Todos están de acuerdo: las migraciones del Sur hacia el Norte deben ser reguladas para evitar el obsceno comercio de seres humanos a través del mar Mediterráneo.
Los 35 países participantes del encuentro gubernamental en Portugal coinciden en todo lo que hay que hacer para evitar en especial el tráfico de mujeres, víctimas de las redes de prostitución, y favorecer los canales legales de los flujos migratorios.
La aldea portuguesa de Albufeira, ubicada en la meridional región de Algarbe, fue palco el domingo y este lunes de la primera reunión de la Cooperación Euro-Mediterránea (Euromed), formada por 25 de los 27 miembros de la Unión Europea (UE) y 10 países bañados por el sur y el oriente de este mar que separa Europa del norte de África y del Medio Oriente.
Al concluir sus trabajos en la tarde de este lunes, los ministros anunciaron que a partir de ahora la UE comenzará a divulgar "oportunidades de trabajo", los canales legales para la inmigración y la promoción de la formación de los potenciales inmigrantes provenientes del espacio extra comunitario.
El principal objetivo de estas iniciativas se destina a agilizar las migraciones legales provenientes de los países de la cuenca del Mediterráneo y su consecuente integración social y profesional, indica la decisión de los ministros, que determinaron además la creación de un grupo conjunto de trabajo sobre migración y mercado de trabajo.
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Según el responsable luso de la cartera de Interior, Rui Pereira, anfitrión del encuentro, "son conclusiones que reflejan la voluntad real y el empeño por trabajar en conjunto, en una colaboración que aborde en forma amplia el fenómeno migratorio en las vertientes de flujo de personas y desarrollo, inmigración legal e inmigración ilegal".
A la convocatoria de la presidencia semestral rotativa portuguesa de la EU acudieron ministros de los 25 países que hacían parte de la UE antes del ingreso el 1 de enero de Bulgaria y Rumania, y sus pares de Argelia, Palestina, Egipto, Israel, Jordania, Líbano, Marruecos, Siria, Túnez y Turquía, mientras que Libia lo hizo como observador, estatuto que tiene desde 1999.
En su mayoría, los países fueron representados por sus ministros de Interior, pero cada gobierno decidió el titular de la cartera que enviaba.
A Marruecos lo representó el ministro de Empleo y Formación Profesional, a Túnez el de Asuntos Sociales y a Egipto el vicecanciller, mientras que por Francia acudió el responsable de Inmigración y por España e Italia los de Trabajo.
La reunión de ambos lados del Mediterráneo se realizó en la región portuguesa de Algarbe, bajo la fuerte carga simbólica de ser la de mayor influencia morisca del país y cuyo nombre deriva del árabe Al-Garbiyyah (el occidente), el emirato más occidental de los que formaban parte del califato musulmán Omeya en la península Ibérica entre los siglos VIII y XV.
Los objetivos principales de la reunión, a la que también asistió el vicepresidente de la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE y comisario para Justicia, Libertad y Seguridad, Franco Frattini, se centraron en la gestión de los flujos migratorios, incluido la lucha contra los traficantes de humanos, pero también las oportunidades de migración legal, el desarrollo económico y el intercambio cultural. El documento conclusivo apunta que para obtener resultados visibles, "la gestión de flujos migratorios, en especial a través de un mayor control fronterizo, exige cooperación entre todos los países ligados al (mar) Mediterráneo, así como entre los países de origen y de tránsito".
No obstante el optimismo de las conclusiones, el sur del Mediterráneo no dejó pasar la oportunidad para lamentar la "fuga de cerebros" del norte de África hacia Europa.
En diálogo con la prensa al término del encuentro, el ministro de Asuntos Sociales de Túnez, Ali Chaouch, secundado por el coordinador del grupo árabe en la reunión de Albufeira, Ahmed El-Kewaisny, recordó a IPS que los países del Magreb (Argelia, Libia, Marruecos, Mauritania y Túnez) "necesitan de sus cerebros" para desarrollarse.
Entre los aspectos económicos, se hizo especial hincapié en las remesas de dinero que envían los emigrantes a sus lugares de origen como importante componente del presupuesto del Estado de muchos países de la margen sur del Mediterráneo, así como el microcrédito, un sistema que asume cada vez más relevancia como mecanismo inhibidor de los flujos migratorios hacia la UE.
La semana pasada, Euromed divulgó un estudio correspondiente a 2004, del cual se desprende que los principales flujos de remesas de inmigrantes hacia fuera de la UE se destinan al Magreb.
Las principales beneficiadas son las economías de Argelia, Marruecos y Túnez y los países desde donde es enviado el dinero, son fundamentalmente España, Italia y Francia, señala el documento.
Marruecos es el primer destino, contabilizando 4.205 millones de dólares enviados a casa por los inmigrantes en 2004, seguido a buena distancia por Argelia, con 828 millones, y Túnez, que recibió 228 millones de dólares.
Entre 2000 y 2004, indica el citado estudio, las remesas totales de los inmigrantes aumentaron en 25 por ciento respecto del mismo número anterior de años, alcanzando un total de 27.115 millones de dólares, en su mayoría enviados desde España e Italia.
En los últimos años, organizaciones europeas de la sociedad civil han ido multiplicando sus voces críticas sobre la inflexibilidad de la UE en relación a los flujos migratorios procedentes de África, defendiendo los llamados "programas de movilidad", que permiten el acceso temporal al mercado laboral do país receptor.
Los grupos no gubernamentales intentan de esa forma "reaccionar ante el siniestro tráfico que atraviesa el mar Mediterráneo en embarcaciones precarias, con decenas o a veces centenas de africanas y africanos, niños y adultos, que intentan muchas veces sin éxito y con consecuencia fatales, alcanzar la tierra prometida europea", dijo a IPS la activista Ana Filgueiras. El último episodio de esta tragedia, que se registró en el sur de Italia, "cuando a fines de octubre pasado 250 emigrantes africanos, entre los que se contaban mujeres y bebés, fueron rescatados de una embarcación a la deriva en el italiano canal de Sicilia", recordó Filgueiras, de la organización no gubernamental luso-brasileño Cidadãos do Mundo (Ciudadanos del Mundo).
Un hecho casi cotidiano para los habitantes del archipiélago español de Canarias y del sur de Italia, los trayectos más cortos entre el continente africano y la UE, es muchas veces encontrar en sus costas cadáveres o supervivientes famélicos deambulando entre los destrozos de embarcaciones sin condiciones para largas travesías marítimas.
Determinado al parecer por estos trágicos acontecimientos, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), cargo ocupado por el ex primer ministro portugués Antonio Guterres (1995-2002), envió una misiva al gobierno de su país en la que deplora que la reunión no abordó el drama de los refugiados ni de las personas que buscan asilo.
Asimismo, el tráfico de seres humanos, anunciado como uno de los puntos centrales de la reunión, no tuvo gran destaque en Albufeira.
Esta asignatura de denuncia quedo en manos del Servicio de Extranjeros y Fronteras (SEF) de Portugal, que un día antes de la reunión de los ministros en Algarbe realizo un seminario para lanzar la campaña denominada "No estás en venta", dedicada al tráfico humano.
La historia del oscuro negocio en Portugal, denunciada en la campaña del SEF, es muy similar a lo que ocurre en otros países de la UE donde han proliferado las mafias de traficantes de seres humanos, en su mayoría de los países de procedencia de las víctimas.
El perfil típico es de una joven mujer o un muchacho del Sur del planeta o de las naciones ex socialistas de Europa central y oriental, que llega a un país más rico como si fuese turista. Pasado un tiempo, le retiran el pasaporte, la visa de permanencia acaba y se convierte en persona "indocumentada", que los gobiernos designan de "ilegal".
En esta situación precaria, aceptan cualquier tipo de trabajo, incluida la prostitución femenina o masculina, para pagar a los traficantes con los que habían contraído una deuda antes de iniciar el viaje hacia un presunto "El Dorado".
Luísa Maia Gonçalves, coordinadora del SEF para esta campaña que cuenta con el apoyo del Consejo de Europa, observó que esta acción que incluye la publicación de un libro denunciando casos dramáticos, pretende sensibilizar y alertar a la ciudadanía sobre la realidad de seres humanos que "diariamente son transformados en mercadería". Dentro de dos semanas, el SEF repetirá la acción en Brasil, el más vasto país lusófono del mundo y cuya comunidad en Portugal es la mayor de los extranjeros residentes, donde distribuirá 10.000 ejemplares del libro del seminario "No estás en venta".
Según el llamado Informe sobre Tráfico de Personas 2007, publicado en junio por el gobierno estadounidense, Portugal "sirve de destino y tránsito para el tráfico de seres humanos" e integra y hace parte del grupo de países que "no cumplen los requisitos mínimos recomendados para el combate a éste flagelo", pese a sus "esfuerzos para erradicarlo".
Jorge Lacão, secretario de Estado de la Presidencia del Consejo de Ministros, aseguró en declaraciones públicas el fin de semana pasado que en la actualidad se asiste a una mayor explotación infantil y de mujeres, debido a "la creciente feminización de la pobreza que propicia situaciones de explotación sexual y laboral".
La investigadora brasileña Benalva da Silva Vitória, en su libro titulado "Inmigración brasileña en Portugal: Identidad y Perspectiva" y presentado el sábado como tesis de doctorado en la Universidad de Coimbra, sostiene que desde Brasil se emigra a Portugal "con la esperanza de mejorar la vida", pero rápidamente se "descubre que la tarea no es fácil".
Y si la tarea de vivir en Portugal no es fácil, ésta se hace aun más difícil si se trata de una mujer brasileña, ya que de ella existe un estereotipo ligado a que es vista como "sensual, fácil y que se somete a cualquier tipo de trabajo", concluye la investigadora.