La ronda final de conversaciones sobre el futuro estatuto de Kosovo colapsaron en Baden, Austria, y ahora Belgrado prepara todas sus baterías diplomáticas para impedir que esa provincia declare la independencia.
Pristina no acepta nada menos que independizarse, mientras que Belgrado no está dispuesta a reconocer nada más que la autonomía.
"Lamentablemente, no hubo acuerdo con Serbia. La independencia es el comienzo y el fin para el pueblo kosovar", dijo el miércoles a periodistas en Baden el presidente de Kosovo, Fatmir Sejdiu. "No podemos decir la fecha y la hora exacta en la que se declarará la independencia, pero sucederá muy pronto", añadió.
Por su parte, el presidente de Serbia, Boris Tadic, alertó que Belgrado se moverá rápidamente en el campo diplomático en contra de la independencia de Kosovo.
"Vamos a anular todas estas decisiones. Vamos a usar todas las medidas legales y diplomáticas para combatir cualquier decisión de esa clase. Serbia no aceptará la independencia de Kosovo", alertó Tadic, subrayando que "Esta es una situación muy grave".
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La sureña provincia serbia de Kosovo habitada por casi dos millones de albanokosovaresno tiene estatuto definido desde 1999, cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) asumió su administración.
La ONU se encargó de la provincia después de 11 bombardeos sobre Serbia de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en respuesta a años de represión por parte de Belgrado a los albanokosovares, que habían iniciado una rebelión armada por la independencia.
Mientras los mediadores internacionales, la Unión Europea (UE), Estados Unidos y Rusia, se preparan para presentar su informe el 10 de diciembre sobre las fracasadas negociaciones ante el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, analistas comienzan a preguntarse qué pasará ahora.
"Éste fue el último intento de encontrar una solución negociada para Kosovo", dio a IPS el analista Dusan Lazic.
"Formalmente, estas eran conversaciones entre Belgrado y Pristina, pero pasaron a ser contactos entre los actores más fuertes del mundo, que no pudieron encontrar una plataforma común desde la que se pudiera influenciar a las partes negociadoras para hallar una solución política", sostuvo.
La independencia de Kosovo es algo que había sido prometido a los albanokosovares por Estados Unidos. La UE tomará una postura similar, según Lazic y otros analistas. Rusia ya se puso del lado de Serbia.
"Uno no puede excluir la posibilidad de nuevos tipos de negociaciones, una suerte de nuevos Baden, en este momento entre Rusia, la UE y Estados Unidos", dijo Lazic. La posibilidad de algún tipo de conferencia internacional sobre Kosovo no está descartada, según diplomáticos en Belgrado. Sin embargo, admiten que es difícil señalar cuándo podría ésta realizarse. Una fuente diplomática de la UE dijo a IPS que una conferencia podría celebrarse "a comienzos del año próximo".
Belgrado ha preparado "planes de acción" en caso de que Kosovo proclame su independencia en el corto plazo.
No se han divulgado detalles específicos de esos planes, excepto que están destinados a "proteger a los serbios".
"Toda Serbia tiene que estar unida y mostrar que una medida unilateral de esa clase (la declaración de independencia) no significa nada para nosotros. Todos los serbios que viven en Kosovo siempre seguirán siendo ciudadanos de Serbia", dijo el primer ministro serbio Vojislav Kostunica, al anunciar los "planes de acción".
Unos 100.000 serbios permanecen en Kosovo, la mayoría en el norte.
Ante una declaración de independencia, los serbios de Kosovo podrían proclamar una "separación" del resto de la población. Esto se "debería a su miedo" a un gobierno de mayoría albanokosovar, dijo el presidente Tadic en una entrevista a la estatal Radio Televisión de Serbia. Sin embargo, Tadic no quiso explicar cómo se realizaría esa separación.
Como no hay presencia militar ni policial serbia en el norte, surgieron especulaciones sobre si la separación implicará una evacuación de refugiados en territorio bajo jurisdicción de Belgrado.
Planes de evacuación de este tipo, muy criticados por los medios serbios, sí existen en la oficina en Belgrado del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). Fuentes de Acnur dijeron a IPS que estos fueron diseñados hace mucho tiempo "para no ver la repetición de previos escenarios de caos".
En 1995, se produjo un éxodo masivo de más de 250.000 serbios croatas desde Krajina, luego de que el ejército croata invadió territorio que reclamaba como propio.
Lo mismo le ocurrió en 1999 a 150.000 serbios que huyeron de Kosovo cuando ingresó la ONU.
"Belgrado está preparándose una vez más para una catástrofe humana, que podría ocurrir una vez que Kosovo proclame su independencia", señaló la presidenta del Comité de Helsinki para los Derechos Humanos, Sonja Biserko.
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