BULGARIA: Los humeantes archivos comunistas

Las naciones de Europa oriental y central siguen lidiando con las rémoras de los pasados regímenes comunistas. Bulgaria es uno de los últimos países en decidirse a divulgar archivos de los servicios secretos de la época.

La coalición de organizaciones no gubernamentales Ciudadanos contra la Seguridad Estatal organizó una serie de manifestaciones, la semana pasada, en Sofía, en protesta por la designación de supuestos colaboradores de los antiguos servicios secretos como representantes del país en el extranjero.

La protesta se registró en el marco de la desclasificación de archivos, entre ellos de información sobre colaboradores e informantes de los ex servicios secretos del régimen comunista.

El parlamento búlgaro aprobó en diciembre de 2006 una ley que dispone la apertura de los archivos de la policía secreta. Países como Hungría, Polonia, República Checa y Rumania ya habían dado ese paso antes.

La comisión parlamentaria a la que se encomendó la tarea de desclasificación tiene plazo hasta noviembre para informar a la población del resultado de su trabajo. Pero parte del contenido de los documentos ya fue divulgado.
[related_articles]
La comisión reveló los nombres de 138 agentes y colaboradores. La lista incluía al presidente Georgi Parvanov, numerosos ciudadanos que ocuparon escaños parlamentarios desde la caída del régimen comunista en 1989 y varios candidatos al Parlamento Europeo.

"Lo importante es conocer nuestra historia y comprender cuáles son los mecanismos que motivaron al régimen comunista búlgaro", dijo a IPS en Sofía el director del equipo legal del programa Acceso a la información, Alexander Kashumov.

"Al abrir los archivos también quedaron claros los nexos entre figuras políticas actuales y los ex servicios secretos", apuntó Kashumov, quien participó en la redacción del último proyecto de ley y representó a varios periodistas de investigación en su intento de acceder a los archivos del régimen comunista.

El activista también se refirió a la falta en Bulgaria de leyes de "lustración", término procedente del latín, se refiere a un rito católico de purificación y reconciliación en el que se ofrecía un sacrificio solemne. En los países de Europa oriental y central, esa palabra denota los mecanismos utilizados para desenterrar su pasado comunista.

IPS: ¿Por qué es importante abrir los archivos de los ex servicios secretos?

KASHUMOV: Todavía no hay leyes de "lustración" en Bulgaria ni voluntad política para que existan. La apertura de los archivos debe entenderse como forma de que la ciudadanía tome decisiones informadas en las próximas elecciones.

Probablemente sea la forma más democrática posible de hacer las cosas, aun si necesariamente no es la más efectiva.

— ¿Por qué les llevó tanto tiempo a los políticos búlgaros decidirse a abrir esos archivos?

— En 1997, el parlamento aprobó una ley que permitía acceder a los documentos clasificados a las personas que figuraban en ellos. En 2001, otra norma dispuso la divulgación de información relativa a figuras públicas. Pero en 2002, el gobierno revocó ésta última.

El gobierno, integrado por el partido del ex zar Simeón de Bulgaria, quien fue derrocado en 1946 pero retornó al primer plano como primer ministro entre 2001 y 2005, no explicó los motivos de su decisión. Varias versiones de prensa mencionaron ese año la presunta colaboración de miembros del gobierno de entonces con los servicios secretos del régimen comunista.

Lo que caracteriza a Bulgaria es la falta de disposición general de los políticos a la desclasificación de archivos. Fue gracias a la presión de organizaciones no gubernamentales y periodistas que se logró la apertura de esos documentos.

— ¿Es importante el momento en que se desclasifican los archivos? ¿Habría tenido más valor si hubiera ocurrido a principios de los años 90?

— Es difícil emitir un juicio al respecto. Es bueno abrir los archivos cuanto antes, pero otra cuestión importante es tener la capacidad de leerlos, recoger la información y documentarla. Ese trabajo puede llegar a ser más importante que el momento en sí. Ahora puede hacerse una buena lectura.

El problema que tenemos ahora es la clara reticencia del gobierno a colaborar con la comisión. Todavía no tiene un lugar de trabajo propio. Funciona en una pequeña habitación del parlamento. En esas condiciones, aunque tiene derecho a recibir todos los documentos, en la práctica es imposible.

Una de las razones de ello es que dirigentes los partidos integrantes de la coalición gobernante (socialistas, el del ex zar Simeón y otros minoritarios) figuran en las listas de colaboradores.

La comisión se ha mostrado dispuesta a ser abierta y servir al interés público. Pero debido a que los documentos aún están en manos de los servicios de seguridad estatal, el hecho puede ser un motivo de tensión.

— ¿Cuál es el riesgo de que la desclasificación se torne en caza de brujas o de que los documentos se usen con fines políticos?

— Siempre creí que la desclasificación permanente de archivos era una garantía para no sólo se usen con fines políticos. Eso puede suceder si el acceso no se permite en condiciones adecuadas, si no es permanente.

— ¿Se debe juzgar a las personas por su actividad bajo el régimen comunista?

— Es una cuestión personal. Pero, pensando en las nuevas generaciones, creo que debemos ser más abiertos a la hora de entender la historia y los destinos particulares que hicieron que cada persona actuara cómo lo hizo.

También es importante comprender que desempeñar un cargo público no es un derecho, sino un privilegio. Es decir que aquellos sospechosos de colaborar con el régimen no tendrán buena aceptación pública. Los dirigentes deben ser mejores que nosotros.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe