La oposición de Malasia planea una manifestación, que debería realizarse este sábado en medio de amenazas de prohibición por parte del gobierno, con el fin de denunciar el carácter fraudulento de las elecciones generales previstas para marzo próximo.
La protesta organizada por la coalición Bersih, que reúne a los cuatro principales partidos de oposición y a 67 organizaciones no gubernamentales, tiene el objetivo de alentar un cambio en las reglas de juego.
Los organizadores denuncian compra de votos, diseño antojadizo de los distritos electorales, irregularidades en los padrones y el uso de fondos públicos para ganar sufragios.
Pero el gobierno está decidido a impedir la manifestación, que se prevé como la mayor desde que el primer ministro Abdullah Badawi llegó al poder en 2003 en medio de una ola de adulación que se esfumó por su incapacidad para combatir la corrupción y promover el estado de derecho.
La policía ya advirtió que la demostración, en la cual los opositores vestirán de amarillo como símbolo de su unidad y determinación, está prohibida, y que todos los que se sumen a ella serán arrestados.
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Las autoridades señalaron que la manifestación es ilegal porque los organizadores carecen de autorización. Se amparan en una ley de la época precolonial que prohíbe las reuniones de más de cinco personas que no cuente con autorización policial.
"A pesar de las amenazas, esperamos reunir a más de 10.000 personas", dijo a IPS Sivarasah Rasiah, vicepresidente del opositor Partido Nacional del Pueblo y uno de los principales organizadores.
"Esas amenazas no nos harán retroceder. Se trata de ejercer nuestro derecho democrático de reunión para demostrar pacíficamente nuestro descontento con un sistema corrupto", agregó.
Todos los ojos están puestos en la manifestación, vista como la primera demanda real para que Badawi ponga en práctica las reformas que muchos consideran indispensables.
El desafío resulta más significativo porque los tres principales líderes opositores dirigen la protesta.
Participará la figura más emblemática de la oposición, el ex viceprimer ministro Anwar Ibrahim, quien marchará en primera fila desde la Plaza de la Independencia de esta capital hasta el palacio del rey, distante unos cinco kilómetros, para entregar un petitorio que exige reformas en el sistema electoral.
También se espera la participación del líder del prochino Partido de Acción Democrática, Lim Kit Siang, y del presidente del fundamentalista Partido Islámico Panmalayo, Hadi Awang.
"Estamos unidos en nuestra determinación de cambiar las reglas electorales", dijo Anwar Ibrahim. "El pueblo ya sufrió suficiente. Tengamos comicios limpios y libres, para que la gente pueda votar al gobierno de su elección."
La coalición Bersih reclama, además de la actualización de las obsoletas leyes electorales, una depuración de los padrones que consideran urgente para remover de ellos a los electores "fantasma". También piden que la Comisión Electoral sea un cuerpo verdaderamente independiente.
Asimismo, la oposición demanda el uso de tinta indeleble para prevenir que una persona vote más de una vez, la supresión del voto por correo —que el gobierno manipula con frecuencia— y acceso igualitario de todos los partidos a los medios de difusión controlados por el Estado.
"Sólo cuando los comicios son limpios los ciudadanos pueden ser dueños de su destino y esperar que los funcionarios rindan cuentas de sus actos", afirmó el coordinador de Bersih, Faizal Mustaffa.
La vestimenta amarilla que usarán los manifestantes "representa nuestra voluntad unida de protestar contra la injusticia. El amarillo significa solidaridad con la causa común de una elección libre y limpia", señaló Mustaffa a IPS.
Además de la protesta en esta capital, el sábado 10, seguidores y representantes de Bersih organizarán —para añadir presión al gobierno— demostraciones similares frente a las embajadas de Malasia en varios países, como Corea del Sur, Estados Unidos, Gran Bretaña, Indonesia y Tailandia.
"Tenemos la esperanza de que la condena internacional persuada al gobierno de iniciar el proceso de reforma del sistema electoral", dijo Rasiah.
Aunque los dirigentes de Bersih han dicho en reiteradas ocasiones que desean garantizar que la manifestación sea pacífica, existe una generalizada preocupación ante la posibilidad de que un acto de esa magnitud pueda culminar violentamente.
La Comisión Malaya de Derechos Humanos recordó en una declaración que la libertad de reunirse pacíficamente es un importante derecho consagrado por la Constitución y la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Pero también expresó temores y pidió a los organizadores que respeten las leyes.
Aunque la mayoría de los malayos simpatiza con la campaña de Bersih para lograr cambios en el sistema electoral, muchos están disconformes con su decisión de recurrir al rey en busca de apoyo para profundizar esta cuasi democracia.
El pequeño Partido Socialista no toma parte activa en las acciones de Bersih junto a las otras fuerzas de oposición.
"El rey no tiene el poder para mejorar las condiciones de la democracia y la justicia porque sus funciones son fundamentalmente protocolares", señaló a IPS un editor de diarios ya retirado.
"Históricamente, la monarquía ha sido hostil hacia las libertades democráticas y el poder del pueblo. Buscar el apoyo de una monarquía débil para realizar cambios fundamentales en nuestra sociedad es ilógico y carece de justificación", agregó.
"Debemos movilizar al pueblo a nivel de base para presionar por un cambio impuesto de abajo hacia arriba. Cuando se lo introduce desde la cúpula es raro que se mantenga por mucho tiempo", afirmó.
Los miembros de Bersih aseguran que sus acciones apuntan más allá de las próximas elecciones generales.
"Nuestra campaña es de largo plazo y demandamos modificaciones fundamentales en el sistema electoral, similares a las adoptadas en otros países", dijo Yap Swee Seng, director ejecutivo de la no gubernamental Suaram, dedicada a la defensa de los derechos humanos.
La oposición quiere que se abandone el sistema de circunscripciones uninominales en las que un candidato gana con mayoría simple de votos —similar al sistema utilizado en Estados Unidos y Gran Bretaña— porque permite que un partido pueda obtener una representación parlamentaria desproporcionada en relación con su número de sufragios.
"Queremos un sistema en el que las minorías, los pueblos indígenas, las mujeres y otros sectores tengan un papel y una voz que sea oída. El Parlamento debe ser verdaderamente representativo en lugar de estar dominado por un solo grupo", señaló Yap a IPS.
Bersih también reclama que se vuelvan a realizar elecciones para los consejos locales, suprimidas en 1970 por razones de "seguridad nacional", y que se permita a observadores internacionales supervisar los comicios y proponer cambios.