La suspensión de ventas de uranio a India por parte de Australia no fue resuelta para complacer a Estados Unidos, afirmaron analistas y funcionarios del gobierno de John Howard, para los cuales factores de carácter multilateral también influyen en el asunto.
La medida se adoptó en medio del bloqueo del acuerdo de cooperación nuclear entre Washington y Nueva Delhi, pero Canberra "no sólo está esperando la ratificación del tratado", dijo Robert Ayson, del Centro de Estudios Estratégicos y de Defensa de la Universidad Nacional de Australia
El experto explicó que Canberra también aguarda "las salvaguardas adicionales que deberían implementarse luego" por parte de India y la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).
El primer ministro John Howard había anunciado en agosto que su gobierno permitiría exportar uranio a India, contradiciendo la tradicional política australiana de no vender material nuclear a países no firmantes del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, entre los que figura India.
La ratificación del acuerdo entre Washington y Nueva Delhi era un prerrequisito para la provisión de uranio. A causa de los problemas que el gobierno de coalición indio afronta para obtener su aprobación, el acuerdo para las ventas australianas también quedó en suspenso.
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"No se trata de seguir el liderazgo estadounidense", dijo a IPS el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Alexander Downer, quien señaló que otras condiciones debían ser cumplidas para que las entregas de uranio se concreten.
Australia requiere un acuerdo de salvaguardas entre India y la AIEA que autorice al Grupo de Proveedores Nucleares la venta de uranio con fines civiles al país asiático.
También se aguarda un "avance satisfactorio" en el compromiso adoptado por India de aceptar la inspección de sus reactores atómicos por parte de funcionarios de la AIEA.
Aunque se puede interpretar que la suspensión de las entregas de uranio significa que Australia sigue el liderazgo estadounidense, existen otros factores, dijo a IPS Rory Medcalf, director del programa de Seguridad Internacional del Instituto Lowy de Política Internacional, centro de análisis con oficinas en Sydney.
"No se trata tanto de la relación bilateral con Washington, sino del hecho de que Australia no va a actuar unilateralmente en este tema", agregó. "No creo que las decisiones se tomen basadas exclusivamente sobre lo que hace Estados Unidos."
De todos modos, agregó Medcalf, "en esta cuestión particular hubiera sido realmente muy extraordinario, incluso bizarro, que Australia rompiera filas con el resto de Occidente y súbitamente comenzara a abastecer de uranio a India cuando los otros no lo están haciendo."
Otros países también actúan de manera que podría considerarse como un alineamiento tras el liderazgo de Washington.
Medcalf mencionó entre ellos a "las naciones de Europa occidental, que, como Australia, habían sido cuidadosas para evitar el comercio nuclear con India, pero comenzaron a modificar su posición como consecuencia de los cambios impulsados por Estados Unidos en materia de no proliferación".
India dejó de ser considerada un paria nuclear como consecuencia del acuerdo atómico con Washington.
"La creación del Grupo de Proveedores Nucleares, en respuesta a las pruebas con armas atómicas de India en 1974, y las sanciones contra ese país —es decir, todo lo que ahora está por revertirse— fueron impulsadas por Estados Unidos. No hubieran ocurrido a no ser por la presión de Washington. También lo seguimos en esa oportunidad, aunque en dirección contraria a la actual", agregó Medcalf.
El experto consideró problemático que se crea que el vínculo de Australia con India está atado al estado de las relaciones de ambos países con Estados Unidos.
"Parece que no estamos haciendo muchos avances en el desarrollo de una relación verdaderamente independiente con India", agregó, y consideró "entendible aunque erróneo" que Nueva Delhi considere que la posición de Canberra está subordinada a la de Washington.
"Lo gracioso de todo esto es que se lo veía como algo negativo desde el punto de vista indio en el pasado, cuando se consideraba que Estados Unidos básicamente trataba de aislar a India" y que ahora, cuando Canberra abrió el camino a las exportaciones de uranio a Nueva Delhi, también se dice que está siguiendo los pasos de Washington, señaló Medcalf.
"Es difícil desprenderse de esa etiqueta y también es dificultoso encontrar una forma para hacerlo", agregó.
Ayson destacó que los gobiernos de Australia y Estados Unidos tienen una visión del mundo similar, aunque no idéntica..
"Pero esto no significa que el gobierno de Howard se encolumne de manera automática. Existe un paralelismo de intereses, pero Canberra no irá hacia donde vaya Washington", afirmó.
Tanto Australia como Estados Unidos consideran que tener buenas relaciones con India responde a sus intereses nacionales, dijo.
"Creo que el gobierno de Howard considera que India está emergiendo como potencia asiática", indicó Ayson. Pero al mismo tiempo que expresa su apoyo a ese país con la decisión de venderle uranio, Australia teme debilitar su posición internacional.
Para mantener intacta su reputación, Canberra tomó el acuerdo entre Washington y Nueva Delhi "casi como un Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares bilateral", y manifestó su deseo de que exista un apoyo multilateral al programa atómico pacífico indio para que gane legitimidad, agregó.
La decisión de vender uranio a India tiene más que ver con la "realidad geopolítica" de Asia que con motivos económicos, señaló Ayson.
"Alentar una participación activa de India en la política asiática responde al interés de los gobiernos de Australia y Estados Unidos, particularmente cuando China se encuentra en ascenso y existe preocupación sobre cómo quedará en el futuro el equilibrio de poder en la región", concluyó.