La Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, puso fin este lunes a una disputa limítrofe de casi dos décadas entre Honduras y Nicaragua, en el llamado paralelo 15 sobre el mar Caribe, al ratificar la soberanía hondureña sobre islotes y bancos de pesca en conflicto.
La Corte descartó las pretensiones nicaragüenses de expandir su frontera marítima con Honduras hasta el paralelo 17, para facilitar de ese modo negociaciones limítrofes pendientes con Colombia, país al que Managua acusa de querer convertir el Caribe en "un mar colombiano".
La sentencia, transmitida en directo por medios de comunicación hondureños apostados en La Haya, fue leída por la presidenta del tribunal, Rosalyn Higgins, quien manifestó que el fallo fue alcanzado por mayoría de los miembros del cuerpo, 15 a favor y dos en contra.
La sentencia otorga a Honduras aproximadamente 80 por ciento de los 34.500 kilómetros cuadrados en disputa en la frontera marítima binacional en el Caribe, al ratificar su soberanía sobre los cayos Bobel, Sabana, Port Royal y Sur, en tanto otorgó a Nicaragua posesión sobre el islote de Edimburgo, dentro de la franja limítrofe del paralelo 15.
En la zona ratificada a Honduras, se concentra la mayor parte de los bancos de pesca y, de acuerdo con funcionarios hondureños, ese ha sido el principal triunfo obtenido en este fallo.
Los presidentes Manuel Zelaya, de Honduras, y Daniel Ortega, de Nicaragua, se reunieron este lunes en el punto fronterizo de El Ocotal, en territorio nicaragüense, a 226 kilómetros de Managua, para ratificar su voluntad de acatar el fallo y hacer efectivo su cumplimiento.
Zelaya dijo que recibía la sentencia con optimismo, pero "ratificando mi compromiso de trabajar con Nicaragua por la integración centroamericana, ya que este fallo no debe separarnos, sino unirnos para trabajar juntos por el desarrollo y bienestar de nuestros pueblos".
"Ha sido un fallo apegado a derecho y ahora nos falta terminar de delimitar las otras fronteras pendientes, como la de Cuba, por ejemplo, adonde estaré este martes para iniciar la firma de un tratado marítimo fronterizo y definir así nuestra frontera", anunció.
"Ni las fronteras, las razas, religiones o ideologías podrán desunir a Centroamérica, en eso debemos ser categóricos", agregó Zelaya.
Su homólogo Ortega aseveró que "estamos aquí porque somos hombres de palabra, presidentes de palabra. Dijimos que íbamos a respetar el fallo y así lo haremos. Estamos cumpliendo al pueblo nicaragüense y al pueblo hondureño".
"Estamos cumpliendo con un principio de hermandad en un día histórico, para decir no más al camino de la confrontación y la guerra", señaló el gobernante.
En Honduras, la población recibió con entusiasmo y optimismo la sentencia, pese a la división marcada entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, que optaron por recibir el veredicto por separado, a consecuencia de fuertes roces en los últimos dos meses por la aprobación de una nueva ley de telecomunicaciones.
Mientras en Nicaragua, una de las primeras reacciones provino del diputado Francisco Campbell, quien indicó que "este fallo es histórico, porque se ha resuelto un diferendo entre dos países hermanos".
Campbell, uno de los vicepresidentes del Parlamento Centroamericano, dijo que la demarcación marítima establecida por la Corte "es bueno para Nicaragua, para Honduras y para todos los países centroamericanos, es una gran victoria para la integración regional".
El canciller hondureño, Milton Jiménez Puerto, dijo a IPS que "hemos salido bien librados, han sido ratificadas las islas que estaban bajo nuestro dominio, los bancos de pesca y todo el flujo migratorio que ahí se produce". "Sólo resta aplicar la sentencia en forma inmediata y efectiva, zanjar las diferencias que por ello sostuvimos con Nicaragua para caminar, juntos, en un proceso integracionista y de paz sin fantasmas o amenazas que alteren las buenas relaciones entre estos dos países", apuntó.
En 1986, Nicaragua protestó ante Honduras por su decisión de definir sus fronteras marítimas con Colombia, alegando que esa determinación afectaba sus territorios en el Caribe. No obstante, la Cámara Legislativa hondureña ratificó, en noviembre de 1999, el tratado marítimo suscrito con el país sudamericano.
Ante la determinación hondureña, Nicaragua optó por demandarla, el 7 de diciembre de ese año ante el tribunal de La Haya, abriendo un proceso de presentación de pruebas y alegatos que demoró hasta el veredicto de este lunes.
La falta de delimitación marítima produjo una serie de roces e incidentes entre ambos países que obligó a la Organización de los Estados Americanos (OEA) a enviar un mediador a inicios de 2000, para calmar los ánimos y evitar un enfrentamiento bélico.
Nicaragua impuso a Honduras un arancel de 35 por ciento a sus exportaciones, que afectó la economía de este país y el proceso de integración económica de cuatro países centroamericanos, incluidos Guatemala y El Salvador. Si bien la tasa impositiva fue suspendida tras negociaciones entre los dos países, ésta no ha sido derogada aún por el Congreso nicaragüense.
Para el especialista hondureño en temas limítrofes, Mario Fortín, la sentencia estuvo "bastante apegada a la posición hondureña, Nicaragua no llegó ni siquiera al paralelo 16, mucho menos al paralelo 17 como (reclamaba en) su alegato principal", dijo a IPS.
La definición de otras fronteras marítimas es una prioridad para las cancillerías de las dos naciones. Honduras debe definir sus límites con Cuba, Jamaica, República Dominicana, Belice y Guatemala. En tanto, Nicaragua tiene asuntos limítrofes pendientes con Colombia, Jamaica y Costa Rica, entre otros.
* Con aportes de José Adán Silva (Managua).