Las elecciones parlamentarias en la provincia serbia de Kosovo, administrada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), eran esperadas como otra confirmación de que los albanokosovares apoyan en su abrumadora mayoría la idea de la independencia.
Sin embargo, la sorpresiva escasa concurrencia a las urnas el sábado, apenas 45 por ciento de los 1,5 millones de votantes, indica que estos están muy desilusionados. Quieren más que sólo la independencia: desean mejores condiciones de vida y desarrollo económico, según analistas.
"La profunda desconfianza en las llamadas instituciones democráticas, que no le dieron nada bueno a los albanokosovares, puede ser considerada el factor principal de la apatía de los votantes", dijo a IPS el analista Dusan Janjic, de Belgrado. "No hubo mejoras en los últimos ocho años", subrayó.
Esta visión está respaldada por estadísticas del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. En octubre, apenas 29 por ciento de los consultados en una encuesta en Kosovo dijeron estar satisfechos con la administración de la ONU, y 28 por ciento con las instituciones provisionales de autogobierno.
La meridional provincia serbia, habitada por dos millones de albanokosovares, ha estado bajo administración de la ONU durante ocho años.
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La ONU asumió el control de Kosovo en 1999, luego de 11 semanas de bombardeo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) sobre Serbia, debido a la represión de Belgrado contra los albanokosovares. Estos tomaron las armas para exigir su independencia, algo inaceptable para Serbia.
Las elecciones en Kosovo fueron boicoteadas por la población serbia de la provincia. De 120.000 serbios, sólo unos cientos concurrieron a las urnas. La mayoría siguen las instrucciones de Belgrado, que consideraba una traición a Serbia y un reconocimiento de la independencia de Kosovo el hecho de votar.
En sus negociaciones con Pristina, Belgrado insistió en estar dispuesto sólo a concederle una "amplia autonomía" a la provincia, y no la independencia.
Las discusiones entre albanokosovares y serbios sobre el futuro estatuto de Kosovo no mostraron avances en las últimas semanas, cuando faltan 20 días para que concluya la última ronda de negociaciones, el 10 de diciembre.
"Esto tendrá catastróficas consecuencias para los serbios en Kosovo", dijo Oliver Ivanovic, uno de los más respetados líderes serbios en la provincia, a la Radio B92.
A pesar de meses de negociaciones con Belgrado auspiciadas por la comunidad internacional, y de las promesas de políticos locales desde 1999, la independencia no ha llegado a Kosovo.
Para los votantes comunes, la necesidad de la independencia parece incuestionable, pero otros temas son también importantes.
Aún está por verse si el líder del Partido Democrático de Kosovo (DPK), Hashim Thaci, ganador de los comicios del sábado, será capaz como primer ministro de cumplir su promesa de impulsar la economía.
Según los resultados oficiales parciales, el DPK se quedó con 34 por ciento de los votos, y tendrá que formar una coalición de gobierno con el segundo partido más fuerte, la Liga Democrática de Kosovo, que obtuvo 22 por ciento de los sufragios, para así asegurarse una mayoría en el parlamento de 120 miembros.
La escasa asistencia a las urnas en Kosovo hasta ahora sugiere que "la población se cansó de la falta de una definición sobre el estatuto (de la provincia) y de progreso en su vida diaria en los últimos ocho años", sostuvo el analista Agron Bajrami.
"Los partidos no convencieron a los votantes de que tienen una solución a esta situación, que la mayoría de las personas consideran una crisis", agregó.
La situación económica en Kosovo, la provincia menos desarrollada de la ex Yugoslavia, no ha mejorado desde 1999. La escasez de agua potable y de electricidad es algo habitual, así como la falta de trabajo.
"Esto no es por la independencia. La menguada concurrencia a las urnas se debió a que la gente está deprimida. Esto es por la situación económica: no hay agua, no hay electricidad, no hay empleos", señaló el lunes en su editorial el diario Express, de Pristina.
"En los últimos tres años no cambió nada en beneficio del pueblo. Sólo algunas personas en el gobierno se hicieron más ricas", añadió.
Hay propagadas denuncias de corrupción, no sólo entre las autoridades locales, sino también entre los organismos internacionales que tienen la tarea de reconstruir la economía y guiar a la nación a la democracia.
"Cuando el tamaño de la corrupción es de seis dígitos, es local. Cuando crece a nueve dígitos, entonces la ONU está involucrada", sostuvo Alib Kurti, del movimiento juvenil Vetevendosje (autodeterminación), en una entrevista con un periodista sueco que investigó irregularidades en Kosovo durante seis meses y publicó una serie de artículos en el periódico Dagens Nyheter.
Se espera que Kosovo proclame su independencia en el futuro cercano.
Los 27 países miembro de la Unión Europea aconsejaron a los líderes kosovares el lunes que enlentecieran el proceso para evitar una confrontación con la comunidad internacional y con Serbia.