Más de 20.000 mujeres argentinas, la mayoría de ellas provenientes de sectores pobres, se reunirán este fin de semana para trazar estrategias de acción en asuntos como lograr la despenalización del aborto y luchar contra la trata de personas y la violencia doméstica.
"El impacto no será inmediato, pero la idea es influir sobre la subjetividad de cada una para incidir después, al regreso, en cada familia, en cada organización social", explicó a IPS, María Teresa Bosio, una de las organizadoras del XXII Encuentro Nacional de Mujeres, que este año se celebrará en la central provincia de Córdoba.
La cuestión del aborto se proyecta como el más polémico, debido a que hay en esa provincia organizaciones religiosas tradicionalistas que exhortaron a las distintas mujeres a participar, pero con el objetivo de trabar la discusión en temas de salud sexual y reproductiva e, inclusive, boicotearlas si es posible.
La reunión tuvo su primera edición en Buenos Aires en 1986 por iniciativa de un grupo de feministas que habían participado un año antes de la reunión que convocó la Organización de las Naciones Unidas en Nairobi, para hacer un balance sobre los avances logrados por las mujeres en el decenio anterior.
Pero en aquella oportunidad intervino apenas un millar de mujeres. Desde entonces, la cita recorrió todo el país y, pese a no tener financiamiento, se sumaron cada vez nuevas organizaciones. "El encuentro es horizontal, democrático, pluralista, autónomo, sin autoridad ni jerarquía alguna", explicaron las organizadoras.
Este año, a modo de balance, las convocantes recordaron que los encuentros "sirvieron a lo largo de estos años para tomar conciencia de nuestros derechos y valorizar nuestras prácticas generando iniciativas desde la perspectiva de género, muchas plasmadas ya en leyes, espacios organizativos o producciones culturales".
"Logramos muchos avances en la consecución de derechos sobre salud sexual y reproductiva, obtuvimos visibilidad para muchos temas, como la necesidad de despenalizar el aborto y empoderamiento en temas de lo más variados, pero quedan muchos retos también", advirtió Bosio, de la organización Católicas por el Derecho a Decidir.
Esta vez la sede es Córdoba, capital de la provincia homónima, situada 700 kilómetros al noroeste de Buenos Aires. "La mitad de las mujeres son indígenas, campesinas y de otros movimientos populares, que vienen sin recursos, dispuestas a dormir sobre el suelo de una escuela", describió Bosio.
En el encuentro, que se desarrollará entre este sábado y el lunes, habrá más de 70 talleres de debate, plenarias sobre temas de interés para el movimiento, actividades artísticas y una marcha el domingo por las calles cordobesas.
Las conclusiones, que se darán a conocer al finalizar la reunión, surgirán del consenso de las mujeres que participan de las deliberaciones en todas las instancias.
"Este año hay temas muy fuertes que merecerán asambleas especiales. Uno es la demanda por la despenalización del aborto, que es un asunto que viene creciendo mucho en los últimos encuentros, y otro es el tema más nuevo de la trata de personas, que afecta particularmente a mujeres y niños", resumió Bosio.
Los puntos a tratar en los talleres, sugeridos por las participantes, revelan esos intereses, clásicos y nuevos. Hay 15 encuentros relacionados con salud, que abarcarán cuestiones como derechos sexuales y reproductivos, anticoncepción, derecho al aborto, salud mental, mujeres la lucha contra el virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida, adicciones, capacidades diferentes. También hay talleres sobre explotación sexual, trata de personas, empleo, desocupación, trabajo invisible de las amas de casa, trabajo rural, sindicatos, microempresas y fábricas recuperadas.
Otros múltiples asuntos de interés general y sectorial a tratar serán estudios de género, mujer y ciencia, migraciones, ecología, educación, arte, pueblos originarios, derechos humanos, partidos políticos. Los talleres ya no se limitarán a denunciar los problemas, sino que son espacios en los que se elaboran estrategias para la acción, aunque sea en el nivel micro.
"En materia de violencia doméstica aumentaron mucho las denuncias y las mujeres se empoderaron, pero necesitamos trabajar en propuestas para la prevención, la erradicación de la violencia familiar y en la creación de espacios de contención", ejemplificó Bosio. Hay una decena de talleres sobre este tópico.
La reunión multitudinaria es una usina de propuestas y debate. "Los encuentros potencian nuestros reclamos y se discute entonces con qué estrategias vamos a avanzar", adelantó, pero tampoco se ilusionan con el escenario electoral, que preanuncia que por primera vez una mujer podría llegar a la presidencia.
"No basta con ser mujer, se puede ser mujer y tener un discurso patriarcal", advirtió Bosio en referencia a la senadora Cristina Fernández, esposa del presidente Néstor Kirchner y favorita en las encuestas para ganar las elecciones presidenciales del 28 de este mes en primera vuelta.
Fernández "nunca se manifestó feminista y en la comisión organizadora no hay mucha simpatía hacia su persona, pero de todos modos reconocemos que durante este gobierno (el de Kirchner) se avanzó como nunca antes en temas de salud sexual y reproductiva, y hay una posición fuerte frente a las presiones de la Iglesia Católica", valoró.
Lo demás, dijo, "es una incógnita".