en esta ocasión la CND no logró llenar ni la mitad del Zócalo, que en su plancha general tiene una capacidad para más de 100.000 personas. Además, parte de la plaza estuvo ocupada por el montaje de una exposición.
El discurso de López Obrador, cuya imagen y respaldo social mermó drásticamente en el último año según encuestas, se centró en señalar que defenderá a la firma estatal Petróleos Mexicanos de los supuestos intentos para privatizarla y "al pueblo" de los tiempos difíciles que a su entender vive el país.
El ex alcalde de la capital (2001-2005) comandó el domingo la que fue la tercera asamblea de la CND, con la participación de delegados de todo el país. Las resoluciones fueron reiterativas en cuanto a defender la soberanía del país y rechazar el gobierno del conservador Calderón, al que llaman espurio.
Los observadores sostienen que el movimiento de resistencia civil y el frente de izquierda, surgidos tras la derrota de López Obrador a manos de Calderón por apenas medio punto porcentual de votos, están lejos de constituirse en contrapeso real del gobierno, que mantiene altos niveles de aceptación, de acuerdo a las encuestas.
A la cita del domingo en el Zócalo no asistieron varios de los líderes del PRD ni autoridades que ese partido tiene en diferentes estados del país.
"La CND y López Obrador adoptaron una postura poco creativa que los ha marginado y llevado a dilapidar gran parte de su potencial electoral y generar divisiones en la izquierda", señaló a IPS Lucio Contreras, politólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México.
"Por eso hoy los vemos detrás de un escándalo de la catedral y no detrás de propuestas políticas viables que logren hacer sombra o contrapeso al gobierno", opinó Contreras.
Guadalupe Acosta, secretario del PRD, declaró que todo el escándalo armado por la irrupción a la catedral podría formar parte de una estrategia, armada por personas que no identificó, para distraer la atención sobre la CND y el liderazgo de López Obrador.
El portavoz de la agrupación, que es la segunda fuerza política del país en el Congreso legislativo, detrás del gobernante Partido Acción Nacional, señaló que el PRD condena la agresión registrada en la catedral o cualquier otra que se cometa contra recintos religiosos de cualquier credo.
No obstante, consideró que fue una provocación haber tocado las campanas de la catedral "más allá de un tiempo razonable" justo cuando se estaba realizando la CND. Además, sostuvo que es desproporcionada la decisión de la jerarquía católica de anunciar demandas incluso contra la senadora Ibarra.
No es la primera vez que simpatizantes de López Obrador irrumpen en la catedral, un edificio construido entre 1748 y 1758, para gritar consignas a favor del ex candidato y en contra del cardenal Rivera.
La Iglesia Católica tiene registradas desde agosto de 2006 hasta la fecha al menos 26 manifestaciones de seguidores de la CND en ese templo o en su fachada.
Entre los hechos, se cuentan irrupciones a misa con carteles y consignas y la colocación de mantas en el exterior del antiguo edificio. Una de las que más polémica causó se registró el 7 de octubre, cuando un grupo de activistas se manifestó en misa y luego agredió verbalmente al cardenal Rivera cuando este salió del recinto, además de golpear su automóvil.
En sus manifestaciones en la catedral, los simpatizantes de López Obrador acusan a la cúpula de Iglesia y en especial al cardenal de estar a favor del gobierno de Calderón, de la "derecha" y de ser cómplice de pederastas.
En una carta pública, Rivera, que es la máxima autoridad de la Iglesia Católica de México, pidió en octubre al gobierno "buscar los mecanismos para que se respete este templo dedicado a Dios (la catedral) y al mismo tiempo la seguridad que requieren los fieles que asisten a las celebraciones litúrgicas".