Es inaceptable el proteccionismo en el comercio de combustibles renovables, cuando el mercado es libre para los contaminantes y costosos hidrocarburos, afirma en esta entrevista el brasileño Marcos Sawaya Jank, quien preside la organización de los productores de azúcar y etanol más competitivos del mundo.
Jank es presidente de la Unión de la Agroindustria Cañera del Estado de São Paulo (Unica), interesada en la creación, lo más pronto posible, de un mercado internacional libre para el biocombustible.
Agrónomo y doctorado en economía, Jank fundó en 2003 y presidió por cuatro años el Instituto de Estudios de Comercio y Negociaciones Internacionales (Icone), que asesora al gobierno y al agronegocio brasileños en cuestiones comerciales del área agrícola.
Como presidente de Unica desde junio, enfrenta el desafío de impulsar el nuevo gran negocio de la agricultura, la energía renovable, lo que exige derrumbar obstáculos como subsidios y aranceles prohibitivos, erigidos en especial por Estados Unidos.
IPS: —¿Qué sentido tienen los subsidios concedidos por Estados Unidos a su producción de etanol de maíz, con los precios actuales del petróleo y cuando se negocia la reducción del proteccionismo agrícola en la Organización Mundial de Comercio (OMC)?
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Marcos Jank: — Estamos contra los subsidios porque creemos que no necesitan ese tipo de incentivo para crecer. No tiene sentido subsidiar el maíz, es decir el etanol, cuando el precio del petróleo es tan elevado como el actual.
Es inaceptable un mercado de combustibles renovables fuertemente protegido, mientras el de combustibles fósiles es totalmente libre. Por eso luchamos por una exitosa conclusión de la Ronda de Doha (de negociaciones en la OMC) y por el respeto a las reglas y disciplinas del sistema multilateral de comercio.
—¿Es posible cuestionar los subsidios estadounidenses al etanol en la OMC?
—Esa es una decisión estratégica que corresponde al gobierno brasileño, y el dictamen final de la OMC se basaría en límites ya acordados para los subsidios, como ocurrió en el "panel del azúcar" (que en 2005 condenó los subsidios europeos a la exportación de ese producto).
Debemos recordar, sin embargo, que "cuestionar" sólo para hacer ruido no resuelve el problema fundamental. Por ello, Unica desarrolla una estrategia para estimular el aumento sustentable de la producción y el consumo de etanol en la mayor cantidad de países, apoyando mecanismos obligatorios de mezcla (con gasolina) y definiendo patrones universales para el producto.
Insistimos también en las ventajas comparativas de productividad, costo y equilibrio energético y ambiental del etanol de caña de azúcar ante otras materias primas. Por ello el etanol brasileño es competitivo y podrá expandirse a pesar de los subsidios practicados en otros países.
—¿La inclusión del etanol entre los bienes ambientales, como quiere Brasil, no justificaría tales subsidios, aunque eliminando los aranceles a la importación?
—En primer lugar, la idea de negociar bienes ambientales en la OMC busca liberar el comercio, es decir la eliminación de impuestos de importación. Lo que se acordó hasta ahora es hacer una lista de productos que serían considerados bienes ambientales y, para Brasil, el etanol sería candidato natural a esa lista.
Existen políticas para estimular la demanda, como la mezcla obligatoria y la exención de impuestos para hacer más competitivo el etanol en relación a la gasolina. No consideramos tales políticas como subsidios, sino iniciativas necesarias a la creación de mercado.
Del lado de la oferta, las políticas existentes distorsionan el mercado, sobre todo cuando buscan proteger al productor doméstico de la competencia internacional.
En ese caso, podemos identificar como subsidios los aranceles para protegerse del producto importado y que no permiten que el extranjero tenga acceso a la demanda que se está creando, los estímulos financieros exclusivos al productor doméstico para darle competitividad ante los extranjeros —como crédito barato para invertir, garantías de crédito, etcétera—, y las subvenciones directas a la materia prima no necesariamente destinada al etanol. En Estados Unidos hay fuertes subsidios al maíz, por ejemplo, sin importar si es usado para hacer alcohol carburante u otros productos.
Si se logra un acuerdo sobre bienes ambientales, eliminando los aranceles, no se soluciona el problema de los estímulos financieros exclusivos ni de las subvenciones directas, pero al menos se permite el acceso del productor extranjero al mercado del país que está estimulando la demanda y se ayuda a reducir el nivel de los subsidios.
Lo ideal sería eliminar todos los tipos de subsidios para alentar el crecimiento sustentable de la producción y del consumo de etanol en la mayor cantidad de países.
—¿Es sustentable la política estadounidense de apoyo al etanol de maíz para quintuplicar la oferta hasta 2017, considerando las reacciones provocadas por el alza de los precios de los alimentos, la inseguridad alimentaria en el mundo y la baja eficiencia energética de ese grano?
—Estados Unidos comprende bien que el crecimiento del mercado de etanol debe caminar de una forma sustentable, como se hace en Brasil. La propuesta, tanto del presidente George W. Bush como del proyecto de ley que tramita el Congreso legislativo, limita el alcohol de maíz a 15.000 millones de galones por año, el doble de lo producido actualmente y que la mayoría de los analistas prevén como posible sin grandes impactos.
El resto de la demanda se abastecería con "biocombustibles avanzados", como el etanol de celulosa y de caña de azúcar. Estados Unidos invierte miles de millones de dólares en investigaciones para desarrollar esas nuevas formas de producción, porque reconoce las limitaciones del maíz.
Sobre la inseguridad alimentaria, vale la pena leer la carta que Unica y otras instituciones entregaron al secretario general de las Naciones Unidas (negando la culpa del etanol). En resumen, como demostró hace 10 años Amartya Sen, ganador del premio Nobel de Economía, el hambre no es resultado de la producción insuficiente de alimentos, sino del bajo ingreso y del desempleo, que limitan el acceso a los alimentos.
—¿Qué impacto tienen los subsidios estadounidenses en desalentar la producción de etanol de caña en el Caribe y América Central, aunque son regiones beneficiadas por exenciones arancelarias en Estados Unidos?
—Esas regiones tienen gran potencial para la producción de caña y otras plantaciones. Por ello el memorando de entendimiento entre Brasil y Estados Unidos establece que nuestros gobiernos trabajen juntos para identificar las mejores formas y cultivos que aprovechan esas potencialidades.
—¿Qué razones estratégicas justificarían tanta protección al etanol estadounidense, especialmente contra la competencia brasileña, si se busca reducir la dependencia del petróleo de Medio Oriente?
—A Estados Unidos le interesa una producción doméstica de biocombustible como forma de reducir la dependencia petrolera, pero también de promover el desarrollo rural del medio oeste de ese país. Aunque discrepe con el nivel de su proteccionismo, lo veo comprensible desde el punto de vista de su política interna.
Nuestro papel e interés es ampliar el alcance de los biocombustibles en todo el mundo. El objetivo específico es convertir el etanol en una "commodity" (producto básico) mundial. Juntos podemos incrementar la producción de manera sustentable y colaborar para ampliar las oportunidades y la aceptación de tales productos.
—¿El proteccionismo en el caso del etanol no debilita las posiciones estadounidenses y europeas en la OMC?
—Efectivamente, el arancel de 54 centavos de dólar por galón, más 2,5 por ciento ad valorem impuesto al etanol importado en Estados Unidos es alarmante. La prensa mundial nos ayuda mucho a demostrar la irracionalidad de ese proteccionismo frente a un petróleo libremente comercializado en el mundo.
Pero reducir aranceles sin elevar la demanda de etanol, es decir reducir el consumo de petróleo, no conduce a nada. Unica actúa para estimular el aumento sustentable de la producción y del consumo de etanol en muchos países, apoyando su adición obligatoria a la gasolina y normas universales para el producto.
—¿Esa protección no desmiente la intención estadounidense de atribuir a Brasil el fracaso del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA)?
— Ambas partes tienen culpa, pero son aguas pasadas. Brasil necesita avanzar más rápidamente en las negociaciones regionales y bilaterales, especialmente con Estados Unidos y la Unión Europea, infelizmente estancadas en contraste con la enorme red de acuerdos que se diseminan por el mundo, entre los principales países desarrollados y las economías emergentes.
* Foto gentileza Unica.