El Partido Comunista de China continuará con las reformas, pero mantendrá su férreo monopolio político, aclaró el presidente Hu Jintao al inaugurar este lunes el 17 Congreso del partido único.
El congreso, que se celebra cada cinco años, deliberará hasta el 21 de octubre en el Gran Salón del Pueblo de esta capital con la asistencia de más de 2.000 delegados.
Se estima que el encuentro servirá para identificar a los sucesores de los actuales líderes y para analizar temas como los planes de desarrollo de China y la creciente crisis con la república de Taiwan, isla que las autoridades en Beijing consideran una "provincia renegada".
Los meses previos estuvieron marcados por maniobras políticas detrás de bastidores en todos los niveles del partido, protagonizadas por dirigentes que buscaban incrementar su poder. Esto, dijeron algunos miembros veteranos, es un cambio respecto del pasado, cuando los líderes supremos del partido elegían a dedo a sus sucesores e imponían su voluntad.
"Está apareciendo en nuestra sociedad una democracia de estilo chino", dijo Liu Xirui, profesor de la Escuela Nacional de Administración. "Esto se puede ver en la decisión de los líderes de promover la democracia interna y en su voluntad de compartir el poder con otras agrupaciones", agregó.
En los meses previos al Congreso, el presidente Hu, quien es a su vez secretario general del Partido, permitió un limitado debate sobre democratización política en diarios controlados por el partido. También designó tres ministros no comunistas, algo que no se había visto desde principios de los años 50.
El ex secretario del fallecido presidente Mao Zedong, Li Rui, un veterano de ideas liberales, había publicado con anterioridad un artículo en el que propuso abiertamente la adopción de un socialismo democrático al estilo escandinavo.
El ensayo, publicado en el respetado periódico Yanhuang Chunqiu ("A través de los tiempos"), elogió el modelo de los países nórdicos por su promoción de la equidad social y las libertades políticas y reclamó una profunda reforma en China.
Asimismo, otro intelectual del partido creó un revuelo con su libro "La democracia es buena", en el cual señaló que "de todos los sistemas creados por los humanos a lo largo de la historia, la democracia es el menos proclive a los abusos".
Informes en la prensa china y de Hong Kong señalaron que durante varios años, desde principios de 2000, investigadores del instituto de formación del Partido estudiaron la ideología y organización de varios partidos socialdemócratas europeos, con la esperanza de adoptar algunas de sus características.
En mayo de este año, Gao Fang, un académico especializado en la historia del movimiento comunista mundial, publicó un artículo en el semanario liberal Southern Weekend, en el que comparó el modelo socialdemócrata europeo con el "socialismo científico" chino. Argumentó que tienen "raíces y propósitos similares".
Pero desde entonces los llamados a la democratización política se han esfumado. En un muy publicitado discurso en junio, Hu descartó la adopción de un sistema democrático de estilo occidental y dejó en claro que no contemplaba cambios fundamentales en el actual régimen de partido único.
Aunque apoyó una mayor "participación política" de la gente, enfatizó que los cambios debían ser ordenados y sin disminuir el "liderazgo" del partido.
"Insistan en el papel de conducción del partido, el gobierno del pueblo y la vigencia de la ley", dijo Hu durante una reunión de la escuela de formación del Partido, a la que asistieron dirigentes, funcionarios del gobierno central, líderes provinciales y miembros de las fuerzas armadas.
"La idea es que debemos promover la democracia dentro del Partido", señaló Liu. "Esto puede representar un nuevo modelo chino de democracia. ¿Por qué debemos ser de mente tan estrecha y pensar que no hay alternativa a los sistemas occidentales?", agregó.
El periódico más ortodoxo del Partido, Seeking Truth (buscando la verdad), destacó en su número de mayo que "China ha abierto un nuevo camino de democracia política", encarnado por un partido único con mayor participación y una supervisión interna más efectiva.
Los delegados al Congreso tendrán una limitada posibilidad de elegir la nueva conducción, ya que podrán seleccionar a los 200 integrantes del comité central de una nómina con 230 nombres.
Observadores sostienen que los jerarcas decidieron que el tema de la sucesión se resuelva a través del compromiso y el consenso.
Aunque se espera que Hu sea reelecto para un nuevo período, el protocolo indica que debe nombrar a un sucesor en este congreso, para que acumule experiencia durante los próximos cinco años en el comité permanente del Politburó del Partido.
Sin embargo, hasta el momento no se vislumbra un claro heredero. Las especulaciones se vuelcan alternativamente hacia Li Keqiang, secretario del Partido en la provincia de Liaoning, de 52 años y favorito de Hu, y Xi Jinping, de 54 años, recientemente designado como jefe del Partido en Shangai, quien sería el protegido del ex líder partidario Jiang Zemin.
Sea cual sea la fórmula de consenso que emerja de las deliberaciones a puerta cerrada, ese compromiso político estará limitado a los delegados que asisten al Congreso. A pesar de las declaraciones a favor de una mayor participación, en las semanas previas al encuentro las autoridades arrestaron a activistas y eliminaron toda forma de disenso.
"Esta semana estamos viendo la culminación de meses de endurecimiento de los controles sobre la prensa, Internet y la libertad de movimiento de los disidentes, con el objetivo de garantizar la 'estabilidad' durante el congreso", dijo Sophie Richardson, directora para Asia de Human Rights Watch.
"Pero la estabilidad real es producto de responder a las críticas, no de suprimirlas", agregó.