La ONU prevé gastar unos 120 millones de dólares en la creación, en Holanda, de un tribunal internacional especial para procesar el asesinato del líder político libanés Rafiq Hariri en 2005.
Se trata del costo estimado para un periodo de tres años, a iniciar en algún momento de 2008 con unos 430 funcionarios.
Cincuenta y uno por ciento de los gastos se solventarán con aportes voluntarios de los países integrantes de la ONU (Organización de las Naciones Unidas). El resto corresponderá al gobierno de Líbano.
Hariri, un dirigente multimillonario, y otras 22 personas murieron en un atentado con coche bomba en la capital de Beirut en febrero de 2005.
El episodio precipitó la retirada de las tropas y los agentes de inteligencia sirios instalados en Líbano desde las primeras semanas de la guerra civil que devastó el país (1975-1980).
Investigadores de la ONU consideran que el crimen tuvo motivos políticos, originados en la oposición de Hariri a la influencia siria sobre el gobierno libanés. Pero Damasco niega estar involucrado en el ataque.
El Consejo de Seguridad de la ONU instaló una comisión internacional para investigar el asesinato, de carácter independiente, en mayo de 2005. El actual jefe de la investigación es el ex fiscal belga Serge Brammertz.
El tribunal en ciernes no se parece a ninguno que se haya creado antes. Nunca se instaló un cuerpo así para hallar responsables por el asesinato de un líder político.
"La ONU es responsable del costo. Por supuesto, aportaremos nuestra contribución y daremos responsabilidades en materia de seguridad", dijo a IPS el embajador de Holanda en el foro mundial, Frank Majoor.
"Los tribunales internacionales conducen procesos a cientos o miles de kilómetros de donde ocurrieron los crímenes", dijo a IPS Richard Dicker, director de Justicia Internacional de la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW).
"En sus políticas y prácticas es importante que los tribunales tomen en cuenta estos desafíos para minimizar el efecto de la distancia geográfica, lingüística y cultural", advirtió Dicker.
Holanda ya es sede de numerosas organismos de ese tipo, como la Corte Internacional de Justicia, la Corte Penal Internacional y la Corte Internacional para la Antigua Yugoslavia, todos ellos en la ciudad de La Haya.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, confía en que pronto designará a los jueces del tribunal internacional para Líbano, y así lo informó al Consejo de Seguridad luego de que Holanda aceptara albergar ese cuerpo a través del primer ministro Jan Peter Balkenende.
El gobierno de Balkenende impuso como condición que ningún eventual condenado en ese tribunal sería detenido en Holanda luego de la sentencia sino en otro país, según explicó el portavoz de la cancillería, Bart Rijs.
La Comisión estrechó el objeto de su investigación a los motivos políticos y personales que pudieron tener dirigentes y funcionarios libaneses, sirios y de otros países para asesinar a Hariri, según explicó Brammertz.
El funcionario aseguró que el gobierno de Bashar el-Hassad cooperaba con los pedidos de ayuda, logística y seguridad formulados por la Comisión.
Una vez que se establezca el Tribunal Especial para Líbano, el órgano deberá determinar si otros asesinatos políticos cometidos desde octubre de 2004 tuvieron relación con el sufrido por Hariri y si deberá, en consecuencia, procesar también esos casos.
El tribunal tendrá una composición combinada, con jueces tanto libaneses como de otros países.
La semana pasada, Ban informó que ya había tomado pasos para seleccionar a los magistrados, y que confiaba en que anunciaría algunos nombres a fines de año.