TURQUÍA-UNIÓN EUROPEA: Inacabable camino hacia el altar

La Unión Europea (UE) y Turquía, comprometidos desde hace 40 años para un matrimonio que podría no concretarse nunca, vuelven a reconciliarse tras un periodo de distanciamiento.

Turquía tiene un nuevo parlamento, un nuevo gobierno y un nuevo presidente, y todos ellos abrigan lo que muchos turcos consideran el sueño imposible de integrarse en la UE. Este país de 72 millones de habitantes, en su mayoría musulmanes, pretende afiliarse a un "club cristiano".

Las negociaciones para el ingreso se suspendieron durante meses debido, por un lado, al paréntesis electoral en Turquía, y, por el otro, a la campaña presidencial en Francia, en la que prevaleció Nicolas Sarkozy exhibiendo su oposición a la integración plena de aquel país en el bloque.

Pero ahora, incluso con Alemania y Austria oponiéndose a que Turquía sea miembro pleno, la UE está dispuesta a reanudar las conversaciones al respecto, según el comisario europeo de Ampliación, Olli Rehn.

El canciller francés Bernard Kouchner fue uno de los que convencieron a Sarkozy de suavizar su posición y de no bloquear las negociaciones por la integración de Turquía, según él mismo afirmó en Nueva York ante los expertos del estadounidense Consejo sobre Relaciones Exteriores en Nueva York.
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El partido francés de extrema derecha Frente Nacional acusa a Sarkozy de haber dado un giro radical al respecto.

El presidente de Francia se reunió la semana pasada en Nueva York con el primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y evitó en esa ocasión cualquier referencia a su antigua oposición a la membresía plena, al tiempo que prometía mantener las negociaciones en curso.

Según expertos, la UE y Turquía tienen "disputas prematrimoniales", pero están destinadas a casarse. TAl vez el matrimonio debió haberse celebrado antes, en algún momento del proceso de ampliación que le hizo pasar de ser un club exclusivo de seis naciones a las actuales 27.

"Ya pasó el cuarto de hora para el ingreso de Turquía a la UE, y las agujas del reloj tienen que volver a girar lentamente", dijo a IPS el estadounidense Dennis Redmont, ejecutivo de medios de comunicación que observa los acontecimientos de Turquía desde hace 30 años.

"Una Europa sobreampliada no fue capaz de atrapar el momento mágico, y ahora los turcos en las calles no tienen tiempo para eso. Están demasiado ocupados creciendo", agregó.

El entusiasmo por la UE disminuye rápidamente en Turquía. La mayoría de los turcos perciben que el bloque europeo está en contra de una gran presencia musulmana en sus filas.

Los turcos a favor de la membresía plena, que en 2003 constituían 70 por ciento, pasaron a ser alrededor de 50 por ciento a mediados de 2006, según una encuesta turca independiente.

"Es simple: si ellos no nos quieren a nosotros, nosotros no los queremos a ellos. No suplicaremos para entrar, ni aceptaremos una membresía de segunda clase", dijo Mustafa Olcay, gerente de un restaurante.

Olcay apoya el rechazo del gobierno a las ofertas francesas y alemanas de una asociación "especial" o "privilegiada" que no llegue a ser una membresía plena.

Turquía ya tiene un estatus así, y el próximo paso solamente podría ser la membresía plena, dijo. Como miembro asociado de la UE, este país es parte de la unión aduanera del bloque.

Olcay también se opone a una nueva propuesta de Sarkozy para una "unión mediterránea" que incorpore al país en una asociación laxa con la UE. El presidente francés había dicho antes que Turquía pertenecía a "Asia menor".

Pero muchos turcos se consideran parte de Europa y en el camino hacia la occidentalización trazado por el fundador de la república, Mustafa Kemal Atatürk, en 1923.

Las conversaciones sobre el ingreso de Turquía a la UE, actualmente estancadas, abordaron apenas cuatro de 35 asuntos políticos para los que se requieren un acuerdo. Francia bloqueó cinco, entre ellos uno sobre unión monetaria.

Ocho —incluido uno para el libre movimiento de bienes— están bloqueados a causa de la negativa de Turquía de abrir sus puertos y espacio aéreo a Chipre.

Turquía no reconoce al gobierno chipriota apoyado por la comunidad internacional como representando a toda la isla, y tiene relaciones solamente con las autoridades del norte turcochipriota, controladas por Ankara.

Chipre fue dividido en dos luego que Turquía invadió el tercio septentrional de la isla en 1974, en respuesta a un golpe que intentó unir la isla con Grecia.

Turquía dijo que el impasse de Chipre debería ser acordado por las partes interesadas, desvinculado de las negociaciones por el ingreso a la UE.

Según el comisario europeo Rehn, algunos aspectos en negociación de carácter técnico y sin controversias, como los relativos a la salud y los derechos del consumidor, podrían quedar abiertos a negociaciones.

La UE espera que Turquía apruebe normas para ampliar la libertad de expresión y el respeto por los derechos humanos, a incluir en la constitución para reemplazar la elaborada tras el golpe militar en 1981. Pero eso llevará tiempo.

Si algún día se concreta el matrimonio, ¿qué le ofrecerá cada parte a la otra? ¿Se necesitan entre sí?

Los que favorecen la membresía plena de Turquía dicen que la envejecida población de la UE necesitará mano de obra, y que el bloque cobrará estatus de superpotencia y se volverá un jugador global más fuerte con Turquía adentro.

El ingreso de Turquía también podría ofrecer un contrapunto a la teoría del choque de las civilizaciones —formulada por el politólogo estadounidense Samuel Huntington—, y a la percepción de que la religión o la cultura pueden impedir la membresía de la UE.

También puede reducir los prejuicios contra el Islam, que perciben los 15 millones de musulmanes de la UE. Con una economía de rápido crecimiento, que triplica el promedio de la UE, Turquía ofrece al bloque europeo un vasto mercado y un trampolín hacia otros mercados en Medio Oriente y hacia las repúblicas ex soviéticas en Asia.

Pero las diferencias culturales pueden superar todos estos factores. "El problema es que los turcos no conocemos bien a los europeos, y ellos tampoco nos conocen bien a nosotros. La historia nos muestra como adversarios", señaló Olcay. (FIN/IPS/traen-js-mj/ht/ss/mm eu ip if/07)

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