Un lustro de independencia poco ha significado para la inmensa mayoría de la martirizada población de Timor Oriental. Alumnas de un colegio católico violadas, 142 casas destruidas e incendiadas y vehículos de la ONU atacados son algunas de las marcas de la violencia de los últimos cinco días.
Los enfrentamientos estallaron el miércoles pasado, tras la toma de posesión como primer ministro del ex presidente José Alexandre Gusmão, el comandante "Xanana" de la resistencia contra la ocupación de Indonesia, que invadió la ex colonia portuguesa de un millón de habitantes cuando ésta declaró su independencia unilateral de Lisboa en diciembre de 1975.
La tensa calma que se registra este lunes en la capital Dili y en Baucau, la segunda ciudad en importancia del país, es asegurada por unos 3.000 soldados y policías extranjeros, en especial australianos, malasios y portugueses, que cuentan con mandato de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
Los militantes y simpatizantes del Frente Revolucionario de Timor Independiente (Fretilin) del ex primer ministro Mari Alkatiri (2002-2006) no parecen dispuestos a acatar la decisión del presidente de la joven república, José Ramos-Horta, de nombrar a su antecesor como jefe del gobierno.
El Fretilin calificó de "inconstitucional" la decisión del jefe del Estado, argumentando que, pese a no habar conseguido la mayoría absoluta como en los comicios de 2002, fue el partido más votado en las elecciones legislativas del 30 de junio, alcanzando 29,2 por ciento.
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El Congreso Nacional de Reconstrucción de Timor (CNRT) logró 23,4 por ciento de los sufragios, una humillación para su líder, Xanana Gusmão, el otrora dirigente más popular y respetado de Timor, tildado de "el Che Guevara de Asia", por haber resistido durante dos décadas con no más de 200 guerrilleros a los 22.000 soldados del ejercito indonesio.
No obstante, para Ramos-Horta contó más el sentimiento "ante-Alkatiri" reinante en el país y basó su decisión en la suma de los votos de los demás partido con representación parlamentaria en torno a Gusmão, que de esa manera, podía contar con el apoyo de 37 de los 65 diputados del hemiciclo unicameral de Timor Oriental.
La suma corresponde a los porcentajes de votos obtenidos por la Asociación Social Democrática de Timor, con 15,8 puntos, el Partido Democrático, con 11,5, el Partido de la Unidad Nacional, con 4,6, la alianza de la Asociación Social Democrática Timorense -Partido Social Demócrata, y la Unidad Nacional de Resistencia Timorense, ambas con 3,2 por ciento.
Consultado telefónicamente por IPS sobre su decisión, Ramos-Horta preciso que "las mayorías y las minorías están en el parlamento, no en las calles, porque el pueblo delegó en los deputados poderes para representarle".
El actual mandatario, ganador del premio Nobel de la Paz en 1996 junto a su compatriota Carlos Ximenes Belo, justificó su opción basándose en la coalición "que representa en este momento la opinión política de la mayoría de la población".
También reconoció, en cuanto a la violencia que parece perdurar, que "las heridas son profundas, frescas, heridas reabiertas en este último conflicto y en los conflictos pasados".
Los hechos más graves fueron relatados a la prensa lusa destacada en Timor por el padre Basílio Maria Ximenes, superior de la orden de los Salesianos, describiendo el ataque de una centena de jóvenes que violaron a algunas alumnas de una escuela de monjas, entre ellas una niña de 12 años.
Aunque sin mencionar la condición de musulmán del líder del Fretilin, la crítica del religioso está implícita al afirmar que "esas personas, en su mayoría jóvenes, consideran a las monjas y a la Iglesia Católica como sus enemigos y no sólo violaron a mis alumnas, sino que también destruyeron la escuela".
El obispo de Díli, Alberto Ricardo da Silva, quien criticó dura y abiertamente a Alkatiri mientras gobernó, dijo a la Agencia Noticiosa Católica de Ásia (UCAN, por su sigla en inglés), que alaba el compromiso asumido el miércoles pasado por Gusmão, de convidar a la Iglesia Católica para trabajar con su gobierno a favor de la paz y del desarrollo
No existen datos precisos del número de personas desplazadas de sus hogares a causa de la violencia ni los daños a inmuebles públicos, aunque los corresponsales portugueses en la isla y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) reportaron destrucción y saqueos a varias escuelas y centros educativos, que causaron 50 detenidos y varios heridos.
Los observadores internacionales estiman que la normalidad podría comenzar gradualmente a regresar, tras las declaraciones de Alkatiri del domingo, cuando negó que militantes del Fretilin estén participando en actos de violencia y exhortó a sus simpatizantes a la calma y se ofreció para investigar los hechos en colaboración con la ONU.
La profunda división política derivada de la sorda lucha por el poder es un argumento recurrente para explicar la falta de estabilidad en Timor Oriental desde que terminó el protectorado de la ONU, entre 2000 y 2002.
Sin embargo, las frustrantes condiciones económicas, en especial la falta de futuro para los jóvenes, es también un factor considerable de violencia.
Con un producto interno bruto por habitante de 389 dólares anuales, esta pequeña y joven república asiática de 15.000 kilómetros cuadrados es uno de los países más pobres del mundo, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
En un informe divulgado en 2006, el PNUD sostuvo que "cuatro años después de obtener la independencia, un Timor Oriental empobrecido sigue siendo una de las naciones menos desarrolladas del mundo".
En Timor Oriental, "la mitad de la población no tiene agua potable, 60 de 1.000 recién nacidos mueren antes de cumplir un año y las expectativas de vida de sólo 55,5 años de edad de 2004 no están mejorando", añade el informe.
El documento de la agencia de la ONU deploró que, "aunque políticamente el país es libre, sus habitantes siguen esclavizados por la pobreza".
Pero esta explicación no convence al analista Leonídio Paulo Ferreira, del Diario de Noticias de Lisboa, quien en alusión alusivo a Gusmão publicó este lunes un artículo de opinión titulado "Quiso ser vendedor de zapallos, pero ahora es primer ministro".
Ferreira describe a Gusmão como el "héroe nacional, que en 2002 se convirtió en el primer presidente del país y que pasó todo el tiempo a decir que el poder no le seducía".
"Rodeado por su mujer, la australiana Kristy Sword y sus tres hijos, garantizaba que soñaba tener tiempo para fotografiar, que estaba ansioso por el fin de su mandato en 2007 y hasta admitía transformarse en vendedor de zapallos", apunta Ferreira.
Siete meses después, "Xanana es primer ministro, líder de un partido formado de prisa, que ni siquiera fue el más votado en las (elecciones) legislativas" y en las calles, "hoy hay quien llame traidor al hermano mayor y queme casas para protestar".
Lo más amargo, concluye el columnista, es que "Xanana cambió más de 80 por ciento de votos que un día (de 2001) le eligieron presidente por 24 por ciento del CNRT. Fotógrafo o vendedor de zapallos, le era posible ser un (Nelson) Mandela timorense, referencia unánime para su pueblo todavía en busca de timonel, pero optó ser un político normal".