Funcionarios del PNUD y del Banco de Desarrollo Asiático admitieron este lunes que la evaluación del progreso hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio se dificulta en Asia Pacífico por carecer de información confiable.
La queja antes estos problemas en las estadísticas fue hecha en el lanzamiento de un informe de evaluación de la situación en la región a mitad del camino hacia el cumplimiento de las metas, fijadas en 2015.
Los datos más completos y exactos se remontan a 1999, un año antes de la Cumbre del Milenio, como se conoce a las instancias inaugurales de la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en Nueva York, donde los gobiernos acordaron ocho grandes objetivos que debían cumplirse en los siguientes 15 años.
Las igualmente llamadas metas del milenio incluyen reducir a la mitad la proporción de personas que viven en la indigencia y padecen hambre, así como lograr la educación primaria universal, promover la igualdad de género, reducir la mortalidad infantil en dos tercios y la materna en tres cuartos. Todos los indicadores son tomados con base en los registrados en 1990.
También luchar contra la expansión del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida, el paludismo y otras enfermedades, asegurar la sustentabilidad ambiental y generar una sociedad global para el desarrollo entre el Norte y el Sur.
"En muchos países, los datos suministrados no son confiables", señaló a IPS Raj Kumar, funcionario de la Comisión Económica y Social de Naciones Unidas para Asia Pacífico (Escap, por sus siglas en inglés), con sede en Bangkok.
El jefe de la división estadística de Escap, Pietro Gennari, coincidió con Kumar.
"Hay muchas lagunas en la base de datos de los Objetivos de Desarrollo para el Milenio. La información es irregular en el tiempo y en cada país", dijo Gennari en la presentación del documento de 56 páginas a cargo de Escap, el Banco de Desarrollo Asiático, con sede en Manila, y el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo).
"La recolección de datos sociales se dificulta más cuando no existen mecanismos adecuados", señaló Jean-Pierre Verbiest, director del banco en Tailandia.
Organizaciones de la sociedad civil que evalúan la campaña a favor de los Objetivos de Desarrollo (ODM) no se sorprendieron con la noticia.
"Hemos planteado el problema de la falta de información confiable desde el principio", señaló Anoop Sukumaran, investigador de Focus on the Global South, grupo de estudio con sede en Bangkok.
"Cuando ahora dicen que las cifras y los datos suponen un problema, se plantea una cuestión fundamental relativa a la tesis en que se basaron para fijar los objetivos", explicó a IPS. "Quiere decir que la base misma para solucionar el problema y cumplir con las metas es inestable".
Otro asunto que molesta a las organizaciones de la sociedad civil es que se confiesa el asunto cuando ya se gastaron grandes cantidades de dinero y se creó una burocracia internacional desde que comenzó la Campaña del Milenio en 2000.
El PNUD apoya la capacitación de autoridades locales en los países en desarrollo para la recolección de datos destinados a la campaña.
Los Objetivos de Desarrollo fueron utilizados como un mantra popular por distintas agencia de la ONU y el Banco de Desarrollo Asiático para lanzar informes regulares de los últimos siete años tendentes a alentar su propio trabajo al respecto.
La necesidad de esas metas y la de fijar un plazo para cumplirlas se deriva de la urgencia de mejorar la calidad de vida de la población más débil y marginada en el Sur, donde reside la mayor cantidad de habitantes del planeta.
El informe advierte que la desnutrición y la mortalidad infantil y la atención materna siguen siendo desafíos de enormes proporciones. La cantidad de niños y niñas desnutridos se asemeja a la de África subsahariana.
La región tiene 100 millones de niños y niñas desnutridos, es decir 65 por ciento de todos los del mundo. "Sólo Asia meridional tiene 80 millones de niños de bajo paso", señaló Gennari.
En materia de educación, los resultados son variados. "Asia Pacífico tiene buenos indicadores, casi 94 por ciento de los menores están escolarizados, aunque detrás de América Latina y el Caribe, con 97 por ciento, pero lejos de África subsahariana, con 70 por ciento", señala el informe.
"Aunque esta región sigue teniendo uno de cada tres niños del mundo en edad escolar fuera del sistema", añadió.
La confesión de la falta de datos dificulta el panorama de los parámetros alcanzados. Funcionarios consultados por IPS admitieron que parte del problema radica en la forma en que los gobiernos perciben la necesidad de recoger datos y compartir la información.
"Obtener información acerca de indicadores sociales es mucho más difícil que conseguir datos económicos", explicó Kumar, de Escap.
"Para muchos gobiernos no es prioritario. Tampoco ven con buenos ojos tener que dar información acerca de la mortalidad y la desnutrición infantil en sus países", añadió.
Esos agujeros negros, además, eran otra de las cuestiones que se pretendía resolver con las metas del milenio.
"El establecimiento de los objetivos significó que por primera vez se iba a tratar de medir las metas y las políticas de los gobiernos", señaló Verbiest, del Banco de Desarrollo Asiático.
"Sabíamos que faltaba información. Una de las cosas que se pretendía lograr era conseguir datos precisos", añadió. (FIN/IPS/traen-vf/dm/dm/mmm/rdr/ap md dv ip/07)