La Asamblea Nacional Constituyente que se instaló este jueves en Ecuador buscará desmontar el modelo institucional neoliberal, dijo a IPS su presidente, Alberto Acosta.
La primera resolución trascendente se tomó este jueves, cuando el plenario aprobó el mandato número uno, asumiendo "plenos poderes" y colocando el "poder constituyente" por encima del "poder constituido".
En ejercicio de esos "plenos poderes" también declaró un receso indefinido del Congreso legislativo hasta que se apruebe la nueva constitución en referendo, y sustituyó al fiscal general de la Nación y al superintendente de Bancos.
El mandato declaró provisionales a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, del Tribunal Constitucional y de otros organismos estatales y no aceptó la renuncia presentada a la Asamblea por el presidente Rafael Correa en reconocimiento de esos plenos poderes.
De los 130 asambleístas, 80 pertenecen al oficialista Acuerdo País, y otros 15 a movimientos de izquierda o centroizquierda, algunos de ellos afines al gobierno, que apoyaron la primera resolución.
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El resto pertenecen a partidos de derecha que se quejaron de que la Asamblea estaba quebrantando el "marco institucional" al asumir plenos poderes.
Algunos diputados cesantes, como Diego Ordóñez, de la derechista Unión Demócrata Cristiana, afirmaron que se estaba instalando una dictadura.
El jurista Ramiro Aguilar aseguró al portal informativo ecuadorinmediato.com que las decisiones de la Constituyente están dentro de los parámetros jurídicos y no se puede hablar de "dictadura".
"Solamente se enredan en el tema de la limitación estatutaria quienes no entienden lo que es una Asamblea Constituyente, y evidentemente en el ejercicio de esos plenos poderes, la Asamblea asume el Poder Legislativo como máximo órgano posible de la legislatura, en términos conceptuales, y en consecuencia no se ha alterado el orden constitucional", señaló Aguilar.
En su discurso tras ser investido presidente de la Constituyente, Acosta aseveró que estaría abierto a la participación de todos los sectores y a todas las opiniones y propuestas, pero recordó que la Asamblea existía para realizar transformaciones, y las hará con o sin apoyo de los sectores de derecha.
La mayoría de los ecuatorianos, expresada en la Constituyente, quieren desmontar el nefasto modelo neoliberal que provocó las grandes inequidades en el país, afirmó Acosta.
La próxima constitución deberá sentar las bases de una economía solidaria, anunció.
La Asamblea no puede perder la oportunidad de marcar un camino diferente de inclusión social, política y económica, afirmó Acosta, un economista de 59 años que fue asesor de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador y estuvo vinculado a entidades ambientalistas.
Acosta fue fundador del partido gobernante, Alianza País, junto con Correa, y ministro de Energía en los primeros seis meses de su gobierno. Luego renunció para postularse como principal candidato oficialista a la Constituyente.
Una de las propuestas que Acosta pondrá a consideración de la Asamblea es la prohibición de toda explotación petrolera dentro de parques nacionales y la revisión de concesiones mineras que eludieron las consultas a las poblaciones afectadas.
Acosta también promueve un mayor control estatal de la economía y la necesidad de una planificación económica central. La inauguración oficial de la Asamblea y del edificio que es su sede contó este viernes con la presencia de Correa, del presidente de Colombia, Álvaro Uribe, de los cancilleres Nicolás Maduro, de Venezuela, y David Choquehuanca, de Bolivia, y del ministro de Defensa de Brasil, Nelson Jobim, además del gabinete ecuatoriano y el cuerpo diplomático acreditado en este país.
La sede de la Asamblea Constituyente y un mausoleo para el ex presidente Eloy Alfaro (1842-1912), conforman la llamada Ciudad Alfaro, construida en cinco meses en la pequeña Montecristi, terruño del asesinado líder líberal en la occidental provincia del Manabí, junto al océano Pacífico.
En forma paralela, se homenajeó a Alfaro, fundador del liberalismo radical, promotor del laicismo y de la integración interna del país y de América Latina y de la Constitución de 1906, considerada la más progresista de la historia ecuatoriana.
"La obra de Alfaro, truncada por manos asesinas, debe continuar y profundizarse", dijo Correa.
Esa continuación "significa defender la autodeterminación", la unidad y la "integración de los pueblos de nuestra América. Es actuar con la mayor honestidad en el manejo de los fondos públicos, es gobernar para todos con especial énfasis en los derechos de los sectores más vulnerables", agregó.
Según el estatuto de la Asamblea, aprobado en referendo, el cuerpo tiene potestades para redactar una nueva carta magna y modificar el marco institucional del país en un plazo de seis meses.
Una vez redactado el texto, será sometido a consulta popular y, en octubre de 2008, se celebrarán elecciones generales bajo las nuevas reglas.