SURINAM-GUYANA: Fiebre por petróleo tras fin a disputa marítima

Un tribunal de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) resolvió una disputa marítima entre dos de las naciones más pequeñas de América del Sur, abriendo así el camino para que compañías internacionales exploten vastos recursos petroleros y de gas que se sospecha existen en la zona.

En una votación unánime, el panel de cinco jueces del Tribunal Arbitral bajo la Ley de la Convención del Mar decidió dividir miles de kilómetros cuadrados de bloques submarinos entre Surinam y Guyana basándose en el principio de "equidistancia".

"La frontera, para la mayor parte, sigue la línea equidistante entre Guyana y Surinam", concluyó el tribunal, con sede en Hamburgo.

Los gobiernos de ambos países expresaron satisfacción por el fallo sobre una petición presentada por Guyana al tribunal en febrero de 2004, luego de que los esfuerzos bilaterales y multilaterales para resolver la disputa fracasaran.

En junio de 2000, el gobierno del presidente de Surinam, Ronald Venetiaan, envió barcos de guerra para expulsar a una plataforma petrolífera en la zona disputada. Se trataba de una plataforma de la empresa CGX Energy, con sede en Toronto, que había ganado una concesión otorgada por Guyana.

El incidente estuvo a punto de llevar a estas dos ex colonias europeas a la guerra. Aviones militares de los dos países sobrevolaron el espacio aéreo del otro, en una casi absurda muestra de fuerza entre dos ejércitos que combinados no superan los 5.000 efectivos y suman menos de una docena de aviones y barcos.

Líderes de la Comunidad del Caribe (Caricom), el bloque comercial de 15 naciones al que pertenecen ambos países, realizaron cinco rondas de conversaciones para tratar el diferendo. Los surinameses rechazaron las ofertas de Guyana de compartir la producción y preferían que, de no haber un acuerdo justo, los recursos submarinos no fueran explotados por ninguna de las dos naciones.

Por eso, no es de extrañar la satisfacción expresada tanto por Venetiaan como por su par surinamés Bharrat Jagdeo por el fallo del tribunal, emitido el jueves.

"La resolución de esta disputa, que ahora es final y vinculante para las dos partes, permitirá a Guyana y a Surinam dejar atrás esta controversia y proceder a cooperar como buenos vecinos", afirmó Jagdeo.

Mientras, en Paramaribo, Venetiaan dijo que su gobierno está "encantado y aliviado por el hecho de que la disputa con Guyana se haya solucionado".

Ambos señalaron que las compañías internacionales de petróleo que han esperado este momento ahora competirán por la zona, ya que no hay peligros de incidentes con barcos militares cerca de sus inversiones, como ocurrió en 2000.

No obstante, algunos críticos, en especial expertos del Caricom, indicaron que la intransigencia de Surinam y el hecho de que los dos países no hayan logrado un acuerdo bilateral les han costado a ambos miles de millones de dólares en ganancias, ya que los precios del petróleo siguen al alza.

Estos analistas subrayan que no se debe perder más tiempo, ya que sus fortunas económicas podrían cambiar drásticamente en los próximos meses.

Bajo el acuerdo, Guyana, el único país sudamericano de habla inglesa, se queda con la mayor parte de la Cuenca Guyana-Surinam, con 33.152 kilómetros cuadrados de mar, mientras que Surinam, la única nación de la región en que se habla holandés, obtiene 17.871 kilómetros cuadrados.

Se espera que las acciones de CGX, que cotizaron a 1,58 dólares al cierre del miércoles, se disparen en los próximos meses, sobre todo considerando que la empresa citó un estudio del instituto Geologial Survey de Estados Unidos, según el cual la cuenca es una de las áreas vírgenes más grandes de su clase en el mundo, con reservas de petróleo de unos 15.000 millones de barriles y 1,19 billones de metros cúbicos de gas.

Además de la CGX, la hispano-argentina Repsol YPF, la estadounidense Exxon-Mobil y otras compañías hacen fila para explorar la cuenca.

Sin embargo, aún hay dos disputas fronterizas entre Guyana y Surinam que no fueron atendidas por el tribunal.

La más grave tiene que ver con una convención de la era colonial que le otorga a Surinam derechos sobre toda la frontera con Guayana a lo largo del río Corentyne.

La segunda disputa tiene que ver con la zona conocida como "triángulo del Río Nuevo", en la parte de Guyana que Surinam, país de 480.000 habitantes, ha reclamado como propia. En 1969, el ejército guyanés expulsó a soldados y civiles surinameses instalados en el área, que ocupa hasta hoy.

Los nacionalistas surinameses nunca ocultaron su indignación por la derrota en esa pequeña guerra, en la que pocas balas fueron disparadas y nadie murió. Por eso, cuando el barco militar expulsó la plataforma petrolífera en 2000, se sintieron vengados.

El canciller de Guyana, Rudy Insanally, sostuvo que el fallo del jueves "aliviará las tensiones y mejorará las relaciones" entre los dos países.

"Sin duda tendremos que mirar a otros problemas, pero ahora estamos tratando sólo un tema a la vez, sólo uno. Este falló será de gran valor económico para los dos países", afirmó.

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