CAMBIO CLIMÁTICO: La utopía modesta

Mantener el ambiente de este planeta tal como se encuentra hoy se ha convertido en una nueva utopía, aparentemente modesta y, sin embargo, titánica.

Las utopías siempre inspiraron a la humanidad, desde la defensa de la Ilustración contra el fanatismo religioso en la Edad Media, pasando por la reconstrucción luego de las guerras del siglo pasado hasta el fin del colonialismo, entre muchas otras.

Aquellas fueron utopías imperiosas e incluso grandilocuentes, correspondientes a los excesos de la época. Pero ahora hay una nueva, y es ambiental.

Esta utopía volvió a destellar en la conferencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre recalentamiento global realizada en Viena del 27 al 31 de agosto en Viena, preparatoria de la ronda global de diálogo que se celebrará en diciembre en la isla indonesia de Bali.

Los objetivos de esta utopía suenan excesivamente burocráticos: reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero para mediados de este siglo respecto de los valores de 1990, a fin de contener el aumento de la temperatura global promedio a menos de dos grados para 2050.
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De otro modo, según muchos científicos, las consecuencias ambientales, sociales y económicas del recalentamiento transformarán la Tierra en un planeta inhabitable.

Funcionarios del gobierno, científicos y expertos se reunieron en el Centro Internacional de Viena para discutir cómo las medidas del mercado pueden transformar el freno a las emisiones de gases invernadero en una herramienta comercialmente atractiva.

Los representantes del mundo en desarrollo dejaban en claro qué significa realmente el recalentamiento global.

"Cada año, los huracanes en el Caribe se vuelven más fuertes, y también son mayores las pérdidas económicas que causan", dijo a IPS Eduardo Reyes, subdirector de la Autoridad Nacional del Ambiente de Panamá. Varios científicos atribuyeron el fenómeno al recalentamiento.

Reyes indicó que un reflejo de las catastróficas consecuencias del recalentamiento global es el desajuste entre el pago de seguros a los damnificados y las pérdidas económicas reales.

El huracán Katrina, que azotó el sudeste de Estados Unidos en agosto de 2005, "provocó pérdidas económicas por unos 126.000 millones de dólares, pero los seguros solo pagaron 60.000 millones", dijo Reyes.

El escenario podría volverse más difícil de muchas maneras.

"En el debate sobre recalentamiento global, un aumento promedio máximo de dos grados en la temperatura mundial para 2050 se considera aceptable, y se da oficialmente como objetivo para impedir una peligrosa interferencia antropogénica con el sistema climático", dijo Yvo de Boer, secretario ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (1992).

"Pero tales calificaciones son muy subjetivas. Semejante incremento en las temperaturas globales bien podría provocar un aumento del nivel del mar suficiente para hacer desaparecer algunos atolones del Pacífico Sur", señaló.

Por ejemplo, Tuvalu, diminuto archipiélago del océano Pacífico constituido por nueve atolones y arrecifes, cuyo punto más alto es de apenas cinco metros por encima del nivel del mar.

Pequeños estados insulares en desarrollo, como Tuvalu son extremadamente vulnerables al impacto del cambio climático y al aumento del nivel del mar. Se trata de 51 países que, sumados, no llegan a producir uno por ciento de las emisiones mundiales de gases invernadero.

Pero mientras para esos y otros estados del Sur cualquier cosa que ocurra en el frente del recalentamiento global en el Norte es de una importancia existencial, en las capitales europeas y norteamericanas las decisiones se toman sobre la base del rédito de las inversiones.

"Sean cuales fueren los objetivos en materia de recalentamiento global y de reducción en las emisiones de gases invernadero, lo que necesitamos son las soluciones de menor costo", dijo a IPS Bill Kyte, asesor de desarrollo sustentable y cambio climático de la firma proveedora de electricidad europea EON.

Al mismo tiempo, Kyte advirtió que la reticencia de los políticos del mundo industrializado a establecer el marco dentro del cual se decidirán las inversiones en nuevas tecnologías aumentará las dificultades de afrontar el recalentamiento.

Kyte se refirió específicamente a la generación de energía.

"Unos 1.500 millones de personas del mundo en desarrollo no tienen electricidad. Necesitamos, por cierto, una nueva matriz energética que incluya desde fuentes renovables hasta energía nuclear, que es libre de carbono, para alcanzar los objetivos de reducir a la mitad las emisiones de gases invernadero para 2050 y para satisfacer la demanda mundial", dijo.

Decisiones de inversiones erróneas desde el punto de vista ambiental, tales como centrales de producción de electricidad a carbón, "crearán nueva tecnología en un periodo de 30 a 40 años", y crearán, mientras tanto, "nuevas fuentes de emisiones", sostuvo.

La utopía es crear un nuevo sector energético libre de carbono, que pueda satisfacer inmediatamente las necesidades de crecimiento económico.

Kyte explicó que ya están disponibles prácticamente todas las tecnologías necesarias para reducir a la mitad las emisiones, y que no hay tiempo para desarrollar nuevas.

"Las nuevas invenciones necesitan mucho tiempo para volverse viables, y nosotros nos estamos quedando sin recursos naturales y humanos, tales como ingenieros, acero y la propia energía para concebirlas", enfatizó.

Los científicos estimaron que, sin cambios fundamentales en la política ambiental mundial, las emisiones de dióxido carbono se duplicarán para 2050, elevando su concentración atmosférica de unas 300 partes por millón hoy a casi 1.000 para 2060. Esto supondrá un incremo sustancial del recalentamiento.

A fin de evitar semejante concentración, "tenemos que evitar emitir las 7.000 millones a 8.000 millones de toneladas equivalentes durante los próximos 50 años. Ésta es una tarea titánica", advirtió Kyte.

"Por ejemplo, para evitar emitir 1.000 millones de toneladas de carbono, el mundo tendrá que duplicar la actual generación de energía nuclear de 700 gigavatios o multiplicar por 700 la actual capacidad de energía solar, o multiplicar por siete los actuales cultivos mundiales para producir biocombustibles", concluyó.

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