PENA DE MUERTE-MARRUECOS: Rey, árbitro en debate abolicionista

El impasse político de un mes en torno al debate de la abolición de la pena capital en Marruecos sólo puede ser roto por el rey Mohamed VI, según activistas de derechos humanos.

"La abolición depende directamente del Rey", aseguró Mostafa Hannaoui, integrante del Partido de Progreso y Socialismo. Sólo el monarca tiene la autoridad para salir del punto de muerto y para volver a colocar este asunto en la agenda política.

Los partidos guardaron silencio durante meses en esta materia, incluso en la campaña hacia las elecciones legislativas del 7 de septiembre.

Luego prometieron trabajar por la abolición la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USPF), el Partido Progreso y Socialismo (PPS) y el Frente de Fuerzas Democráticas (FFD).

El compromiso se había hecho público en una conferencia internacional organizada por la Coalición Mundial contra la Pena de Muerte, con sede en París, realizada el año pasado en la occidental ciudad marroquí de Casablanca.

El presidente del Comité Consultivo de Derechos Humanos, designado por el Estado, Driss Benzekri, dijo en febrero ante el Congreso del Tercer Mundo contra la Pena de Muerte en París que había un acuerdo general entre los legisladores acerca de que Marruecos debía derogar ese castigo extremo.

Sus dichos hicieron pensar que este país podía convertirse en la primera nación árabe en abolir la pena capital.

Driss Benzekri, fallecido el 20 de mayo, fue una figura destacada de la política marroquí que permaneció 17 años preso. Además presidió la Comité de Equidad y Reconciliación creado en 2004 por Mohammed VI para investigar las violaciones a los derechos humanos perpetradas entre 1960 y 1999, durante el reinado de su padre Hassan II (1929-1999).

Pero llegado el momento, ningún partido abogó por la abolición en la campaña con vistas a los comicios de septiembre.

Las agrupaciones políticas pudieron sacar el asunto de su plataforma electoral debido a su "falta de democracia interna". Los dirigentes fijan la agenda política sin necesidad de considerar a otros integrantes de la agrupación, según Hannaoui.

"No hay un debate real para redactar las plataformas", aseguró.

La Unión Socialista de Fuerzas Populares y el Frente de Fuerzas Democrática se negaron a realizar comentarios al respecto al ser consultados por IPS.

La férrea resistencia a la abolición en Marruecos se debe a los últimos atentados terroristas ocurridos en el país, sostuvo Hannaoui.

Tras un paréntesis de cuatro años después del atentado de Casablanca, que dejó gran cantidad de víctimas en 2003, hubo otra serie de ataques en esta ciudad, la más grande del país, en marzo y abril.

Unos cinco atacantes suicidas se inmolaron en ambos ataques con bomba, un sexto murió a manos de la policía y otro tres fueron detenidos. También falleció un agente de seguridad y varias personas más resultaron heridas, según informes de prensa.

La primera consecuencia política de los atentados parece haber sido la falta de apoyo a un proyecto de ley tendente a abolir la pena de muerte, que estaba previsto fuera votado por una mayoría de diputados en la sesión parlamentaria que terminó en junio.

El borrador había sido presentado el año pasado por el legislador Bouchra Khiari, del Frente de Fuerzas Democráticas.

"El proyecto simplemente quedó en el congelador y sigue a la espera de la aprobación del Rey y luego del gobierno", indicó Mostafa Hannaoui, quien vaticinó que el monarca respaldara el proyecto para que el proceso pueda seguir su curso.

El joven monarca ha demostrado su costado liberal y progresista, añadió. Mohammed VI accedió a crear el Comité de Reconciliación y Equidad.

El reinado de Hassan II, de 1961 a 1999, conocido como "Años de Plomo", se caracterizó por el secuestro y la detención de miles de opositores. Algunos fueron ejecutados sin proceso judicial mediante.

El Comité terminó su trabajo en 2005 y redactó un informe final. Una de sus conclusiones fue la necesidad de abolir la pena de muerte para terminar el proceso de reconciliación.

El Rey también adoptó en 2002 una nueva ley de familia progresista que concede mayores derechos a las mujeres, sin precedentes en el mundo árabe e islámico, que incluye poder casarse sin permiso paterno, apuntó Hannaoui.

Mohammed VI también respaldó iniciativas tendentes a acabar con la corrupción. Numerosos funcionarios importantes fueron procesados y sentenciados por malversación de fondos públicos.

Activistas de derechos humanos arguyen que el asunto de la pena de muerte es clave para revertir el cinismo del sistema electoral en Marruecos.

La situación se hizo evidente por la baja participación en las elecciones legislativas, sólo 37 por ciento de los habilitados. Cerca de la mitad de los sufragios, alrededor de 17 por ciento, fueron invalidados.

"Muchos activistas de derechos humanos boicotearon los comicios. Si se hubiera planteado la cuestión de la abolición de la pena de muerte seguramente hubieran concurrido a votar y la participación hubiera sido mayor", dijo a IPS Khalid Harakat, integrante de la Asociación de Derechos Humanos de Marruecos.

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