La realización en India de ejercicios navales a gran escala, con la participación de cinco países y dirigidos por Estados Unidos, provocó airadas protestas de la izquierda comunista, cuyos legisladores apoyan al gobierno sin integrarlo.
Los juegos de guerra Malabar 07-2, en curso desde el martes, son los mayores y más complejos en los que India haya participado alguna vez. Fueron desplegados 25 barcos de este país, Estados Unidos, Australia, Japón y Singapur.
Se encuentran en las aguas de bahía de Bengala tres portaaviones —dos estadounidenses y uno indio— y un submarino nuclear, además de numerosos destructores y fragatas. Se incluyen en la operación ejercicios de "combate aéreo cercano".
Se trata de los séptimos ejercicios navales conducidos por Estados Unidos e India. En su mayoría se realizaron en la costa occidental de la península Índica. Pero los que están en curso transcurren en la bahía de Bengala, donde se ubica la ciudad portuaria de Visakhapatnam, sede del comando oriental de la marina de guerra india.
Simpatizantes de los partidos comunistas realizaron dos marchas de protesta desde Kolkata (la antigua Calcuta) a Chennai, que convergirán en Visakhapatnam este sábado.
Los convocantes objetan los ejercicios porque entienden que arrastrarán a India a la órbita estratégica de Estados Unidos y que integrarán al país asiático en la agenda internacional del gobierno de George W. Bush, a la que se opone por razones políticas y de seguridad.
El objetivoi declarado de estos ejercicios es mejorar la cooperación y los vínculos de comunicación entre las diferentes armadas, compartir información y probar las defensas aéreas, los buques, puntería con blancos en mar y en costas y el aterrizaje de helicópteros.
"La intención básica de las marinas de guerra es aprender unas de otras y avanzar hacia la interoperabilidad de los servicios y prácticas armadas", dijo Qamar Agha, experto en seguridad de la Universidad Jamia Millia Islamia, de Nueva Delhi.
"Interoperabilidad" significa que el personal militar de Estados Unidos e India podrá usar los equipos del otro país y actuar mejor en conjunto.
Pero Agha agrega que el propósito de los ejercicios es "tanto militar como político", pues "envía la fuerte señal de que India está dispuesta a avanzar estratégicamente más cerca de Estados Unidos que nunca antes".
El mensaje llegó, por cierto, a China, que percibe en la colaboración de India con Estados Unidos y con estados muy cercanos al país norteamericano como Australia, Japón y Singapur el intento de instalar lo que denomina "una OTAN asiática" y, finalmente, de rodearla.
El gobierno indio aseguró que China no está en el foco de los juegos de guerra, y que no pretende crear una nueva alianza de seguridad. Pero esas declaraciones no convencen a Beijing.
China protestó en mayo por la "iniciativa cuatrilateral" que reunió en Manila a Estados Unidos, Japón, India y Australia, y también desconfía en la creciente cercanía entre Washington y Nueva Delhi.
Funcionarios indios se manifiestan, en privado, complacidos por que China "reciba el mensaje", y esperan que la alianza con Estados Unidos obligue a Beijing a tomar a Nueva Delhi más en serio.
"Esto es una receta para una mayor inestabilidad en el área Asia-Pacífico", dijo Agha. "Podría, incluso, marcar el inicio de una nueva Guerra Fría en la región. La colaboración militar india con una superpotencia hegemónica va contra el espíritu de la política nehruviana (por Jawarlahal Nehru, primer primer ministro indio) de no alineamiento, y no tiene ningún precedente."
"Ni siquiera el tratado de paz y amistad que firmó India en 1971 con la disuelta Unión Soviética condujo a ejercios militares de gran escala como éstos", agregó.
Pero la colaboración militar no se reduce a juegos de guerra: incluye compra de armas, contactos intensos entre oficiales militares e intercambio de información de inteligencia.
En junio de 2005, tres emanas antes de la firma del principio del acuerdo nuclear bilateral, los dos gobiernos suscribieron el "Nuevo marco para la relación de defensa India-Estados Unidos", un paso más allá del documento "Próximos pasos en la alianza estratégica", de 2001.
Estados Unidos se prepara para vender muchas armas a India, que estableció previsiones de compra de equipo militar por 30.000 millones de dólares para el periodo 2007-2012. Desde los años 60 y hasta hace poco, ese mercado estaba cerrado para los fabricantes de armas estadounidenses, por los vínculos amistosos entre Nueva Delhi y Moscú.
Pero India compró desde entonces cientos de millones de dólares en armas a Estados Unidos.