AMBIENTE-CUBA: El regreso a los orígenes

La restauración de ecosistemas degradados ya muestra sus primeros resultados en esta central provincia de Cuba, donde científicos de distintas disciplinas animan esa práctica desde principios de la década.

Uno de los proyectos con manejo de esa técnica beneficia a Cayo Conuco, situado a sólo siete kilómetros de la costa desde Caibarién, municipio del norte de Villa Clara, y unido a tierra firme por un muro de piedra. En áreas donde hasta no hace mucho crecía un pastizal seco y ralo, el verde follaje de especies autóctonas vuelve hoy a ocupar su lugar.

De unas 210 hectáreas de extensión, el lugar ha sido y es zona de recreación muy solicitada, principalmente para las familias de Caibarién, que actualmente suelen descansar allí en cabañas de veraneo popular, explicó a IPS Jesús Matos Mederos, presidente del Grupo Cubano de Restauración Ecológica (GCRE) y experto de la estatal empresa nacional para la Protección de la Flora y Fauna.

Datos históricos sitúan a Cayo Conuco como el primer asentamiento de los colonizadores españoles cuando llegaron a esa zona. También es conocido que en el lugar, que antiguamente se llegaba por barco, hubo viviendas, se fabricaba carbón y se sacaba maderas preciosas de sus bosques. En la actualidad es un área protegida y parte del patrimonio natural de la provincia.

"El proyecto de restauración de las áreas degradas de ese cayo no es sólo un reto por su objetivo fundamental en sí, sino también por la presencia humana, por lo que se buscó una buena vinculación de actividades de educación ambiental, uso público y participación comunitaria", indicó Matos.

Con ese objetivo, en los bosques en que se trabaja se hizo un sendero natural que enseña a los visitantes lo que es la restauración. "Del bosque de hoy al bosque de mañana", se lee al inicio de un recorrido, que permite comprobar el desarrollo de la vegetación y el retorno paulatino de la fauna al hábitat recuperado.

Un proyecto de educación ambiental ha facilitado también la vinculación de alumnos de las escuelas de Caibarién, que colectan semillas y suelen ayudar en los viveros de caoba, brasilete, bijaura, guabán, algarrobo, guayacán y otras especies que irán repoblando Cayo Conuco. Matos aseguró que en tres años se ha trabajado sobre unas cuatro hectáreas, ya rescatadas.

El experto define la restauración como "el conjunto de acciones multidisciplinarias sobre elementos naturales degradados a diferentes escalas (paisaje, ecosistemas, poblaciones, hábitat), mediante el uso de técnicas de manejo que permitan guiar la sucesión ecológica hacia la recuperación de las características típicas o cercanas a estas, hasta lograr que por sí solo pueda alcanzar su maduración o clímax".

La práctica busca la recuperación de las características que existían en los sitios antes de la degradación, algo muy discutido, porque se considera imposible conseguir lo que antes existía. "Pero no hay dudas de que es la única vía que le queda al ser humano para garantizar que estas grandes áreas degradadas en todo el mundo tengan un futuro biodiverso", apuntó.

El método requiere comenzar por determinar qué impide que el ecosistema se recupere por sí mismo y luego se trabaja por eliminar el o los factores degradantes. "O sea, mediante variados métodos se trata de manejar aquellos elementos, ya sea suelos, hidrología, interacciones biológicas, vegetación, microorganismos del suelo, y otros que actúan sobre el ecosistema", añadió.

Entre las causas de la degradación de los ecosistemas que son comunes a Cuba y al resto de América Latina y el Caribe, Matos cita la degradación de los suelos, el deterioro de las condiciones ambientales, contaminación de aguas terrestres y marinas, deforestación y pérdida de la biodiversidad.

En la región también actúan negativamente sobre el entorno la desertificación, explotación irracional de recursos, dispersión de especies invasoras, incendios forestales, el monocultivo, la expansión agrícola y pecuaria y las actividades turísticas en áreas frágiles o no sustentables, determinaron especialistas en un simposio internacional sobre el tema realizado en 2004 en Santa Clara.

A comienzos de este año, participantes en un nuevo encuentro de ese tipo que tuvo por sede la capital de Villa Clara crearon una Red Iberoamericana y del Caribe de Restauración Ecológica (Riacre) para el intercambio de conocimientos, experiencias y tecnologías entre todos especialistas de la región.

Entre los objetivos de Riacre figuran también la búsqueda de recursos y colaboración internacional para la realización de proyectos conjuntos en la región, que según Matos son costosos, y promover la entrega de información científica sólida y actualizada a gestores y tomadores de decisiones.

En naciones como Colombia, Brasil, México y Argentina, además de Cuba, existen redes locales que ya se vincularon a Riacre.

"El resto de los países debe comenzar por constituir sus grupos internos y elegir representantes ante Riacre", explicó Matos, quien coordinó la formación de esta red Iberoamericana y caribeña junto a otros especialistas latinoamericanos.

El experto prevé que la red debería tener sus estatutos aprobados por la mayoría de los integrantes hacia 2009, un sitio en Internet, un boletín electrónico consolidado, algún financiamiento y un directorio, entre otras metas.

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